Adriana Terrazas ya no tiene cabida en el grupo parlamentario de Morena, en el actual, porque lo que es en el de la anterior legislatura, anda como para pelar un piñón.
La diputada, actual presidenta del Congreso del Estado por obra y gracia del PRIAN, es ahora una auténtica representante del “PRIMOR”, esa especie que se enquistó el movimiento fundado por el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador compuesta por priistas que veían venir el colapso de su partido y, sin rubor alguno, simplemente se cambiaron de siglas y se vistieron de color guinda.
Así ha navegado Terrazas, sin negar su duartismo exacerbado, sin molestar a la figura del jefe del Poder Ejecutivo ni con el pétalo de un exhorto y ahora hasta echándole el toro encima al presidente AMLO por el tema de los migrantes venezolanos varados en Ciudad Juárez.
Los diez diputados que le quedan a Morena, de plano, ya ni la juntan, aunque eso es de hace tiempo, y dan por hecho que el bloque PRIAN-MC tiene ahora a dos “traidores” a la 4T: la diputación del PT, manejada a todas luces por la familia Aguilar, y la propia Adriana.
Lo que llama la atención es que, con todo su prianismo, la diputada juarense se haya rodeado de algunas de las figuras más radicales del morenismo, como Miguel Ángel Colunga.
Veterano de las luchas campesinas, andante en decenas de marchas y caminatas en demanda de mejores condiciones para los productores del noroeste, forjado en la lucha social de otra época, cuando la izquierda veía a una oligarquía, y no solo a un partido, como el adversario a enfrentar, ahora es la mano derecha y la voz al oído de Adriana Terrazas.
Colunga fue un acérrimo opositor al gobernador Javier Corral (si alguien lo había olvidado, llegó al cargo postulado por el PAN) durante la 66ª Legislatura. No le “cantó ni un strike”, como dicen en la jerga beisbolera, y mostró la cara más ruda de la izquierda ochentera cada que se le buscaba para acordar algún punto con el panismo de aquel entonces.
Ahora está cerca de Adriana y es el vínculo que le queda a la aún morenista con el movimiento de la 4T. De ahí en fuera, ni quien la quiera tener cerca entre los obradoristas.
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El corcho-canciller Marcelo Ebrard, de plano, ya echó al saco roto a Chihuahua y se enfoca ahora en buscar las simpatías que necesita para ganarle la candidatura de Morena a Claudia Sheinbaum en los estados donde se acumula la mayor cantidad de votos en las elecciones federales.
Ya lo vimos en Nuevo León paseándose en un auto Tesla, cual niño rico, con el gobernador “Tik-Tok” de Nuevo León, Samuel García, mientras ardía en Juárez la estación del INM. Ni se inmutó, ni volteó a ver hacia el norte.
Ahora, ni siquiera vino a Chihuahua para presentar su libro ‘El camino de México”. Ni porque tenía de invitados a la bienquerida Emma Saldaña, titular del Instituto Chihuahuense de las Mujeres en los gobiernos de César Duarte y Javier Corral, y al “primer cuñado del estado”, Jorge Cruz Russek.
Ebrard, nos dicen, ya dio por perdidas buena parte de las entidades del país, donde el “claudismo” ha cundido con más fuerza pese a que no los ha visitado la corcho-jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Los operadores del “marcelismo” salieron de capa caída y vieron como algunos de los actores del morenismo chihuahuense se han comprometido ya con la aspirante consentida del presidente.
Estas y estos, los morenistas-claudistas, de plano no se gastaron la pólvora en diablitos y mejor se fueron a preparar la visita de su “corcholata”, programada para el 7 de mayo, que cae domingo, por cierto. Mejor tener un feliz domingo que salirle a su candidata con un “Domingo siete”.
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Productores agrícolas de la zona Meoqui-Delicias se quedaron con las ganas de recibir la atención de su diputado, el panista Ismael Pérez Pavía, el representante de ese distrito, el número 11, ante el Congreso del Estado.
Nos cuentan que no los recibe ni los quiere oír, porque no quiere que lo vean cerca del grupo que se opone a la construcción de tendidos eléctricos en las cercanías de sus predios.
No quiere nada con ellos, pues se les ha puesto el “San Benito” de opositores a la construcción de la mega planta procesadora de malta de la empresa Malteurop, que ya tiene un avance notorio en su edificación en Meoqui.
Los inconformes se han cansado de decir que no tienen nada contra la maltera, pero tampoco quieren vivir con cables de alta tensión sobre sus cabezas.
Si bien es un litigio que ha ido ganando en tribunales la empresa productora y la que construye los tendidos, nada le costaba al diputado recibirlos y oírlos. Así, como él le exige a la 4T que atienda a los productores de otras partes del estado, a los que él no representa.
“Por qué la 4T odia a los agricultores de Chihuahua?, ¿por qué esa obsesión enfermiza por destruir el agro chihuahuense?” preguntó en su cuenta de Facebook.
A saber, si él los quiere mucho, porque lo que son a sus paisanos, ni una cervecita les invita.
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La gente de la recién creada Secretaría de Turismo anda brincando en un pie, loca de contenta porque le van a pegar a la meta que se habían trazado como captación de derrama económica durante la Semana Santa.
Cuentas preliminares que todavía no incluyen la segunda semana, la de Pascual, indican que Chihuahua sí le llegará a los 500 millones de pesos en ingresos por concepto de los diversos servicios turísticos que se prestan en el estado.
Si se confirma la tendencia, habrán logrado espantar al fantasma de las alertas del Departamento de Estado de los “Estates” para no viajar a varios lugares del país, particularmente al “Estado grande”, por aquello de la violencia.
Con esto, se comprueba que los magníficos atractivos naturales y la calidez de la gente de Chihuahua tienen una mayor fuerza de atracción que cualquier alerta, por muy Departamento de Estado que la emita.