Constructoras aniquilan los cerros de Chihuahua

El panorama es de calamidad ambiental: maquinaria pesada horada colinas y crea bancos de materiales; piedras, rocas y escombro obstruyen arroyos

Javier Kuramura Rivera | 5 junio, 2023

Con un crecimiento de la ciudad sostenido desde 1980, a un promedio de 545 metros cuadrados por hora, los constructores de vivienda han impactado severamente los cerros –símbolos de los escudos del municipio y la entidad–, el entorno ecológico y la biodiversidad.

En el perímetro central de la ciudad, el cerro de Santa Rosa no soportó el embate de la urbanización con la complacencia de administraciones municipales. Lo mismo pasó con el emblemático Cerro Grande y con el Coronel.

A partir de finales de la década de los noventa, la demanda de vivienda puso entonces su mirada en colinas y praderas de los ejidos La Haciendita, Nombre de Dios y Labor de Terrazas. También en alrededores de las presas El Rejón y Chihuahua, además de los desarrollos que se extienden por la zona de El Reliz, hacia el límite poniente de la ciudad.

En un recorrido por esas áreas, así como en La Cantera, el cerro del Pescadito y el cañón del Marro, se aprecia un panorama de calamidad ambiental: maquinaria pesada que desgaja cerros; bancos de materiales, piedras, rocas y escombro que obstruyen arroyos.

Las autoridades han concedido licencias de uso de suelo y aprobado proyectos de construcción de fraccionamientos que, aseguran, cumplen con la ley; sin embargo, colectivos en defensa de la ecología denuncian que ellos sí han detectado irregularidades donde autoridades lo niegan.

Ambientalistas y legisladores en defensa del entorno ecológico de Chihuahua, advierten un desastre ecológico.

Hay violaciones a la ley: Salvemos los Cerros

Con casi una década al frente del colectivo de defensa del medio ambiente local, Salvemos los Cerros de Chihuahua, Luis Andrés Rivera Levario se echó a cuestas la tarea de proteger el entorno ecológico de la ciudad que fundara el 12 de octubre de 1709, Antonio de Deza y Ulloa.

Señala que el crecimiento de la ciudad ha sido caótico y el suelo de esta zona forestal árida ha sido impactada negativamente por el emporio inmobiliario.

Con pruebas en la mano Rivera Levario acudió, en el año 2021, a la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología (DDUE) para levantar una denuncia sobre irregularidades detectadas en el Estudio de Impacto Urbano y Ambiental en la construcción de los fraccionamientos Cerrada de Córdoba, Cerrada de Granada, Hacienda Santa Clara y Hacienda Nueva España ubicadas a unos 300 metros del cañón del Marro.

Desarrolos en zona El Reliz

El Gobierno Municipal cambió el uso de suelo sin consultar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) violando la ley general, por lo cual desde esos años hemos hecho una serie de denuncias, afirma Levario.

El ambientalista encontró que la persona que hizo los estudios de factibilidad de todos esos fraccionamientos no está registrada ante el Registro de Prestadores de Servicios Ambientales, violando con ello la Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente.

Levario señala que los estudios se realizaron con información falsa, omitiendo la importancia ambiental de la zona, la presencia de flora, fauna y arroyos.

Aun así –agrega–, el Municipio los aprobó sin permisos de la Semarnat y la clara oposición de los vecinos, a quienes engañaron asegurando que ya no iban a construir más fraccionamientos ahí.

Se le cuestiona al activista si ha visto otras irregularidades en otras zonas, por ejemplo en La Cantera, en El Rejón y en El Reliz, y su respuesta es contundente:

Sí, en todas partes es exactamente lo mismo, nada más que con otras empresas inmobiliarias donde los planes de construcción están proyectados sobre los arroyos, deslave de cerros y destrucción de áreas forestales y donde tampoco hay el permiso del Gobierno federal, que es el único autorizado de hacer el cambio de uso de suelo; pero el Municipio, a diestra y siniestra, está aprobando estos fraccionamientos aun sin conocer los estudios de impacto ambiental o incluso sin que los tengan”.

Acaban con la fauna silvestre

Carlos Aarón González, tutor regional en Chihuahua del Programa Naturalista de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) es nativo de Cuauhtémoc y llegó a la capital hace 20 años pensando que aquí no había algo atractivo.

Por eso se sorprendió cuando descubrió las aún vírgenes colinas y praderas que circundan el área poniente del arroyo de Los Nogales y que se extienden hacia el cañón del Marro y el cerro del Pescadito.

Cuando llegó la urbanización a esos lugares hace más de 10 años, sus paseos en esa dirección se hicieron más pesados al contemplar la destrucción de la flora, del hábitat de la fauna silvestre y el aniquilamiento de especies nativas.

Antes habitaban aquí:

El trazo pluvial del arroyo ya no existe, para moderar su cauce intervino la mano del hombre: “donde debía ser recto lo curvearon y lo curvo lo hicieron recto”.

En sus antiguos paseos era habitual observar pino, encino y táscate; ranita de cañón, aguilillas negra y rojinegra, gavilanes, halcón peregrino, la codorniz y el gato montés.

