El bosque de la Sierra Tarahumara expulsó a un jilguero y su canto aterrizó en la capital para convertirse en la “voz de terciopelo”, en el “Chente Fernández de Chihuahua”.
Sergio Bencomo llegó hace 8 años del ejido Largo Maderal, municipio de Madera, para emplearse como albañil, pero muy pronto se lesionó gravemente y fue empujado por su esposa a compartir en las calles su gran talento.
Hoy canta frente a la Catedral y ahí tiene un público cautivo que paga bien por ser complacido con cualquier bolero, tango o balada de su preferencia.
Auxiliado con una bocina portátil, la voz aterciopelada de Sergio Bencomo rasga el aire de las mañanas y las tardes de la bella Chihuahua.
También brinda su voz en fiestas privadas y hasta ha competido en certámenes de televisoras locales y nacionales.
Esta es la voz que alimenta a una familia y a muchas almas.