Desde tierras norteñas del estado nos llega el mensaje de que, en breve, un grupo numeroso de productores agrícolas de la región presentará demandas contra la Comisión Federal de Electricidad, para que responda por los daños que causó con sus constantes cortes de energía a las bombas de agua.

Según la fuente que nos adelantó el caso, se trata de un grupo de agricultores de los municipios de Ascensión, Janos, Galeana y Cuauhtémoc, principalmente, quienes reclamarán el pago de una indemnización porque las constantes “idas” de la luz se presentaron justo cuando más necesitaban el bombeo de agua para salvar los cultivos.

Fue justamente en el peor período del estiaje, en este que fue el año más seco en tres décadas, cuando la CFE, de Manuel Bartlett, le falló a la región noroeste de Chihuahua y quién sabe a cuántas otras zonas agrícolas del país.

Aunque se sabe que un procedimiento judicial en contra de una de las dependencias federales más “protegidas” por la actual administración irá para largo, los inconformes no quieren dejarle pasar ese fallo tan grande y dejar el precedente de que pague por los daños causados por sus ineficiencias.

Como se ha comentado, el 2023 fue el año más seco de los últimos 33 años, y vaya que en ese período hubo sequías bárbaras que causaron la pérdida de la mitad del hato ganadero, cientos de incendios forestales y migración masiva del campo hacia las ciudades del estado.

En el ciclo agrícola anterior, el 2021-2022, Chihuahua tuvo récord de hectáreas cultivadas y tonelajes de cosechas recogidas.

De acuerdo con el Censo Agropecuario del INEGI, Chihuahua cuenta con un millón 709 mil hectáreas para uso agrícola, donde trabajan 386 mil 682 personas en los diversos ramos de la producción agrícola, pecuaria y forestal.

Si esas cifras de producción caen en el 2023 será por la falta de agua de lluvia y por los constantes yerros de la CFE. Así que más vale que asuma su responsabilidad.

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Desde los diversos puntos cardinales de la política partidista del estado nos llegan quejas contra todas las personas que gastaron dinerales en colgar sus respectivas imágenes en carteleras espectaculares, mediante el viejo y manoseado truco de difundir la portada de una revista.

En los mismos “dentros” de Morena, se escuchan voces de militantes que preguntan de dónde sacó la diputada Andrea Chávez para colocar tanto espectacular, y para mantenerlo a lo largo de meses y meses de ante-precampaña, incluso, con la renovación de la “lona” que seguramente tuvo un costo, y bastante elevado.

Pero no es solo contra ella la inconformidad, sino también hacia otras personalidades de la 4T chihuahuense que se han gastado dinero procedente quién sabe de dónde en la colocación de publicidad en espectaculares ubicadas en las zonas de mayor plusvalía comercial de las ciudades del estado.

En el PAN tampoco andan tan contentos, porque muchos se siguen preguntando de dónde sacaron para tanta cartelera y, en particular, a qué venía esa promoción si ya tenían otro encargo gubernamental al cual dedicarse.

Al interior del panismo se comenta todavía a que vino esa campaña del diputado local Luis Aguilar, si tenía todo para buscar la candidatura a la diputación federal por el V Distrito con cabecera en Delicias.

O sea, ¿quién le dijo que iba a ser candidato a senador? Y si así fue, de dónde sacó para esa abundancia de carteles y posters en cuanto espacio público se encontró.

Lo peor es que ese gastazo, más el que vendrá ya en “temporada regular”, llega en un momento en el cual la zona rural del estado se encuentra en emergencia humanitaria a causa de la sequía.

O sea, que los productores que no lograron levantar maíz ni para el forraje se encontrarán con que no hay dinero para cubrirles sus pérdidas, pero sí para “espectaculares”.

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El colmo, la Universidad Autónoma de Chihuahua le entrará a la pelea por los recursos del presupuesto participativo de la Presidencia Municipal de Chihuahua.

O sea, que no le “alcanzan” los más de dos mil millones de pesos que tiene de presupuesto anual, no: además le pide “gorra” al Municipio para hacer obras de mejoramiento que le corresponden a su administración.

Según lo ha difundido la propia UACh, le han entrado al concurso para obtener recursos del Prepuesto Participativo, que se destinarían a dos obras en específico.

Una tendría lugar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, denominada “Espacio Seguro y Adaptado”, que consiste “en colocar nuevas rampas, rieles, cintas podotáctiles, cambio de lobby, taller de radio y salones para realizar los exámenes profesionales, un auditorio y un acceso más cercano al transporte público cuyo objetivo es beneficiar principalmente a las personas con discapacidad, así como las y los usuarios del transporte público”, dice el comunicado de la UACh.

Al anterior se suma el proyecto la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas para cambiar las luminarias del estadio de futbol americano “Nido de Águilas”.

¡Eso sí que es prioritario! No hay para instalar equipos de aire acondicionado y, encima, le piden al ayuntamiento que, de “gorra”, le cambie los focos a su estadio.

Es decir, que esa institución, que maneja un dineral, que recibe de todas partes, con su “pedazo” de Impuesto Universitario, le va a pelear el recurso a colonias periféricas que llevan años buscando la construcción de una cancha, la pavimentación de su calle principal o la canalización de un arroyo.

¡Que sea pareja la pelea!

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A las y los aspirantes a ocupar una consejería en el Ichitaip que la “rompieron” en la presentación de sus exámenes de conocimientos, les tenemos una buena y una mala.

Primero la buena: se ven muy bien en la foto esas ocho personas, sobre todo, por su dedicación, por las horas de estudio que le dedicaron a la preparación de su prueba y por su elevada calificación.

Ahora la mala: en la historia de la integración de ese instituto abundan los casos de aspirantes que batearon de 300 para arriba y la perdieron contra otro que se ponchó en la novena entrada, por usar términos beisboleros.

Hubo un caso, allá en la administración del gobernador Dee Jay, cuando un aspirante, Rodolfo Leyva, obtuvo la más alta calificación y ni así logró instalarse como consejero del Ichitaip.

Fue hasta una segunda oportunidad, ya durante el gobierno de Javier Corral, cuando se le respetó el mérito y se le eligió para un cargo que entregará en breve, al concluir el período para el que fue electo.

Así que, felicidades, pero no canten victoria. Hay aspirantes con muy buenas calificaciones, pero también, políticas y políticos de tiempo completo a quienes solo les falta un “empujón” para llegar.

Mejor guarden el confeti para más al rato.