Esos del PAN agarraron “pichón”, como dicen en el barrio, porque le dejaron a sus aliados político electorales los distritos locales perdidos, donde Morena les sacó calles de ventaja en el proceso del 2021.

Para darnos una idea: el Revolucionario Institucional postulará candidaturas a diputaciones locales en los distritos 2, 3, 6 y 8 de Ciudad Juárez; en el 13, de Guerrero, 21 de Guachochi y 22 de Parral.

Salvo estos dos últimos, y tal vez el 13, el ex partidazo la tiene de plano cuesta arriba, porque en los comicios anteriores, los del 2021, la perdieron por 2 a 1 contra Morena, y eso que aún no tenía este último la Presidencia Municipal de Juárez.

Nada más hay que echarles una mirada a los números para darnos cuenta que el PAN, que lleva la voz cantante en Chihuahua, mandó a su aliado al matadero: en el Distrito 2, la perdieron por 52.1 votos contra 23.41 que juntaron el PRI y el PAN, por separado. O sea, fue goliza, y fea.

En el Distrito 3 las cosas no quedaron mejor para el grupo de partidos que hoy forman la alianza “Puro Corazón”: 49.9 Morena, 26.9 PRIAN. Ni yendo a bailar a Chalma tuvieron para pelear ese distrito.

El Sexto está por el estilo: 46.6 Morena contra 29.5 que sumaron el tricolor y el blanquiazul. O sea, otra paliza.

Al menos podrán decir que les dejaron el 13 de Guerrero, el 21 de Guachochi y el 22 de Parral, donde ganaron con amplio margen en el proceso de hace tres años.

A quien le fue de plano como en feria fue al PRD, pues lo mandaron al Distrito 3 de Juárez, donde Morena ganó con el 53.7% de los votos contra un 16.3% del PAN. Crueldad vil, o sea, si no les querían dar nada a sus compañeros del Sol Azteca, mejor díganselos.

En cambio, el PAN se sirvió con la cuchara grande en los cinco distritos de Chihuahua, donde ganó en proporción de 2 a 1 en las elecciones del 2021, así como en el 14 de Cuauhtémoc; el 10 de Delicias y el 20 de Camargo, plazas “ocupadas” por el panismo.

Falta ver cómo se van a repartir las candidaturas a los ayuntamientos, aunque ya definieron que 36 fórmulas serán para el PRI, 27 para el PAN y 4 para el PRD.

Sí, nada más que cuatro de los municipios más poblados del país serán para los blanquiazules. ¡Qué gacho ser priista en Chihuahua hoy en día! ¿No?

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A pocos días de que se definan muchas cosas en los procesos internos de los partidos políticos, al menos en Morena, los vientos parecen favorecer a Andrea Chávez, “Lady Jirafa”, para ser la candidata al Senado de la República en primera fórmula.

La encuesta de la firma Demoscopía la ubica en un lejano primer lugar entre las cinco aspirantes morenistas a obtener esa postulación, con un 28% de preferencias entre los posibles “encuestados”, quienes definirán quién gana y quién se va a su casa.

En segundo lugar y para sorpresa de muchos, estaría Adriana Terrazas, con un 12.6% que de poco le sirve, si acaso, para ser candidata suplente; Rosana Díaz se va al tercero, Susana Prieto, al cuarto y la ex marcelista Maité Vargas hasta el fondo de la tabla.

Eso sería en caso de que la candidatura de la coalición termine en manos de los de guinda y blanco, porque el PT y el Partido Verde Ecologista de México se andan moviendo para colocar sus propias piezas.

Ahí está el PT, que empuja a Lilia Aguilar Gil, y a Héctor “Teto” Murguía para la otra fórmula, la reservada para candidatos varones.

Si bien la ventaja de Andrea se ve amplia, su postulación no estará exenta de polémicas al interior de su partido, pues son muchos los reclamos que hay por el despilfarro de recursos que ha hecho a lo largo de todo el período que ni a precampaña llegaba.

El tema de los espectaculares, las bardas y el suntuoso informe presentado en un hotel de lujo estarán en la mesa cuando se llegue la recta final, y probablemente surja ya entrados en campaña.

Así que mejor pagamos por ver y esperamos a que esos tres partidos se pongan de acuerdo.

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La coalición “multicolor”, a saber, guinda, verde y roja, vivía horas de definición en este guadalupano 12 de diciembre, cuando debían determinar cuál de esos partidos: Morena, el PVEM o el PT, iba a “poner” al o a la candidata al Senado de la República.

Fuentes cercanísimas al proceso de “entendimiento” nos confirmaron que la cosa estaba al punto de quiebre, con un Partido Verde enojado y amenazando con irse por cuenta propia, o sea, sin alianza con los morenistas.

¿La razón? Un poco más complicada de lo que parece, sobre todo, porque así la dejaron las dirigencias nacionales de esas organizaciones políticas.

Como se dio a conocer en su oportunidad en este mismo espacio poco discreto, el PVEM tendría la “mano” para designar a la candidatura al Senado de la República en primera fórmula por el estado de Chihuahua.

El detalle es que los morenistas entendieron que sería una de sus propuestas, nada más que vestida “de verde”. Es decir, que sería una de las cinco precandidatas de Morena, pero postuladas por el PVEM. ¡Sí, cómo no ¿y la nieve, de limón?!

El punto de ruptura, nos dicen, se refiere únicamente a la posible coalición en el estado de Chihuahua, donde, por si fuera poco, el PT trae sus propias candidaturas y su dinámica muy por fuera del morenismo. Ahí andan Lilia Aguilar y Teto Murguía moviéndose a velocidad, cual si fueran a postularse de manera directa.

Faltan pocas horas para que esto se decida y veamos si los partidos que integran la 4T van cada uno por su cuenta, si el PT y el PVEM se alían entre ellos o si logran hacer “historia”, como la vez anterior.

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El secretario de Seguridad Pública estatal, Gilberto Loya Chávez, está muy contento porque—dice—logaron “bajar” el índice de homicidios en un 27% en lo que va del 2023.

Más despacio, porque el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública tiene “otros datos”, que son nada halagüeños para Chihuahua.

Ahí va: según el informe más reciente, con corte a octubre de 2023, iban mil 472 casos registrados, contra mil 419, al mismo período, pero del año anterior.

O sea que, lejos de disminuir, se incrementó en un 3.7% de un año al otro, al contar con 53 casos más en este período enero-octubre.

Esto, hablando únicamente de los homicidios dolosos, porque en otros rubros de la seguridad pública, los datos están para llorar.

En entrevista para Norte de Chihuahua, Loya Chávez dijo que busca “mantener esas condiciones de gobernabilidad y sobre todo, darle otro jalón a la incidencia delictiva”.

Ándele pues, a ver cómo le caen estos “otros datos”: 5 mil 154 casos de lesiones, los 3 mil 856 casos de agresiones sexuales; 14 mil 551 delitos contra la familia; las 2 mil 700 amenazas y los 2 mil 592 casos de narcomenudeo.

Para que se entienda: no hay razón ni motivo para festejar nada. El tema de la inseguridad sigue y, por lo visto, seguirá ahí, aunque a algunos servidores y servidoras públicas de todos los niveles les guste aventarse confeti con una mano y aplaudirse con la otra.