Desde la “Ciudad Judicial” nos llega información de los jaloneos que ya se están dando al interior del Poder Judicial para renovar la presidencia del Tribunal Superior de Justicia.
Si las cosas siguen su curso normal, la actual presidenta, Myriam Hernández Acosta no tendría mayores problemas para obtener la reelección y ejercer un período completo por cuenta propia, y no como sustituta del “renunciado” Pablo Héctor González Villalobos.
La “Ahijada de su padrino” tiene a su favor, hasta el día de hoy, el voto de la mayoría de los miembros del pleno del TSJ, según las informaciones que nos llegan desde el disfuncional edificio del Poder Judicial, ubicado en las avenidas Ocampo y Niños Héroes de la capital.
Hernández Acosta llegó al cargo luego de una elección extraordinaria celebrada en noviembre del 2021, tras la salida del presidente Pablo Héctor González, y concluirá ese período el 4 de octubre próximo.
Aunque tiene una amplia posibilidad de repetir, se ha formado un grupo al interior del TSJ que busca cambiar de presidenta, o mejor dicho, elegir un presidente para el siguiente período al frente del máximo tribunal de justicia del estado.
Quienes nos informan sobre el jaloneo en el TSJ nos comentan que el magistrado Luis Villegas Montes, quien preside la Comisión de Administración del Consejo de la Judicatura está buscando llegar al máximo cargo en el Poder Judicial, y desde ahora ya mueve las piezas para lograr ese objetivo.
Villegas, un panista reconocido, quien ha expresado públicamente su lealtad a la gobernadora María Eugenia Campos, pero ha enfrentado controversias a lo largo de su período como magistrado.
Aún está en curso una demanda por acoso laboral que interpuso en su contra la jueza décima de lo familiar, Sabela Patricia Asiain.
Así que, a juzgar por las vísperas, y por las señales que llegan desde el Palacio, Myriam Hernández continuará al frente del Poder que tanta controversia ha enfrentado en los últimos años.
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La firma Gobern-arte publicó una de las primeras encuestas de preferencias de voto rumbo al 2024 en la que la panista Xóchitl Gálvez ya aparece directamente en careos con Claudia Sheinbaum como aspirante a suceder al presidente AMLO a partir de ese año, y al menos esos resultados no le resultaron muy favorecedores que digamos.
La jefa de Gobierno capitalino, separada de ese cargo para buscar la candidatura de Morena, tiene un 38% de las preferencias, contra un 21% de Marcelo Ebrard, su hasta ahora compañero de partido, quien ve cómo Santiago “Déjenme si estoy llorando” Creel le pisa los talones con un 20% de posibles votos.
Detrás de esos tres viene el exsecretario de Gobernación, Adán “Agusto” López, con 17%, empatado en el mismo sitio con la flamante y recién “destapada” precandidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez.
Luego, en un careo Claudia-Xóchitl, la primera sale gananciosa con un 39% de la votación contra un 23% de la segunda y un 12% de Samuel García, éste como posible candidato de Movimiento Ciudadano.
Incluso en un tablero de preferencias entre aspirantes de la alianza PRI, PAN, PRD y los que se acumulen, Creel aventaja a Xóchitl con un 20% contra un 17%, respectivamente.
En otros cruces, los morenistas también saldrían de gane: Marcelo Ebrard con 37% contra 29% de Enrique de la Madrid y un 8% de Enrique Alfaro, mientras que Adán Augusto le ganaría a Creel 36% a 27%.
En cuanto a las preferencias por bloques, el de la 4T tiene un 38% contra un 21% del PRIAN y un 6% de Movimiento Ciudadano.
La encuesta se aplicó a 10 mil 350 encuestados que residen en 21 ciudades, las más habitadas del país, mediante cuestionarios telefónicos aplicados entre el 1 y el 5 de julio.
En fin, son encuestas, una de las muchas que vendrán a partir de hoy en la que habrá cada vez menos actores en juego. Dicen que son “fotografías del momento” y “de ninguna manera son pronósticos de lo que va a pasar en el futuro”.
Usted ya sabe qué hacer con ellas.
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Como si hiciera falta alguien más que esté enfrascado en la contienda por ocupar espacios aéreos visibles en la ciudad, ahora la diputada federal por el VI Distrito, Laura Contreras, le ha entrado y en serio a la disputa por la atención de los ciudadanos y ciudadanas que el año próximo irán a votar para renovar casi todos los cargos de elección popular.
La imagen de la legisladora se ve desde lo lejos cuando el automovilista transita por la concurrida Avenida Francisco Villa de la ciudad de Chihuahua, casi a la altura del pomadoso y rimbombante Distrito 1”, ese conjunto comercial, hotelero, restaurantero y corporativo al que son tan afectos los panistas encumbrados hoy en día.
Lo mismo pasa para quienes vengan desde el Periférico de la Juventud, o quienes vengan saliendo del célebre hospital Star Médica: la fotografía de Laura Contreras, con su amplia sonrisa, los está esperando para saludarlos, hasta eso, sin pedirles el voto.
A poco menos de un año de la elección federal, la panista chihuahuense ya manifestó su deseo de reelegirse como representante de uno de los distritos más panistas del país, como es el VI de la capital del estado.
Hasta el momento, no se asoma nadie con suficiente presencia mediática que le pueda disputar el cargo dentro del panismo, y el morenismo aún no asoma posibles candidaturas para ese ni el resto de los distritos que estarán en juego.
Laura Contreras ha presentado diez iniciativas de ley en la actual legislatura federal, donde participa como secretaria de la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad de la Cámara de Diputados.
Así va la “novedad en el frente” de la guerra por las alturas de la capital. Y todavía falta que el resto de las y los aspirantes aflojen su chequera y comiencen a rentar carteleras.
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A propósito del zipizape en el Instituto de las Mujeres, el cual terminó en el despido-renuncia de la titular, Neyra Regalado, afloraron reclamos de diversos grupos sociales por la suspensión de programas de prevención de la violencia de género, que antes eran la sustancia misma de ese organismo.
Programas como el de prevención del acoso laboral, que se impartió lo mismo en dependencias públicas que en organismos autónomos, se han vuelto invisibles, casi inexistentes.
Ese programa, nos cuentan, ayudaron en gran medida a que las mujeres hicieran visibles los casos de acoso y violencia de diferente especie que sufrían en el interior de sus oficinas.
Si bien avanzaban lentamente, los programas de prevención sí habían motivado reducciones en incidencia de agresiones laborales contra la mujer.
Sin embargo, han caído en el olvido. Ya ni existen los letreros que decían “Espacio libre de acoso laboral”, que se colgaba en las oficinas gubernamentales donde el personal ya había tomado cursos de concientización contra esa deplorable práctica, ya han desaparecido.
Lo que piden organizaciones sociales, feministas y de diversa especie, es que sí importa la persona que llegue a encabezar al Ichimujeres, pero más aún, la reactivación de programas de prevención, porque la violencia contra la mujer está a la orden del día.