El puente peatonal de la avenida Sanders fue construido con el fin de evitar que la gente arriesgue sus vidas al cruzar por las vías del ferrocarril; sin embargo, al utilizarlo, los usuarios se exponen a un asalto, pues durante las noches el deficiente alumbrado de la construcción se convierte en el aliado predilecto de la delincuencia.
Además de las escaleras, tres desolados niveles de rampas para discapacitados se alzan junto al bulevar Municipio Libre, para acceder al puente que ayuda a librar al ferrocarril y al eje vial Juan Gabriel. Durante su construcción, vecinos de las colonias Melchor Ocampo, Santa Rosa y San Antonio, en más de una ocasión expresaron su descontento por las obstrucciones implicadas.
La obra de aproximadamente 20 millones de pesos fue inaugurada en septiembre de 2014, y no hizo falta mucho tiempo para que el grafiti cubriera las paredes y los problemas de drenaje se hicieran evidentes; actualmente se asemeja a un espacio devastado por la guerra, cuando el único paso implacable ha sido el de la indolencia de los gobiernos.
“Cuando pasa la gente por abajo se le queda todo el olor del agua estancada. Al pasar con el carro en el retorno de abajo se daña la suspensión, porque está lleno de hoyos, pero a fin de cuentas es una cosa buena, porque la gente ya no tiene la necesidad de cruzar las vías del ferrocarril, aunque lo siguen haciendo y es peligroso”, menciona Esaú García, empleado de la refaccionaria que se encuentra frente al puente peatonal.
Esaú atribuye la destrucción del alumbrado del puente a las personas que en ocasiones se quedan a dormir ahí, bajo el resguardo de los muros con grafiti, aunque también denuncia la falta de mantenimiento por parte de las autoridades.
Una gasolinera y una tienda de conveniencia abandonadas son algunos de los negocios que se vieron en la necesidad de cerrar una vez que se inauguró el puente, pues ya no eran visibles y su acceso se volvió complicado. Después del cierre, pasaron a convertirse en compactos basureros clandestinos, y con el pasar de cada administración municipal, el olvido al puente peatonal de la avenida Sanders se mantiene como la constante.