Al exdelegado del ISSSTE en Chihuahua, general retirado Jorge Domínguez, le sigue lloviendo sobre mojado.

Ya no solo son las denuncias de sus exsubordinadas, quienes lo habían acusado de acoso y malos tratos. Tampoco son los señalamientos de sus presuntos manejos turbios al interior de la delegación, o del servicio de quinta que dan en las clínicas de esa institución.

Ahora se suma una demanda de violencia intrafamiliar.

Según nos cuentan fuentes cercanas al exfuncionario, las mencionadas querellas en su contra le causaron un conflicto al interior de su vida familiar que terminó en agresiones físicas.

A raíz de ello, la afectada, nos dicen, que es la propia esposa del militar, promovió la denuncia en la Fiscalía de la Mujer, donde también se siguen las otras que viene arrastrando de cuando era delegado del ISSSTE.

Hasta la fecha, como se los comentamos ayer, se desconoce el paradero de quien dirigiera a esa importante institución de salud pública, una de las más grandes del Estado Mexicano, y que en Chihuahua atiene al conglomerado laboral más grande de toda la entidad, como es el magisterio federalizado.

Llueve sobre mojado, entonces, en la dependencia que tiene su hospital principal en la esquina de Universidad y avenida Las Américas, las protestas de los empleados no permanentes aún permanecen, pues no les han cubierto los pagos que les deben desde hace meses.

Por cierto, ellos también piden la destitución de funcionarios allegados al militar, pues también se les señalan malos manejos y negligencia médica, pues tienen las clínicas—afirman—en pésimas condiciones, con áreas que podrían ser focos de infección.

Así que la pelota está en dos campos: por un lado, en la dirección del ISSSTE, que debe mejorar las condiciones de sus hospitales y pagarles a sus eventuales, y por otra, en la Fiscalía de la Mujer. A ver quién resuelve primero.

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El presidente AMLO pasa por la crisis más severa desde que inició su mandado, allá en diciembre del 2018, a causa de un fenómeno natural sin precedentes, como lo fue el huracán Otis, y por el pésimo trato que se le ha dado a la tragedia y a los afectados por ese desastre.

No obstante, ese golpe de opinión pública, en Chihuahua, la imagen del político tabasqueño fue al alza durante el mes de octubre, según la casa encuestadora Mitifosky.

En la medición de aprobación del presidente correspondiente a octubre de 2023, resultó con un incremento en Chihuahua de cinco puntos, que lo dejó con un rango de 54 por ciento, el más alto en lo que va del año.

En la medición anterior, había quedado con una aprobación “media”, según los parámetros de Mitofsky, pues había quedado por debajo de los 50 puntos de opiniones positivas.

En el período de referencia, la popularidad del presidente creció principalmente en cinco entidades, entre ellas: Estado de México, un 5.7; Veracruz, con 5.3 y Chihuahua, con los cinco puntos antes mencionados.

Hasta septiembre, Chihuahua ocupaba el sitio 24 en los índices de popularidad del presidente, pero ahora “bajó” al 22.

Y mientras sube en Chihuahua, un estado gobernado por Acción Nacional, en Guerrero se fue a la lona.

El estado donde ya ha gobernado la izquierda—antes, con el PRD—y donde tenía una aprobación por encima de los 60 puntos, tras el golpe de Otis, perdió 15 puntos de aprobación… más los que se acumulen esta semana.

Así de impredecible es la política: un fenómeno natural que nadie esperaba cambió todo el decorado electoral en un estado donde el morenismo parecía tener un día de campo, mientras que en Chihuahua, azulado como está, las cosas subieron para los guindas.

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Y hablando de los de la 4T, los amarres siguen a la orden del día y la velada de armas para disputar los cargos que estarán en disputa el año próximo, cuyas candidaturas se definirán en semanas ya muy cercanas.

Por un lado, la diputada federal juarense Susana Prieto se presentó en Chihuahua para anunciar que irá por la candidatura al Senado de la República, algo que ya se veía venir.

Lo hizo durante un singular desayuno—a las 11 de la mañana, ¡pues a qué horas come! —, donde estuvo acompañada del grupo cercano al alcalde Cruz Pérez Cuéllar, notable adversario del frente claudista que comanda la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes.

Ahí anduvo el “hermano incómodo”, el “Raúl Salinas” del alcalde juarense, Alejandro Pérez Cuéllar, sin hablar, pero haciéndose notar, como para dejar en claro en qué cancha está jugando la diputada que ahora mismo empuja la reforma a la Ley Federal del Trabajo para establecer la jornada de 40 horas a la semana.

En otro frente, el exdiputado federal Alex LeBarón, se destapó como un estandarte del “claudismo” en Chihuahua y hasta se dejó ver en amena charla de café con la dirigente estatal de Morena, Brighite Granados.

“Que gusto compartir la mesa, el cafe y la vision de la Doctora @claudia_shein con @bibigranados11; una mujer joven que tiene mucha claridad en como construir responsablemente los trabajos que garanticen posicionar a nuestra proxima Presidenta en #Chihuahua.  A trabajar, y trabajar bien 💪”, dice su mensaje publicado en su página de Facebook.

En la foto, ambos: aspirante y dirigente, sentados en la mesa de uno de los restaurantes más caros del centro de la ciudad. ¡Primero los pobres! Y a tomar café en local fundado por Eloy Vallina (q.e.p.d.)

Exdiputado local y federal, duartista a siete suelas en los buenos tiempos del ballezano, ahora busca repetir el triunfo en el Distrito 1, que abarca su región noroeste, pero ya no por el descolorido tricolor, sino con el brillante púrpura de Morena.

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Con una tradicional “calaverita” de Día de Muertos, el político chihuahuense Juan Ramón Flores celebró el nombramiento de ministro de la Embajada de México en Estados Unidos, que estrenó hace unos días.

“Cónsul de Comunidades

lector de gran afición,

lo lloran autoridades

pues lo llevan al panteón.

“¡No me lleves todavía!””

La calavera completa, de 17 versos, se encuentra en la página Facebook del ahora diplomático, quien ha hecho su carrera en la política de la 4T al lado del exsecretario de Educación Pública y ahora embajador de México en los Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán.

Juan Ramón Flores inició su carrera política prácticamente desde la infancia, cuando participaba en brigadas de promoción del voto en el entonces llamado “Frente Juvenil Revolucionario”, sector juvenil del PRI, allá por los años 80s.

Su carrera fue de acá para allá, siempre bajo los colores del tricolor, en un viaje constante que lo llevó a ser diputado federal suplente, delegado de Liconsa en el estado y Coordinador de Comunicación Social en el gobierno de César Duarte.

Cuando dejó ese cargo, allá por el 2014, se perdió de vista en la política chihuahuense, hasta que reapareció enfundado en la camiseta de Morena, al lado de Esteban Moctezuma, quien antes había sido secretario de Gobernación en la presidencia de Ernesto Zedillo.

Ese “rodar de acá para allá” ya lo puso en un cargo alto de la diplomacia, y no en cualquier parte, sino en Washington, la capital del poderoso país vecino del norte. ¡Que más le puede pedir a la política!