Este viernes 16 de junio, el priismo de Chihuahua se vestirá de huipil por la llegada de su expresidenta nacional, Beatriz Paredes Rangel.
No viene a otra cosa, nos dicen, más que a promover su candidatura a la Presidencia de la República por la coalición opositora, esa a la que solo le une su aversión al presidente AMLO.
Entre sus momentos culminantes en esta mini gira por el estado de Chihuahua, la exdirigente y exmuchos cargos tendrá una reunión con las fuerzas vivas del priismo allá en el solitario, casi desolado edificio del PRI estatal, ubicado en la colonia Dale de la capital chihuahuense.
Dato curioso: “Beatriz”, como le llaman confianzudamente algunos priistas, viene a Chihuahua pocos días después de que estuviera Enrique de la Madrid, hijo del expresidente Miguel de la Madrid.
Ambos, De la Madrid y Paredes tuvieron sus tiempos de poder en la década de los 80s. El primero, como presidente de México entre los años 1982 y 1988; la segunda, como gobernadora de Tlaxcala, entre el 1987 y 1992.
O sea, que ambos apellidos están ligados a una época muy remota, cuando ganar por otras siglas que no fueran las del tricolor era menos que imposible —pregúntenle a Pancho Barrio si no—, y cuando Manuel Bartlett todavía pertenecía a ese partido. ¡Uuuuuy! Diría la chamacada si les platicara de aquellos 80s.
Así nada más para echarle nostalgia, en aquella época, cuando De la Madrid era presidente y Paredes se acercaba a la gubernatura de Tlaxcala, la telenovela de moda era “Cuna de Lobos”, donde la villana legendaria, protagonizada por la formidable actriz María Rubio, se llamaba Catalina Creel. ¡Creel, igual que otra de las taparroscas opositoras!
No está de más recordar, ahora que nos entró la onda ochentera, de otro programa que pegaba duro en la TV: “Estrellas de los ochentas”, donde aparecieron por primera vez cantantes y grupos que hoy son verdaderas reliquias de la cultura pop mexicana.
Bien vale el nombre de aquel “show”, porque viene a la coalición: son una auténtica constelación de “Estrellas de los ochentas”, listas para enfrentar a una sociedad que no recuerda que hubo un sismo en el 85, un “Verano caliente” en el 86 y una rebelión ciudadana en el 88. Estaría bueno recordárselos, nada más para que “conste en el acta”.
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Y si en el lado de “Va por México” se lucieron con su onda ochentera, en la otra corriente anti AMLO más bien se fueron allá a la época de los setentas, como si fueran llegando del concierto en Avándaro o de ver el programa de Los Polivoces.
Dante Delgado Ranauro, el fundador, dirigente y cuasi dueño de la franquicia “Movimiento Ciudadano”, estuvo ayer en Chihuahua para presentar su opción electoral “Mexicolectivo”, con la que espera contender por la Presidencia de la República en el año 2024, aunque sin definir quién sería su candidato.
De lo dicho por el político veracruzano, podemos destacar una frase que, salida de su boca, suena a chunga, si no es que a comentario mordaz y sarcástico: Queremos “nuevos escenarios” ¡¿Nuevos? ¿Ya vieron quienes integran el mentado Mexicolectivo?!
Ahí les va: Además de Dante, exgobernador interino de Veracruz en aquellos 80s, está Francisco Labastida Ochoa, exgobernador de Sinaloa en los mismos tiempos; el exrector de la UNAM, José Narro, de 74 años, el más “jovenazo” de las caras visibles.
Y no es nada contra la gente de avanzada edad, ni mucho menos. Lo que llama la atención son las épocas de la política de donde vienen todos esos representantes de los “nuevos escenarios”.
Como dijimos, Dante Delgado sustituyó a Fernando Gutiérrez Barrios en la gubernatura de Veracruz cuando éste se fue a la Secretaría de Gobernación en el período de Carlos Salinas de Gortari. Otra vez, años 80s.
