Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de Chilpancingo, Guerrero, ha anunciado su decisión de no presentar denuncias contra aquellos que, según sus palabras, le han causado daño, informaron medios locales.
Esta determinación fue comunicada a través de un mensaje en sus redes sociales, en las que el jerarca católico también solicitó comprensión a los medios de comunicación respecto a su elección, la cual considera dirigida a preservar su seguridad y integridad física y moral.
En su comunicado, Rangel Mendoza expresó haber llegado a esta decisión después de un proceso de oración, meditación profunda y consulta con seres queridos, tanto del clero como laicos. El obispo señaló que, dadas las condiciones desfavorables de su vida, edad y salud, y siguiendo los principios evangélicos de perdón de Jesucristo, decide perdonar a todas las personas que le han hecho daño, así como a aquellas que, según él, lo han “revictimizado” debido a la desinformación.
Esta declaración llega después de que autoridades de Guerrero informaran sobre el hallazgo de cocaína y medicamentos controlados en las prendas de Rangel Mendoza mientras estaba hospitalizado. A pesar de sus afirmaciones de haber sido secuestrado, las grabaciones relacionadas con el caso han desmentido esta versión.
La decisión del obispo emérito de no presentar denuncias contrasta con el contexto de acusaciones y controversias que han rodeado su figura en los últimos días.
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