El Congreso del Estado inició su sesión de Diputación Permanente con un homenaje al parlamentario mexicano por excelencia, Porfirio Muñoz Ledo, fallecido este domingo a la edad de 89 años.
Era lo menos que podía esperarse de un órgano legislativo cuando se trata de uno de los legisladores más influyente de las últimas décadas.
A estas horas, los medios consignan decenas de anécdotas, frases y situaciones controversiales en torno al que fue diputado federal y senador por distintos partidos, aunque siempre con una orientación política de izquierda.
Sin embargo, una de las que más marcaron su personalidad y que dejaron una marca más indeleble en la vida política del país fue la ocasión en la que, ya investido de senador de la República del entonces Frente Democrático Nacional, interpeló en diversas ocasiones al presidente de la República de aquella época, Miguel de la Madrid Hurtado durante la presentación de su último informe de gobierno, en 1988.
Era aquella una época en la que el informe presidencial era prácticamente un ritual que se celebraba cada día 1 de septiembre, “el Día del Presidente”, decía la clase política.
Con sus furibundos cuestionamientos, parado al pie de la tribuna de la Cámara de Diputados, donde hablaba el mandatario nacional, Muñoz Ledo, papeles en mano, le cuestionaba los datos que en difundía para la nación.
Después de ese informe, nada volvió a ser igual. Vinieron una serie de reformas que fueron convirtiendo la ceremonia en un acto más parlamentario que presidencial, con participación de las fuerzas políticas con asientos en la Cámara.
Hoy en día, se habla con toda normalidad de que el presidente o los gobernadores estatales envíen al Congreso su informe por escrito o pronuncien un breve y conciso discurso.
Esa transformación comenzó a darse aquel 1 de septiembre de 1988, cuando ya no fue el “Día del Presidente”, sino el día del parlamento.
Descanse en paz el parlamentario que nunca dejó de hablar, y a quien nadie lo dejó callado.
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El grupo cercano al exgobernador de Chihuahua en el período 2010 al 2016 ha difundido la versión de que este fue atacado dentro del penal de San Guillermo en un intento por quitarle la vida.
En julio del año pasado, diversos medios dieron a conocer una supuesta agresión contra el exmandatario, pero no abundaron en mayores detalles, es decir, si éste había salido malherido, si el atacante había sido sometido por los custodios o si era más de un agresor.
El pasado 15 de junio, en entrevista radiofónica, el propio César Dee Jay dijo que lo habían intentado matar, pero una vez más, tampoco arrojó más información.
Acerca de esa versión, nos llega información desde San Guillermo, sede del nada recomendable “hotel cuatro estrellas” que es el Cereso 1, en el sentido de que no existe reporte alguno de una agresión de ese tipo.
De haber sido así, hubiera sido tan notorio que habría quedado grabado por las cámaras de vigilancia, pero no fue así.
Por otra parte, desde la FGE nos informan que tampoco hay una investigación acerca de un hecho tan grave como es el homicidio en grado tentativa, ni presunto autor o autores detenidos o interrogados.
Por lo visto, se trata de una más de las estrategias del exmandatario por apresurar su liberación, ya sea en calidad de exonerado o con medida cautelar domiciliaria, pero al menos esta no le resultó tan verosímil, o sea, que nadie se la creyó.
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La protesta de los empleados de la Secretaría del Bienestar que fueron despedidos de manera fulminante hace una semana continúa en pie, pero ahora reciben trato de soldados enemigos atrapados en una plaza sitiada.
“Acuartelados” en las oficinas de esa dependencia ubicadas en la avenida Ocampo de la ciudad de Chihuahua, los paristas han resistido más de una semana con su protesta y su toma de instalaciones, en demanda de que se les reinstale en sus antiguos puestos de trabajo.
Sin embargo, lejos de recibir atención a su demanda, este lunes arreció la presión contra ellos para que entreguen la instalación.
Paristas que han participado en la toma informaron que ya les cortaron la energía eléctrica, por lo que estarán a oscuras y sin aire acondicionado. Esto, en un plan de “a ver quién se cansa primero”.
Ante esa situación, esperan otro tipo de medidas de presión, como el corte del agua, según se lo expresaron a esta Doña.
Y todo por alterar el orden de la administración pública en aras de la politiquería barata.
Como se recordará, los 60 trabajadores que ahora mismo están en paro recibieron el “tijeretazo” tan pronto como su jefe, Marcelino Gómez Brenes, renunció a su cargo para irse a coordinar la precampaña —¡sí, precampaña ¿o qué otra cosa es? —del corcholato Adán Augusto López.
O sea que, a casi un año del proceso electoral, Gómez Brenes tiró la toalla para irse en pos de algún otro hueso, que con toda probabilidad dejará también abandonado cuando se acerque una nueva elección.
Y a todo esto ¿Cuántos dedos va a mover Juan Carlos Loera para solucionar el problema?
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Los millones de ciudadanos que quisieran traer a cuentas a corcholatos y taparroscas que andan como desaforados rentando espectaculares y haciendo actos multitudinarios tendrán que esperar un buen rato para ver cuánto se gastaron y de dónde sacaron tanto dinero.
A ver si podemos darnos a entender sin que el amable lector o lectora se enoje ante tanta discrecionalidad de los actores políticos para tapizarnos nuestra ciudad de propaganda.
Resulta que todos esos gastos serán fiscalizados no de manera individual, como parte de los recursos que gastó cada aspirante en promover su imagen, sino dentro del ejercicio programado de cada partido político al que pertenezcan, o sea, Morena y los que integran la Alianza por México.
De ser así, los partidos entregarán su informe anual de actividades y ejercicio de gasto hasta inicios de 2024, y el INE se tomará 60 días para fiscalizarlo.
Dicho de esa forma, el órgano electoral tardará hasta más o menos finales de febrero o inicios de marzo para saber cuánto dineral nos costó a los ciudadanos el que tanto político y política anduviera de entusiasta buscando “sacrificarse por México”.
Porque ahora resulta que no nada más hay taparroscas y corcholatos: ya vimos en Chihuahua que hasta los servidores públicos en pleno período de servicio andan promoviendo su imagen.
Faltan meses para que inicien formalmente las campañas rumbo al 2024, cuando se renovará la Presidencia de la República, pero también las dos cámaras del Congreso de la Unión y en nueve estados de la República, incluida la Ciudad de México.
Así que ya podemos imaginarnos cuánta publicidad va a aflorar de aquí a entonces, y los ríos de dinero que irán a dar a esas campañas disfrazadas. A ver cuánto se gastarán de aquí a entonces.