Han pasado 10 años desde que el lobo mexicano regresó a los bosques de Chihuahua, luego de que en los años setenta estuviera a punto de desaparecer, víctima de una campaña de erradicación por parte de algunos ganaderos, quienes adjudicaban a esta especie daños a su ganado.
Alejandro Gómez, director del Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Campo Verde, ha compartido para Norte Digital, que tras décadas de esfuerzos y una exitosa reinserción, el lobo mexicano ha cambiado su categoría de ‘extinto en vida libre’, a ‘en peligro de extinción’, según la Norma 0-59 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Esto representa un motivo de orgullo. Es simplemente devolverle al lobo lo que le pertenece. El lobo siempre estuvo aquí, y por mala información, por complejos, por prejuicios y malas políticas, estuvimos a punto de extinguirlo. Es hacer un poco de justicia natural con los lobos, y que vuelvan al lugar del que nunca debieron haber desaparecido”, menciona el biólogo Alejandro Gómez.
No fueron más de 20 lobos los que se rescataron y trasladaron hacia Nuevo México para comenzar su reproducción en cautiverio o semicautiverio, como relata el biólogo. Estos ejemplares fueron el pie de cría para las liberaciones que ocurrieron hace 10 años.
Al tratarse de pocos ejemplares, no se disponía de una gran variabilidad genética, por lo que en algún momento debieron enriquecer la variabilidad genética con lobos de otras subespecies, señala Gómez, y agrega que “sigue siendo la misma especie que engendran los lobos de todo el mundo”.
Peligros
A pesar de los logros en la reinserción del lobo mexicano, este no se ha librado de los peligros que casi lo extinguen por completo, como lo son los prejuicios y la mala fama, pues el lobo se ha representado exclusivamente como el depredador, como el malo de la historia, sin tener en cuenta el importante papel que juega en su ecosistema.
“Se ha trabajado mucho con la sensibilización entre los ganaderos, en hacerles ver que, al momento de quitar al lobo como tal, otras especies como los coyotes han aumentado mucho sus poblaciones y se han vuelto perjudiciales contra ellos mismos. Lo mismo que se quejaban de los lobos ahora se quejan de los coyotes y otros depredadores”, indica.
Asegurar la reproducción en cautiverio de esta especie por 30 años no fue una tarea exenta de retos. Fue vital entender la biología del lobo, todos sus requerimientos en cuanto a comida, refugio y reproducción; una vez conseguido esto, el reto fue asegurarse de que los lobos fueran capaces de sobrevivir de nuevo en el medio silvestre, que no estén, como lo detalla Alejandro Gómez, improntados; esto ocurre cuando cualquier animal silvestre, no solo se acostumbra a la presencia de las personas, si no que de alguna manera ya depende de ellas, lo cual no es nada favorable si lo que se quiere es reintroducir una especie como el lobo mexicano.
Requieren un área protegida para subsistir
El biólogo puntualiza que todos los ejemplares liberados en Chihuahua tienen un collar satelital, pues se le debe dar un seguimiento muy puntual a su población.
“Hay aproximadamente unos cuarenta individuos adultos, y digo aproximadamente, porque afortunadamente, esta es la parte más exitosa, ya han nacido camadas en libertad, y a los lobeznos no se les han puesto collares satelitales”, menciona.
Actualmente, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la APFF están enfocadas en encontrar más lugares para la liberación del lobo mexicano, ya que, al no contar con un área natural protegida, los lugares donde se han liberado son muy escogidos, pues se deben buscar acuerdos con los dueños de esas tierras, con las comunidades y los ranchos en las inmediaciones de las sierras de Chihuahua y Sonora.
“El reto es que el lobo, por su biología, necesita muchísimas hectáreas para sobrevivir, para cazar, para tener refugio, para poderse reproducir. Estos sitios idóneos también requieren de la presencia de presas. Sus presas naturales siempre han sido, principalmente, el venado de cola blanca y otros mamíferos”, comenta Alejandro Gómez.
El biólogo destaca el impulso de la preservación del lobo que ha habido por parte de algunos ganaderos, pues para ellos resulta benéfico que, al aumentar los ejemplares libres de esta especie, se regula la población de otros depredadores como los coyotes. También nos recuerda que el lobo está lejos de ser el malo de la historia en los bosques de Chihuahua.