El obispo de la Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, manifestó su indignación y tristeza por el ataque a balazos al templo de la comunidad de Santa Anita, en el municipio de Guachochi, además de que exigió actuar a las autoridades para recuperar la paz.
“Pedimos y exigimos a nuestras autoridades que busquen caminos, estrategias y políticas que nos lleven a una paz social, donde haya oportunidades para todos y como consecuencia se logre el orden y la paz que nuestra patria mexicana tanto necesita y anhela”, señaló el obispo en su manifiesto.
González Sandoval destacó que el evento de Guachochi (del pasado 5 de junio) se registra “a casi un año de la terrible muerte de dos sacerdotes y dos laicos” ocurrida el 20 de junio de 2022 en la comunidad de Cerocahui.

“Lo que más nos pesa, es el desplazamiento y el temor de mucha gente ante estos hechos violentos”, señaló en el documento firmado hoy.
“Profanar un templo, que es casa y lugar de oración de todos los creyentes y centro ceremonial de nuestros hermanos indígenas, de esta manera (por dentro y por fuera), es atentar contra la raíz de lo más sagrado que tenemos como seres humanos y es un reflejo del grado de barbarie al que se ha llegado por la violencia y la impunidad”, indicó.
En su manifiesto, el prelado pidió y suplicó a todos los que están involucrados en los grupos delincuenciales: “que rectifiquen su camino, recordando que todos somos hermanos y el don más precioso que nos ha dado Dios, es la vida del cuerpo y del alma. Que el Espíritu Santo y la Santísima Virgen de Guadalupe les mueva el corazón para una sincera conversión, es decir, para un cambio de vida”.
Dije saber de los problemas sociales y económicos por los que atraviesa el país y que orillan a muchos a involucrarse en acciones ilícitas.
“Sin embargo, recuerden, que nada justifica atentar contra la vida de una o muchas personas por meros intereses personales y egoístas”, agregó González en su posicionamiento.