Labastida Ochoa fue el primer candidato del PRI en perder una presidencia, en el 2000, o sea, hace 23 años. Narro fue secretario de Salud con Peña Nieto y Cuauhtémoc Cárdenas, al que también se ha mencionado, se postuló para la Presidencia en el 1988.
Poco en broma, poco en serio, los socarrones lectores de esta columna nos han preguntado si en la ceremonia de presentación van a tocar los Rolling Stones o los Hermanos Carreón.
¡Con razón Dante saludó de tan mala gana a Marquito Bonilla! Ni la foto se quiso tomar con él. A lo mejor lo ve muy chamacón para andar en estas lides de la política.
TRIVIA: ¿Quiénes han perdido elecciones presidenciales en los últimos 35 años?
-Respuesta: Cuauhtémoc Cárdenas; Francisco Labastida y Josefina Vázquez Mota
¿Y qué tienen en común?
-Respuesta: que integran el tal “Mexicolectivo”.
Bueeeno, solo les faltó un perdedor de presidenciales. Tal vez no fue porque no pudo ir, o porque no lo invitaron. Trabaja en el Palacio Nacional, para mayores señas. ¿Ya lo ubicaron?
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Ya que hablamos de visitantes distinguidos, este viernes estará en vivo y a todo color uno de los principales investigadores para México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Pablo Yanes Rizo, autor de varios estudios sobre la economía mexicana.
Su presencia en Chihuahua se debe a la presentación del estudio que realizó la CEPAL en torno al uso que en nuestro estado se le da al agua en el ramo agrícola y pecuario.
Conocedores del tema, que ya leyeron el texto, nos adelantan que no viene nada bien el diagnóstico, pues existen verdaderas aberraciones para una entidad que está entre las más secas del país, con sistemas de irrigación obsoletos y cultivos que son grandes consumidores precisamente de ese recurso tan escaso.
El nombre en sí mismo es casi tan largo como una conferencia: “Análisis de diferentes tipos de agricultura para la conceptualización de una nueva realidad rural en el norte de México: caso Chihuahua”.
Si así está el nombre del texto ¡cómo irá a estar el contenido!
A ver qué nos dice este enviado de la influyente CEPAL, un organismo dependiente de la ONU, o como dice su página oficial: “es un organismo de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el desarrollo económico y social de la región”.
La presentación tendrá lugar en el Auditorio División Multidisciplinaria Cuauhtémoc de la UACJ, ubicado en el kilómetro 35 de la carretera Cuauhtémoc-Anáhuac.
Al menos alguien que no sea “corcholata” o “taparrosca” volteó a ver la realidad agrícola e hidrológica de Chihuahua.
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El influyente IMCO: Instituto Mexicano de la Competitividad, publicó hace unos días su estudio sobre la competitividad de cada una de las entidades federativas del país y, al menos en el tema de seguridad, Chihuahua salió poco favorecido, por decirlo amablemente.
Según el “ranking” del IMCO, el estado más grande de la República en extensión territorial fue también uno de los que registró mayor grado de inseguridad de cuantos hay en el país.
Según los datos recabados por esa organización, Chihuahua estaría en el lugar 24, es decir, en el “top ten” de los más inseguros, haciendo fila con Morelos, Colima y Zacatecas, los más peligrosos del país.
Si bien el dato es alarmante, lo bueno es que ya “subió” tres lugares, porque en la medición pasada quedó en el 27, es decir, en el “top 5” de la peligrosidad.
El estudio “Índice de Competitividad Estatal 2023” del IMCO recogió datos sobre ocho distintos aspectos de la vida pública de cada entidad, entre los cuales, el Estado de Derecho es el primero en la lista y acaso por ello el más importante para quienes hicieron el levantamiento.
En su documento, se explica que el citado índice mide “la capacidad de las entidades para generar, atraer y retener talento e inversión”.
Para eso mide la capacidad de cada entidad mediante 72 indicadores categorizados en 10 subíndices.
Si bien no le va mal a Chihuahua en otros rubros —digo, en algunos podría estar peor—, el de Estado de Derecho es fundamental.
Y, para como van las cosas, tardará en mejorar.