Las drogas duras y sintéticas están arrojando a la calle a un número aún no cuantificado de personas que han perdido todo contacto con la realidad y pueden representar un peligro para sí mismas y para la comunidad.
El Centro Histórico de la capital es el escenario de estos personajes que buscan entre la basura comida, agujas, ropa o cualquier cosa que los salve de su ansiedad.
La autoridad municipal admite que no hay un padrón preciso de los afectados, que un día son apacibles vagabundos y otro día pueden ser agresores que, piedra en mano, agreden a automovilistas y peatones que pasan hacia sus trabajos o viviendas del centro.
Liliana Armendáriz Granados, subdirectora de Justicia Cívica y Prevención, admite que los daños cognitivos de muchos de estos adictos consumidores de cristal y heroína torna difícil su reinserción social, por lo que deben ser canalizados a centros de salud mental o si tienen suerte, entregarlos al cuidado de sus familiares.
Aunque descartó la presencia del fentanilo en las calles de la ciudad, la funcionaria admite que son otras drogas duras y baratas las que tienen postrado a ese segmento de la población.
En consonancia con Ficosec, el área de Justicia Cívica y Prevención asiste a infractores con apoyo psicológico, pero aún no se dimensionan con exactitud los daños sociales que las drogas sintéticas pueden estar ocasionando en la bella y próspera ciudad de Chihuahua.