Ante la presencia de personas en condición de movilidad por las carreteras del estado, que buscan llegar hasta la frontera norte para cruzar a Estados Unidos en busca de asilo, autoridades estatales advirtieron que deben medir las consecuencias de auxiliarlas prestándose a trasladarlas, ya que esta acción puede tener implicaciones de salud y hasta legales.
Por ejemplo, no es conveniente que los suban a las cajas de las trocas por cuestiones de seguridad, por cualquier siniestro que pueda amenazar su vida y, además, existe el riesgo de que puedan ser acusados de tráfico de personas, declaró Enrique Valenzuela Peralta, coordinador del Consejo Estatal de Población (Coespo).
El delito de tráfico de personas, explicó, es un tipo penal muy claro, se configura cuando alguien va a lucrar con la actividad de trasladar gente.
Cuando alguien decide ayudar a los migrantes, lo hace bajo su propia responsabilidad, pero en cuanto se toma razón de que efectivamente se está cobrando o lucrando con este apoyo puede constituirse en un delito, dijo.
“Es más, en cuanto ganen algo ya es cuestionable el motivo por el cual están ayudando y puede ser susceptible de entenderse de otra forma”, indicó.
Valenzuela Peralta señaló que es una situación difícil de dilucidar, pero las personas deben tomar en cuenta las circunstancias que privan en este momento en la entidad.
“La verdad es que yo no me atrevería a proponer que las personas dejaran ese afán solidario… obviamente me refiero a los que van en un vehículo y de alguna manera, porque lo hemos visto, les ofrecen a las familias que vienen con niños, alguna forma para llevarlos a un lugar más seguro”, expresó.
Agregó que no se trata de desanimar a las personas que quieran ser solidarias, pero sí de ninguna manera deben evitar hacerlo de manera colectiva porque podría suponer otra situación; o bien, evitar cobrar por este apoyo que les pudieran estar ofreciendo a las personas en movimiento.
El funcionario dijo que corresponde a la autoridad judicial determinar si se da o no el tráfico de personas, pero se configura ese delito cuando a los migrantes les cobran por un traslado o supone un lucro para quien los vaya a transportar a otro lugar.
Desde su perspectiva, añadió, no se debe detener a las personas por el solo hecho de ayudar a terceros, ya que hay quienes han llegado hasta el Centro de Atención de Migrantes, donde dan a conocer que alguien, un buen samaritano, les ayudó y trasladó a su familia en un momento dado porque los vieron caminando por la carretera.
Reiteró que no busca desanimar prestar auxilio, pero sugirió que se evite cobrar por la ayuda o servicio porque se puede tipificar como tráfico de personas, además de otras salvedades incluidas en el tipo legal.