Ya salió el peine: por fin supimos por qué Chihuahua quedó fuera del selecto club de los estados que recibirán una tarifa de energía eléctrica subsidiada, o lo que es lo mismo, con un descuento que ni don Regalado en el mes de Julio.

Resulta que la Comisión Federal de Electricidad, que dirige Manuel “Simpatías” Bartlett Díaz, le aplicó ese severo castigo a Chihuahua—dejarlo fuera de los subsidios a la tarifa de luz—porque debe mucho, mucho dinero.

No solo es una suma cuantiosa la que tiene en tinta roja, sino que la adeuda desde hace más de diez años.

No pues así ¡ni cómo pedir que nos hagan un descuento!

Fuentes cercanas a la CFE le chismearon a esta Doña que el Gobierno del Estado de Chihuahua le debe a esa paraestatal la friolera de 3 mil 200 millones de pesos.

Sí, leyó bien: son 3.2 mil millones “del águila” de un pasivo que se viene arrastrando desde el año 2013, durante el gobierno de César Dee Jay.

Pero ¿en razón de qué se juntó esa cuentota, que ni en una tienda departamental?

Tal vez el lector o la lectora recuerden que, allá por el 2014, el Gobierno estatal anunció con toda la pompa y circunstancia que se había logrado cambiar la tarifa eléctrica aplicable en la entidad, por lo cual los recibos bimestrales que llegan a cada hogar tendrían descuentos nunca antes vistos.

Y, en efecto: muchos recibos llegaron en 0.00 pesos y así siguieron durante el año 2015, cuando hubo elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados. Por cierto, fueron las últimas que ganó el PRI, en Chihuahua y en el país.

Ya en plena administración de Javier Corral, se supo que no hubo tal cambio de tarifa, sino que el Gobierno estatal se había comprometido a pagar la cuenta y que, para aquellos entonces, año 2016, ya iba en más de 2 mil mdp.

Luego, Corral tampoco quiso pagar, como si se tratara de una deuda de su antecesor y no del Gobierno del Estado, y pues así se fue subiendo la cuenta hasta llegar a los 3 mil y pico que se adeudan en la actualidad.

Para darnos una idea, la cuenta con la CFE supera a presupuestos como el de la UACH, la UACJ, el Colegio de Bachilleres o el de varias secretarías del Gobierno del Estado.

Así que ya lo sabemos: si no nos invitaron al descontón de tarifas, es porque no hemos pasado a la caja a ponernos al corriente y pues, ahora sí que la CFE nos cantó aquello de “toma chocolate, paga lo que debes”.

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La Comisión Nacional del Agua “filtró” el dato de que hay en el estado 3 mil 200 títulos de concesión que no se han renovado porque está bajo revisión si son legales o “piratas”.

Por lo pronto, los dueños de esos contratos ya no tienen contrato con la CFE para que les surta de energía eléctrica a sus bombas y, por lo tanto, ya no podrán extraer agua del subsuelo durante este ciclo, por lo menos.

Este tema será uno de los más espinosos de cuantos se traten en las reuniones que se celebra este 18 de marzo entre representantes de la CFE, la Conagua y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la SADER.

Entre otros temas, a cuál más de puntiagudos, se tocará el del problema que causa el de los pozos clandestinos o que funcionan con un permiso “pirata”.

A todos esos, de entrada, se les cortará el suministro de energía eléctrica, lo mismo que a los que no hayan tramitado el cambio de uso de suelo.

Lo otro que viene es la firma de los convenios para pagar, aunque sea en abonos, la deuda que se cargan muchos de los productores agrícolas con la Comisión Federal de Electricidad.

En algunos casos, las sumas llegan a millones, pero en muchos otros, son varios miles que el agricultor o fruticultor no tiene en este momento para pagar, y sí en cambio necesita la luz eléctrica para bombear agua.

El horno no está para bollos, porque la lluvia nomás no llegó, las presas están al 35% y los productores ya están en pleno ciclo agrícola. Si a eso le sumaran que no tienen luz para bombear agua, la cosas se pondrá en verdad difícil.

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¡Vaya con la separación de la iglesia y el estado! ¿En dónde habrá quedado ese precepto constitucional? Seguro, guardado en el mismo baúl, apolillado y cubierto a donde se han ido muchos otros mandatos establecidos en nuestra Carta Magna y que nadie acata.

Este domingo, temprano, por la mañana, en la mismísima catedral metropolitana de la ciudad de Chihuahua, se ofició la misa en la que el ministro de culto llamó a “no permitir que nuestro México quede a merced de los que solo vienen a mentir, a robar, a destruir, a matar…”.

Eso lo dijo como parte del sermón que pronunció en la misa de las 7:00 AM, y que ha circulado en redes sociales desde ese entonces.

Desde luego, las reacciones y “puestas de saco” no han escaseado, y van desde la ya mencionada separación de la iglesia y el estado; de quienes le quitan autoridad a la organización religiosa por los escándalos ocurridos en su interior, o los que recuerdan su filiación ideológica “de derecha”.

Por el otro, los hubo quienes justificaron las palabras del sacerdote, pues consideran que ese discurso es parte de su obligación como orientador espiritual, o quienes salieron a decir que él se refería a cualquiera que le pueda hacer daño al país y a sus habitantes, no a alguien en específico.

O sea, que al que le caiga el saco, que se ponga camisa y corbata, según le entendimos a los que lo justificaron.

Otros cibernautas comentaron que no es la primera y, por lo visto, tampoco la última vez que esto ocurrirá, pues lleva tres domingos con la misma discursiva.

Si así está a estas alturas, cuando la campaña apenas comienza ¿cómo se irán a poner los púlpitos de aquí al domingo 26 de mayo, cuando se oficiará la última misa dominical antes de los comicios “más grandes de la historia de México? Pagamos por ver, y oír.

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¡Ah pa’ patinón que se dio Alfredo “Caballo” Lozoya en un mitin de campaña celebrado el sábado pasado en la capital del estado!

En un encendido discurso, el exalcalde de Hidalgo del Parral llamó a no votar “por la vieja política” y a rechazar a todos esos que ahora se visten “de guinda… de anaranjado”.

¡Ah, qué caray!, pues si los que se visten de color naranja son los de Movimiento Ciudadano, “su” partido, el que lo postuló como candidato al Gobierno del Estado de Chihuahua y el mismo en el que ahora promueve candidaturas leales a él.

“De anaranjado no”, corrigió de inmediato, pero el daño ya estaba hecho, los memes volaron por las redes de inmediato y la risa del respetable sonó fuerte, al grado que se alcanza a oír en los videos que andan corriendo los las redes.

¿Querrá decir que él es anaranjado, pero no “fosfo-fosfo”? ¿O será que su esposa, Soledad Sánchez, ¿no vestirá esos tenis color naranja subido—de esos que lesionan hasta la retina más saludable—para hacer campaña a la Presidencia Municipal de Hidalgo del Parral?

Lo que llama la atención es que, mejor se trastabilló con el color de su propio partido, antes de mencionar a “tricolores”, “amarillos” y, mucho menos, a “blanquiazules”.

¡Qué conveniente! Les tunde a los morenistas 4Ts de color guinda—que bien merecido se lo tienen—pero no voltea a ver en su crítica a las fuerzas políticas que están instaladas en el gobierno de Chihuahua.

¿Pues no que con el PRI ni a la esquina? A la esquina no, pero ¿qué tal a media cuadra?