El Censo Agropecuario 2022 reveló que más de 400 mil hectáreas susceptibles para producir no se sembraron por los altos costos de insumos y servicios, mal temporal, falta de crédito, por enfermedad, falta de dinero o apoyos, o porque no hubo quien hiciera el trabajo, entre otras causas.
El documento, dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el jueves pasado en el Palacio de Gobierno, señala que las unidades de producción agropecuaria activas contaron con 1 millón 125 mil 537 hectáreas de superficie sembrada y 749 mil 441 no sembradas.
De estas últimas, 344 mil 687 hectáreas eran superficie en descanso y el resto (404 mil 755 hectáreas), superficie no sembrada por distintas causas.
Los problemas más comunes que percibieron las y los productores agropecuarios —y que afectaron la producción y productividad de las unidades de producción— fueron: altos costos de insumos y servicios, con 84.0 por ciento; factores climáticos, con 62.9%; factores biológicos, con 27.5%; pérdida de fertilidad del suelo, con 24.6%; baja de precios o disminución de ventas a causa de la pandemia por la COVID-19, con 22.8% y la inseguridad, con 13.2%.
Lo anterior, con respecto a los 12 millones de hectáreas con vocación agrícola y/o agropecuaria en el estado, distribuidas en 99 mil 914 unidades de producción agropecuaria y 2 millones 108 mil 816 hectáreas de producción agrícola
La superficie promedio, por unidad de producción activa, es de 22.2 hectáreas. En el Censo Agropecuario 2007, el promedio fue de 21.3 hectáreas; es decir, en 2022, las unidades de producción fueron más grandes, en promedio.