La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) advierte en un nuevo informe sobre los ataques contra periodistas en contextos electorales y en protestas.
Si se considera la cobertura de protestas, manifestaciones o disturbios, la UNESCO registró agresiones contra periodistas en al menos 101 países entre enero de 2015 y agosto de 2021. Desde 2015, al menos 13 periodistas han sido asesinados en estos contextos. Más preocupante aún es que la mayoría de las agresiones –golpes, detenciones arbitrarias o ataques verbales- han sido perpetradas por las fuerzas de seguridad.
En su informe “El rol de los agentes y las fuerzas del orden: Garantizar la seguridad de las y los periodistas durante las manifestaciones públicas y las elecciones”, la UNESCO advierte además que registró ataques contra periodistas en contextos electorales en al menos 89 elecciones en 70 países entre enero de 2019 y junio de 2022.
Al menos 759 periodistas y profesionales de los medios de comunicación fueron agredidos: 338 agredidos físicamente (incluyendo nueve asesinatos), 167 detenidos arbitrariamente, 123 sufrieron obstaculización en su trabajo y 131 fueron víctimas de amenazas e intimidaciones. En 42% de los casos (320), los ataques vinieron de las fuerzas del orden; 29% de los periodistas atacados (218) eran mujeres.
El informe se da a conocer a siete meses de las elecciones presidenciales en México, considerado por organismos como Human Rights Watch como el país más peligroso para ejercer el periodismo y donde, hasta el 25 de septiembre, ocho periodistas habían sido asesinados.
En su reporte, la UNESCO da cuenta también de que 129 medios de comunicación sufrieron ataques, desde amenazas y censura, hasta redadas e incendios provocados, e incluso suspensiones y cierres forzados, en el mismo periodo de 2019 hasta junio de 2022.
Cortes e interrupciones de internet, censura y vigilancia digital en aras de proteger el orden público y la seguridad nacional son algunas de las tácticas detectadas por el organismo de la ONU.
En particular, la UNESCO externó su preocupación por la violencia contra las mujeres periodistas, algo que ya había evidenciado en el informe “The Chilling: Tendencias mundiales de la violencia en línea contra las mujeres periodistas”.
“La violencia de género en la política y las elecciones es un ataque directo a la libertad de expresión, que impide el derecho de las mujeres a tener una participación absolutamente libre”, indica la UNESCO, tras alertar que la intimidación y violencia contra mujeres periodistas se han profundizado.
“Son blanco de diversas amenazas en el desempeño de su labor profesional: desde intimidación y acoso sexual hasta casos extremos de violencia colectiva, detenciones, abusos sexuales y violaciones”, indica.
Las periodistas que trabajan en medios digitales no escapan de esa violencia, y en una encuesta realizada por la UNESCO denunciaron ser víctimas de intimidación, acoso y abuso en línea al hablar de temas de “política y elecciones”.
La UNESCO recomienda en su informe capacitar a los agentes y las fuerzas del orden para evitar roces y agresiones a la prensa; facilitar el trabajo de los periodistas, proporcionándoles el mayor acceso posible a las asambleas públicas y a cualquier operación policial relacionada con ellas.
Es deber de las fuerzas del orden, indica, “proteger a los medios de comunicación y garantizar un entorno de trabajo seguro adoptando las medidas operativas preventivas, eficaces y oportunas, incluida la protección policial frente a los ataques de los grupos hostiles”.
En situaciones electorales, subraya, es vital que los agentes del orden “se mantengan neutrales y demuestren esta neutralidad a través de sus comunicaciones, su comportamiento y disposiciones” a lo largo del ciclo electoral.
La UNESCO aboga por prestar especial atención “a las amenazas y riesgos específicos a los que se enfrentan las mujeres periodistas en el ejercicio de su labor, y… adoptar un enfoque sensible al género a la hora de considerar medidas para abordar la seguridad de los periodistas, especialmente en línea”.
“La capacidad de una prensa libre, independiente y pluralista para informar sobre manifestaciones públicas de manera segura y sin obstáculos se considera esencial para el proceso democrático”, subraya la institución.