Hace 44 años, la señora Margarita García Dávila salió de su casa durante una nevada para comprar tortillas, cuando observó dentro de un auto chatarra a dos viejitos abrazados y con frío.
Ella los invitó a pasar el día en su casa, para darles un baño caliente, y la que sería su única comida del día… así empezó la historia.