También era costumbre ver al pájaro carpintero mexicano, el verdugo americano, aves migratorias, al tordo cabeza amarilla, gorriones, la chara norteña, liebres, conejos, pecaríes, cardenales norteños, tarántulas, lagartijas y serpientes de cascabel.

Pero el desarrollo inmobiliario casi acabó con todo ello, por lo cual, fue lastimoso para Aarón presenciar serpientes trituradas por la maquinaria: unas con cabeza dañada, la columna vertebral hecha nudo, otras con la cloaca desgarrada y la piel abierta.

La ciudad de Chihuahua se transformó a partir de 1970. Con una población de 257 mil 027 habitantes que ocupaban una extensión de 3 mil 808.2 hectáreas de terreno, a la vuelta de 50 años, en el 2020, la suma era de 925 mil 762 chihuahuenses y la mancha urbana consumía 27 mil 219.14 hectáreas de terreno.

Convierten naturaleza en depredación y ruido

A cuatro kilómetros del Periférico de la Juventud, pasando la Universidad de Durango por el camino pavimentado de La Cantera que conduce al Ejido La Haciendita, están los terrenos de Agua Zarca. Ahí vive Gabriel González en un predio de 14 mil 500 metros cuadrados, producto de una herencia familiar y que comparte con cuatro hermanos en sus humildes casas construidas en un terreno baldío.

Tiene 42 años y ahí ha transcurrido toda su vida, viendo cómo el entorno que habitó en su niñez desde la década de los ochenta se ha ido transformando.

Lo que antes era naturaleza, paz y tranquilidad, hoy se ha convertido en depredación, agitación y ruido.

La vida en una casa de piedra era sencilla –recuerda Gabriel– dentro de un rancho familiar con puercos, gallinas, chivas y establos en los alrededores de Estanislao Asunsolo, Jesús Delgado, Lalo Martínez y Rafael Ruiz.

Urbanización en zona La Cantera

En la naturaleza, en torno a cerros, praderas y arroyos crecían mezquites, huizaches, encinos, mimbres, ocotillos, palmillas, gatuños, granjeles y jarillas. Las constructoras los han borrado.

Gabriel rememora que, en juegos y paseos de la infancia, con la naturaleza al alcance de la mano, convivía con víboras de cascabel, ardillas, conejos, liebres, ratas de campo, tlacuaches, coyotes, con el gato del monte y venados.

Pero a partir de 1998, con la construcción de los fraccionamientos Las Misiones, La Cantera I y II, Valle Escondido y el proyecto de urbanización del Grupo Inmobiliario Altozano, afectaron la forma de vivir de sus habitantes y acabaron con la vida ejidal de La Haciendita, Nombre de Dios y Labor de Terrazas.

La urbanización transformó todo: trajo depredación, deforestación, motorización. Se acabaron las parcelas de maíz y frijol, ya no podemos vivir sin ruido, sin polvo, sin contaminación. Acabaron con la vida silvestre: ya no se ven los conejos ni se acercan los venados. A cambio de ruido, destrucción y contaminación, los únicos beneficios que hemos tenido son la carretera y la energía eléctrica”.

Como vecino de Piedra La Molinar y del Autódromo de La Cantera, está consciente de que en los próximos años la mancha urbana lo va a alcanzar y a poner en un predicamento, porque con anterioridad han ido y hace unas semanas fueron “coyotes” a ofrecerle 100 pesos por cada metro cuadrado que quiera vender.

“Allá, donde están construyendo, pagaron entre 2 mil y 2 mil 500 pesos. Si no me pagan 3 mil pesos por metro cuadrado, yo les vendo pura madre, porque sé que por aquí va a pasar un periférico”, dice Gabriel González.

Pide diputado acabar matrimonio entre Municipio y CTU

Óscar Castrejón, diputado local por Morena y presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Protección Civil, destaca que destruir la naturaleza es una visión pésima.

Pone como ejemplo Romanzza, Cerro Grande y el área del noroeste, por el lado de La Cantera, que han sido declaradas como áreas protegidas y ahí “destruyeron las colinas y las praderas”.

Considera que hay que acabar con el “matrimonio” entre el Gobierno Municipal y la Corporación Técnica de Urbanismo (CTU), porque se otorgan permisos para fraccionar, brindan facilidades y los autorizan para rebanar los cerros.

CTU es una empresa inmobiliaria y desarrolladora de vivienda encabezada por Miguel Guerrero Elías que tiene proyectos por toda la ciudad.

“Fundada en el año de 1947, CTU ha fraccionado más de 20 mil lotes residenciales, ha construido más de 15 mil viviendas y ha edificado importantes complejos ejecutivos, industriales y comerciales. CTU ha contribuido como ninguna otra compañía a definir la fisonomía actual de la ciudad de Chihuahua”, se describe CTU en su página web.

El ingeniero en Ecología, Rafael Licón, denuncia que hay un contubernio del poder económico muy fuerte con las autoridades y por eso, no conviene a empresarios que haya reglas claras en el ordenamiento urbano de la capital.

Las constructoras, indica el especialista, no han respetado y construyen en áreas de recarga donde abaten los acuíferos.

