En el año 2022 la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh) tuvo 29 mil 504 jóvenes matriculados de municipios y localidades alejadas de las sedes universitarias.
No obstante, las instituciones y las autoridades educativas, desconocen por completo el padrón o la estadística de alumnos que provienen de los 67 municipios de Chihuahua, y que son un factor importante en materia de derrama económica y aun así se encuentran en vulnerabilidad por querer salir de su casa a estudiar.
Las rentas cercanas a los campus universitarios tienen un costo desde 5 mil pesos mensuales y en algunos casos llega hasta los 10 mil, y cuentan con dos, máximo tres habitaciones.
Esto lleva a la mayoría de estudiantes a buscar un “roomie” para compartir gastos o incluso, compartir habitación.
Abusan del apuro y los estafan
Sin embargo, existen muchas denuncias en los grupos de renta-venta de departamentos en redes sociales, debido a que existe gente que estafa a los estudiantes con ofertas apócrifas de vivienda.
Estas consisten en ofrecer un departamento amueblado con todos los servicios a costos considerables, solicitan el depósito para “apartar” la casa y jamás se presentan a mostrarla o a entregar las llaves del inmueble.
“Esto me pasó por confiar y dar dinero sin recibir nada en físico, esta persona nos pidió el depósito y jamás volvió a responder los mensajes; puso trabas para no vernos y no poder concretar algún acuerdo”, se explica en una publicación de Facebook de estos grupos.
… Y falta el gasto en mobiliario
Muchos de los departamentos que se rentan están sin amueblar, lo que generaría más gasto en la compra de un colchón, los cuales, rondan entre los 2 mil pesos nuevos, y mil 500 usados; la base de estos rondan entre los 3 mil pesos aunque en algunos lugares van de regalo en la compra del colchón.
Los refrigeradores más baratos que se pueden encontrar en el mercado van desde los 4 mil pesos, hasta los 12 mil dependiendo del modelo; las estufas desde 4 mil hasta los 10 mil pesos.
Esto sin contar la compra de un horno de microondas, que oscilan desde los mil pesos hasta los 6 mil, sin contar que se pueden encontrar a precios más accesibles en páginas como “Market Place” de Facebook, con la posibilidad de ser estafado al igual que en el caso de los departamentos.
María Martínez, estudiante de sexto semestre de la carrera de Periodismo en la Facultad de Filosofía y Letras, es originaria de Ciudad Juárez y mensualmente gasta alrededor de 5 mil pesos, entre el pago de la renta, servicios, transporte urbano y mandado.
“No me ha tocado ver apoyos para foráneos en la ciudad, y he notado que en general para las becas que no son las de la UACH piden mucha papelería y creo que a veces complica mucho el poder adquirirla o son dirigidas a gente muy en específico”, dijo María.
La dirección de Desarrollo Humano y Educación de la Presidencia Municipal informó que los apoyos que se otorgan a estudiantes, como la “Beca de Excelencia” y la “Beca de Formación” solo están al alcance para quienes radican en el municipio de Chihuahua, lo que no permite que estudiantes foráneos accedan a este apoyo de dinero en efectivo.
La UACH, a “mitas”
La UACh tiene varias becas en su catálogo, como la beca alimenticia, la cual consiste en tener una comida gratis en la cafetería de su facultad.
Existen otras subvenciones como la beca socioeconómica, que consta de un 50% de descuento en la colegiatura semestral y exige un promedio en específico para poder solicitarla.
En cuanto al transporte de los estudiantes, con el aumento a los camiones, quienes toman la ruta troncal del Bowi diariamente, estarían pagando un total de 500 pesos mensuales, por los 5 días hábiles de clases que tienen que cumplir.
Jazmin Chavira, estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, vive al sur de la ciudad en la calle 75 y media de la colonia Aeropuerto, con unos tíos a quienes les paga mil pesos por su estadía.
Cada día debe tomar una ruta urbana y un Bowi. El total de su gasto en transporte es de 880 pesos mensuales. Casi dos mil pesos al mes solo por estudiar.
A todo lo anterior hay que sumar el pago de las colegiaturas, cuyo monto varía según sea la institución pública donde se estudie.
Por último, los estudiantes que tienen que pagar las cuotas de inscripción por ellos mismos, se ven en la necesidad de buscar un trabajo acorde al horario que tienen en la escuela, sin embargo, al final del día, ellos señalan que existe un agotamiento físico y mental.
Hasta el momento, no hay en el presupuesto de egresos del estado, del municipio, ni en el de las universidades un programa para proporcionar apoyo a estos estudiantes foráneos.