La Junta Central de Agua y Saneamiento ya recibió la autorización del Congreso del Estado para que le abra a la llave de la deuda y reciba un “chorro” de dinero prestado de parte de la banca múltiple, con intereses y todo eso que suele generar un crédito de largo plazo.

Aunque el “O.K.” va dirigido a la JCAS, el beneficiado del mega crédito será la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Juárez, organismo que destinará el dinero prestado para ejecutar obras de mejoramiento en los sistemas de alcantarillado de la ciudad fronteriza.

Son nada más y nada menos que 94,5 millones de pesos para continuar con las obras de construcción de los colectores de agua tanto residual como pluvial, con lo cual espera la JCAS terminar con el problema de las inundaciones que se presentan en cada temporada de lluvia.

El proyecto “Mejoras al Sistema de Alcantarillado Sanitario de Ciudad Juárez, Chihuahua” podrá contratar uno o más créditos hasta completar los casi 100 millones de pesos mencionados anteriormente, a un plazo, tasas y condiciones que no quedaron establecidos en la autorización del Congreso.

Dicho de otra manera: les dejaron carta abierta para que se arreglen de la mejor mantera y busquen la mejor tasa posible, ahora que es tiempo de “deudores”, porque la banca anda que se le queman las habas por colocar el dinero que tienen captado en sus bóvedas.

Solo falta un detalle por anotar: que con ese crédito, el pasivo de la Junta Municipal de Agua de Ciudad Juárez superará los 271.4 millones, ¡ahí nomás! O como decía la gente de antes: “más lo que se acumule esta semana”.

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El exalcalde juaritos Héctor “Teto” Murguía Lardizábal ha andado muy activo a últimas fechas, reuniéndose por aquí y por allá con operadores políticos de la 4T.

Quienes han visto de cerca las andanzas del Teto cuentan que está en modo “lo que caiga es bueno”.

Por supuesto que la quiere de candidato a senador de primera fórmula, aunque se ve difícil que se la quite a Juan Carlos Loera.

Y si no, pues aunque sea de diputado federal “por tierra”, ganando uno de los cuatro distritos de Juárez, aunque también tendrá qué pelearla con alguno de los actores morenistas que andan hechos la raya por uno de esos envidiables “huesos”.

Lo del Congreso local no le hace mucha gracia. Ya estuvo ahí su hermano Daniel y pues, no es que le haya ido mal, pero tampoco es la súper plataforma de lanzamiento.

Lo que no echa al saco roto es volver a la Presidencia Municipal. No obstante, se ve difícil que mueva a Cruz Pérez Cuéllar.

Por otra parte, tampoco le ha dado el portazo a la “tienda de enfrente”. Ya lo vimos de combite con las y los integrantes de la 62ª Legislatura, aquella donde media bancada del PRI operaba a su favor, al grado que les decían los “diputetos”.

Ahí estuvieron, como lo reseñó Mirone, mi pariente de Juárez, el exgobernador José Reyes Baeza, buena parte de la ex bancada del PAN, del PANAL y, por supuesto, la del PRI.

A Teto lo que podría caerle del cielo es la senaduría “pluri” o de perdida una diputación por el mismo principio.

¿Por cuál de los frentes que se disputarán la Presidencia de la República y las dos cámaras del Congreso de la Unión? Eso ya lo veremos; por lo pronto, no se fija en esas pequeñeces.

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El frente 4T presentará el próximo lunes 18 las cifras finales de firmas en favor de los libros de texto gratuitos para el ciclo 2023-2024, los cuales permanecen “embodegados” por disposición del Gobierno del Estado.

Esas firmas servirán de soporte a la queja que presentarán, posteriormente, ante las comisiones Estatal y Nacional de Derechos Humanos, por la retención de los materiales educativos con los que se impartiría el curso en los niveles de preescolar, primaria y secundaria.

El planteamiento es el mismo que se ha venido escuchando desde el día que empezó la disputa con el Gobierno de Chihuahua: la retención de los libros de texto atenta contra el derecho constitucional a recibir educación pública laica y gratuita.

Por el lado gubernamental, la semana no podía iniciar mejor, pues la Corte ya ha respondido que no puede retirar la suspensión al reparto de libros hasta en tanto no se resuelva, de fondo, la causa iniciada por el Gobierno de Chihuahua contra esos materiales, por considerar que sus contenidos atentan contra los programas educativos aprobados por el mismo Gobierno federal que los hizo imprimir.

Desde el frente morenista nos llega la versión de que hay optimismo por la respuesta que han recogido de la población, a juzgar por la cantidad de firmas que han logrado recaudar.

El problema para ellos es que no es un asunto que se vaya a resolver con un “firmómetro” o con un concurso de popularidad, sino con presentación de evidencias que echen por tierra la demanda del Gobierno de Chihuahua.

La cita es el próximo lunes en el nuevo local de Morena, y la expectativa, al menos para los convocantes, es reunir un apoyo abrumador y masivo en favor de los libros editados por el gobierno emanado de su partido. Pagamos por ver qué tanto apoyo han logrado recabar.

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El INEGI volvió a dejar en paños menores a Chihuahua con esos comparativos que suele hacer entre entidades federativas, donde nuestro estado suele quedar en primeros lugares que nadie quiere, o bien, en la media tabla de aspectos que deberían ser prioritarios.

El más reciente informe de ese importante organismo del Estado Mexicano sobre Protección Civil no deja bien parada a nuestra entidad. ¡Otra vez, a verle las suelas de los zapatos a otras entidades que nos sacan ventaja!

Según esa tabla, publicada este jueves 14, Chihuahua tiene apenas 1.3 trabajadores en funciones de protección civil por cada 100 mil habitantes.

Esa cantidad no se compara con los 14 de Guerrero o los 13 de Nayarit. Cierto que son entidades costeras donde su población está constantemente amenazada por los huracanes, temblores y otros fenómenos naturales.

Pero en Chihuahua no andamos tan libres de esas fruncias, como ya lo hemos visto en años recientes, cuando la capital se inundó a causa de una tromba, o con los recientes incendios forestales que consumieron miles de hectáreas de pastos y bosques.

El tamaño de la entidad y las dimensiones que han cobrado los fenómenos naturales e incluso los accidentes provocados por los humanos—recordemos el incendio de la planta de Pemex, allá por el 1988, por citar un ejemplo—amerita que el estado cuente con una plantilla más grande y mejor equipada para rescatar a la población de situaciones de apremio.

Ahí está otra tarea pendiente y un encargo para las y los diputados del Congreso del Estado cuando revisen el proyecto de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos para el 2024. Bien vale que le metan más a la prevención que a la solución de desgracias.