Explica que tapan con cemento y pavimento las áreas de recarga y así el agua se escurre, no penetra al subsuelo y se pierde. Agrega que al morir la vegetación también se impacta negativamente en la temperatura.

“Las consecuencias a futuro van a ser graves con una escasez de agua y lluvias excesivas que provocarán inundaciones en los asentamientos que se han construido en los cauces de ríos y arroyos”, advierte Licón.

El Implan es una broma: Ecologista

El ecologista Ramón Quintana Avena señala que, en materia de planificación urbana y respeto al entorno ambiental, en ningún país ha visto tanto desorden ni siquiera en Centroamérica, en Sudamérica o en África, como en México.

Afirma que en Chihuahua no hay un plan de desarrollo urbano como lo pregona el Instituto de Planeación Integral del Municipio de Chihuahua (Implan), para construir zonas residenciales acordes a la armonía ecológica, aspecto que exige el urbanismo.

“Para mí, el Implan es una broma, una verdadera broma porque no hay creatividad, no se consulta a las organizaciones. Nunca va a cambiar esto si no hay participación de la sociedad civil. Cambiará si respetan las áreas de los cerros y dicen no a empresas devastadoras”, expresa Quintana.

Para la autoridad, todo está en orden

Datos de la titular de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología del Municipio (DDUE), Adriana Díaz Negrete, indican que durante el año de 2022 ingresaron a la dependencia 94 proyectos de construcción de fraccionamientos; de ellos, pasaron 69 a la comisión de regidores y, finalmente, se aprobaron 35.

“Cualquier acción que se determina aquí, debe someterse a consideración de los regidores en la Comisión, donde todo cuenta con un análisis previo de que pueda cumplir y que se tenga la posibilidad de que ese predio sea un predio urbanizable”, dice la funcionaria.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología del Estado también acompaña lo expresado por Díaz Negrete en voz de su titular, Gabriel Valdez Juárez: “La ciudad cuenta con instrumentos de planeación, el plan de desarrollo, donde previamente y con la última actualización que está haciendo, se definen qué áreas son susceptibles de no urbanizarse porque su destino es de área natural ambiental”.

Cerro del pescadito

El director del Implan, Carlos Hernández Velasco, asegura que todos los fraccionamientos responden a estudios de impacto vial, ambiental y de infraestructura.

“Podría decir que los fraccionamientos que se construyen en la actualidad, todos tienen un uso de suelo correspondiente en el plan de la ciudad y por lo tanto no están fuera de la norma; en ocasiones se percibe como que estuvieran fuera. Desde mi conocimiento, no se han detectado irregulares del control urbano”, señala Hernández Velasco.

La directora de Desarrollo Urbano Municipal informa que en su dependencia hay inspectores y guardianes ecológicos quienes junto con supervisores de la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa), se encargan de la revisión de la construcción de esos fraccionamientos.

“Todo lo que se emite aquí de licencia, se revisa para que cumpla con la normatividad; cualquier predio que tenga la afectación de algún arroyo debe contar con los permisos que aplica la normatividad federal. Nosotros revisamos la normatividad local: que respondan a estudios de impacto vial, ambiental y de infraestructura. Podría decir que los fraccionamientos que se construyen en la actualidad, todos tienen un uso de suelo correspondiente al plan de la ciudad y, por lo tanto, no están fuera de la norma”, argumenta Díaz Negrete.

Consenso a favor de construir verticalmente

Colectivos de defensa del medio ambiente, autoridades, legisladores, ambientalistas y ecologistas están de acuerdo en que se deben aprovechar los baldíos, casas y terrenos abandonados en el centro histórico de Chihuahua y sus alrededores para dar pie a la construcción de vivienda vertical que ahorra espacio, facilita la movilidad y aprovecha los recursos naturales.

El Municipio de Chihuahua promovió recientemente, dentro del Foro Interconectando Ciudades Inteligentes, el proyecto del Implan: “Ciudad Cercana”.

Carlos Hernández, director del Implan, indica que existen proyectos que tiene que ver con “Ciudad Cercana”, y que están en la en etapa de tramitología.

Se espera que en los próximos años se construyan, por lo menos, 500 departamentos donde existen viviendas antiguas y a un costo mucho menor de lo que tradicionalmente entendemos como la vivienda vertical que se ha dado actualmente en la ciudad”.

La regidora Joceline Vega Vargas, presidenta de la Comisión de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Chihuahua, se pronuncia por iniciar la aceptación del concepto de vivienda vertical.

“No asustarnos de que son 20 pisos y todo se va a tapar en Chihuahua. Que logremos hacer de este tema los usos mixtos; o sea, que haya comercio y que haya vivienda para que entonces la gente pueda acceder más fácilmente a su empleo, a la recreación o a donde necesite ir”, agrega.

Sin embargo, mientras el plan se consolida, continúa el crecimiento avasallador de vivienda hacia las reservas naturales de la ciudad. Los cerros se agotan.

Investigación: Javier Kuramura Rivera

Edición: Javier Arroyo

Corrección: Jorge López Landó

Fotografía y video: Javier Kuramura Rivera

Diseño: Regina García

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