La dirigencia nacional panista le pagó mal a su militancia de Chihuahua, la verdad. Resulta que este fin de semana dio a conocer su lista de candidatos de representación proporcional—los famosos “plurinominales—al Senado de la República y en ella no se incluyó a chihuahuense alguno.
¡Vaya pues con esta dirigencia que colocó en primer lugar… a su presidente, Marko Cortez!
O sea, como decían los niños, “es mía mi pelota, yo digo quién juega y quién no”.
Dueño como es de la decisión y de la firma para registrar candidaturas, Cortez se colocó bien al frente de la lista y con ello amarró escaño y, de paso, fuero constitucional para los próximos seis años.
¡Ay, burocracia partidista, no te acabes, por favor!
Pero volvamos a Chihuahua. Se trata de un estado panista, gobernado por Maru Campos, una mandataria que ha dado la batalla a la 4T con posturas mucho muy controversiales, como la oposición al reparto de los libros de texto y su negativa a firmar el convenio para sumarse diversos programas federales.
Queda para otra ocasión el análisis sobre lo acertado o equivocado de esas posturas, pero nadie le puede quitar al gobierno chihuahuita que ha sido trinchera del prianismo nacional y frente de batalla contra el “amlismo”.
Pero ni eso ni nada les valió para que el PAN chihuahuense colara a uno de los suyos al reparto de boletos gratis al Senado. Ni el hecho de tener una capital donde han ganado todo: ayuntamiento, sindicatura, cinco diputaciones locales, dos federales y las elecciones presidencial y de senador.
Mejor consiguió repetir Lily Téllez, quien tiene el escaño gracias a Morena, o a Ricardo Anaya, que ha andado a salto de mata todo este tiempo.
Así que, ni hablar, panistas de Chihuahua: a tallar la suela en el pavimento o en la terracería y ganarse el asiento en el Senado a punta de votos de mayoría. Ni modo; se quejan del abandono del Gobierno Federal hacia Chihuahua, pero acéptenlo: tampoco el panismo nacional los voltea a ver.
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A partir de este lunes inicia el período vacacional de todo el sector público que trabaja en el estado de Chihuahua en los tres órdenes de Gobierno y, como ya es costumbre, el público usuario tendrá qué esperar y pasar las de Caín durante toda la última quincena del año, porque no habrá quién les atienda.
El sábado pasado se publicó el decreto mediante el cual la Secretaría de Salud declara el inicio de su período vacacional, el cual iniciará este lunes 18 y terminará hasta el martes 2 de enero.
A lo largo de ese tiempo, quedarán suspendidas todas las actividades, por ejemplo, de la Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios, la temida Coespris, y con ello, la aplicación de sanciones y la suspensión de plazos para cumplir con normas requeridas por esa autoridad.
Del servicio al público, ya sabemos que los hospitales dejan personal de guardia y que los servicios de urgencias quedan como baluartes para atender a las y los usuarios en una época en la cual, por desgracia, abundan los accidentes viales y domésticos.
No habrá citas con especialistas y las de medicina familiar serán muy reducidas, así que, a “programar la enfermedad” hasta el año próximo, o a buscar al médico de la farmacia de medicamentos genéricos—comercial de por medio—que han resultado todo un salvavidas para una gran parte de la población.
Por lo que hace al resto del gobierno, permanecerán abiertas las cajas de Recaudación de Rentas, los servicios de seguridad pública y de protección civil, así como las guardias en las diferentes dependencias, pero que nadie espere una atención “pronta y expedita”, porque esto va para quince días, al menos.
Y del poder Judicial, tanto federal como el del Estado, ni hablemos: prácticamente iniciaron vacaciones desde el viernes y todo quedará en “stand by” hasta el primer día hábil del 2024.
Ni hablar, felicidades a los que tienen la suerte de disfrutar un “Lupe Reyes” a todo lo que da. Mientras, aquí seguiremos otras y otros, dándole a la chamba aunque ya estén servidos los ponches.
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¿Se acuerdan de aquella de Pixar “Bichos”, de allá por 1998? Si la vieron ¿recuerdan esos chapulines gigantes y feroces que aterrorizaban a una colonia de hormiguitas?
Pues bien, esos insectos saltarines son nada comparado con los chapulinotes que se van a aparecer en esta semana, brincando de un partido a otro para colarse a alguna candidatura, federal o “aunque sea” local.
Desde diversos cuarteles políticos nos llega el dato de que este año no cerrará sin dar anuncios estrambóticos de candidaturas a ayuntamiento, diputación local o federal, de personajes que han militado durante toda su vida política en un partido, pero que, de pronto, les entró la conversión ideológica y se pasarán al bando contrario.
Tal cual como vimos hace poco con Teto Murguía, quien de pronto nos sorprendió a todas y a todos con su “izquierdismo” de oportunidad, muy a modo para buscar una candidatura por la 4T, así será esta semana.
Nos adelantan que veremos a personajes reconocidos por su añeja militancia panista y priista quienes, “corralescamente”—por aquello de cierto ex gobernador recién convertido al izquierdismo—jurarán lealtad al chairo proyecto de transformación del país.
Y el amable lector dirá, bueno, si ya vimos a Teto brincar hacia la 4T, y a el nombre de Reyes Baeza apuntado como posible candidato al Senado por el PVEM ¿qué más falta?
Esperen, esta semana estará llena de sorpresas. No se impacienten, que esta doña les traerá las noticias con toda oportunidad.
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Y hablando de chapulines, conversos y candidaturas, nos llega hasta nuestro “Centro chismológico estatal” que una parte de la base militante de Morena está hasta el copete de la injerencia de la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, porque prácticamente se ha convertido en una dirigencia paralela a la local.
Lo que enoja, y no es para menos, es que tiene acaparadas buena parte de las candidaturas y la toma de decisiones de cara al proceso electoral que entrará en un período decisivo a partir de la última semana del 2023.
Lo mismo con la candidatura del ex panista Miguel Latorre a la Presidencia Municipal de Chihuahua, como su activismo para empujar la postulación de Rosana “La Espectacular-es” Díaz, al Senado, o el muy probable lanzamiento de Otto Valles a la alcaldía de Parral. Ahí está la mano que mece la cuna, y no es otra que la de Ariadna.
A todo lo anterior, se suma el enojo de buena parte del morenismo “de hueso guinda” que no soporta ver a Javier Corral cómodamente instalado en las oficinas de la candidata presidencial, Claudia Sheinbuam.
Y todo, nos dicen, por las eficaces gestiones de Ariadna, que fue una de las más fuertes impulsoras de la incorporación del mal recordado ex gobernador a la campaña de la 4T.
Y de la promoción de sus mal querencias, ni hablemos: ahí está Juan Carlos Loera, ex súper favorito para el Senado hasta hace algunas semanas, quien ahora carga con la pesada losa de ser el enemigo público número 1 de la secretaria que maneja los programas “estrella” del obradorismo.
O sea que, como dicen los ilusos: “trabajo mata espectacular”, aquí vale decir: “secretaría mata militancia”.