Allá en Parral las cosas se están poniendo interesantes, a casi un año de que abran las casillas para elegir a autoridades de todos los niveles, incluida la Presidencia Municipal de la capital mundial.
Y es que la cosa se está poniendo naranja subido, porque desde el interior de Movimiento Ciudadano se está dando la disputa por encabezar la planilla que contenderá en las elecciones del 2024 para presidir a ese municipio.
Por un lado, está el actual alcalde, César Alberto Peña Valles, quien llegó al cargo postulado por el partido anaranjado y quien está en condiciones de buscar su reelección.
Nada se lo impide, pues la Ley Electoral de Chihuahua y la Constitución Política del Estado—y la del país también—así lo permiten, siempre que el aspirante sea postulado en ambas ocasiones por el mismo partido.
Ahí está el detalle, diría el gran filósofo Mario Moreno, porque ese partido tiene ahora mismo a dos aspirantes buscando el mismo hueso: el propio Peña Valles, y Sol Sánchez, la exprimera dama, es decir, la esposa de Alfredo Lozoya Santillán, el famoso “Caballo”, que ya encabezó ese ayuntamiento en dos ocasiones consecutivas.
Lo curioso del caso es que la disputa se da no solo en el interior del mismo partido, sino de la misma “caballeriza”, porque el propio Peña Valles se precia de su cercanía con Lozoya, a quien nunca ha negado como padrino de su carrera política.
Las cosas entre él y su antecesor—y padrino—han marchado en orden hasta ahora, pero ya han comenzado a tensarse por el cada vez más notorio interés que tiene Lozoya en que su esposa sea la próxima alcaldesa de su querida Parral.
Y mientras, Lozoya en persona se prepara para ser el candidato de primera fórmula al Senado de la República por Movimiento Ciudadano, y para empujar a sus allegados para que se “cuelen” a la próxima legislatura local, ahora que la Ley Electoral les abrió la cancha para que accedan hasta a tres curules.
Ni hablar, así están los tiempos que vivimos, con aspirantes presidenciales de todos los rumbos que empezaron precampañas o como les quieran llamar desde el año pasado, y presidentes municipales que han trabajado de candidatos casi desde el inicio de su gestión.
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Hace años, cuando la realidad del país era otra, existía en las legislaciones electorales de los estados y en la misma federal una figura mediante la cual el partido que ganaba los comicios legislativos recibía una cantidad adicional de curules por la vía de representación proporcional para “completarle” la mayoría calificada.
Esa figura se conocía como “cláusula de gobernabilidad”, y se prestó para que el PRI, hegemónico como era en aquellos años 80s y 90s, se sirviera con la cuchara grande y, no conforme con ganar casi todos o todos los distritos, todavía se quedaba con la mitad de la lista “plurinominal”.
La fórmula era tan injusta que incluso el PRI la tuvo que soportar cuando las cosas no le salieron como estaba acostumbrado, como en aquel 1992, cuando el PAN les ganó la gubernatura y el Congreso del Estado en Chihuahua.
Ahí sí que supieron lo que fue comer de las que guisan, porque se quedaron con un grupo muy reducido y, de pilón, sin poder meter las manos en los cambios constitucionales, porque antes habían acomodado las cosas del tal modo que estas se podían hacer con la mayoría simple de los diputados.
Fue por eso que, tan pronto hubo negociaciones para reformar el marco legislativo electoral del país, la oposición de aquel entonces: el PAN y el PRD, demandaron la desaparición de esa dichosa cláusula y, en buena hora, se eliminó.
Pues bien, el PAN, partido que la combatió a brazo partido, la ha traído de regreso para que funcione en los ayuntamientos, donde el partido que gane la elección podrá tener sus regidurías de mayoría y, además, pepenar otras cuantas de la representación proporcional.
Si así van a estar las cosas, ya estuvo que tendrán la mayoría “amarrada”, aunque no hayan recibido el 50% más uno de la votación.
Para darnos una idea: en Chihuahua y en Juárez habrá 11 regidurías de mayoría y 9 de representación proporcional, para un total de 20. El ganador se queda con esas 11 que le dan mayoría simple y, además, recogerá otras más de las 9 de representación proporcional.
¡No, si en todos lados se cuecen habas!: en el ámbito federal, pegamos de gritos porque el presidente AMLO y Morena quieren acomodar la Ley Electoral para quedarse con todo, y aquí hacemos más o menos lo propio para que nuestros gobernantes “no batallen” con un legislativo preguntón y remilgoso.
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Justo cuando hablábamos de las facilidades que le darán a los nano partidos para continuar vigentes pese a que ya no representen a nadie—o casi—y el Tribunal Estatal Electoral le dio vida a uno más, de alcance estatal, cuyo nombre apenas alcanzó a resonar gracias a las impugnaciones que recibió de Movimiento Ciudadano y del PRI.
Porque, de no ser por la negativa de esos dos partidos, igual y el registro hubiese pasado inadvertido, tal como ha ocurrido con otras organizaciones políticas que desaparecen apenas después de su primera participación electoral.
Se trata de “México Republicano de Chihuahua”, que fue reconocido como partido político local por el Consejo General del Instituto Estatal Electoral, el IEE.
Luego, el PRI y Movimiento Ciudadano presentaron respectivos recursos de inconformidad ante el TEE por diversas razones, mismas que fueron bateadas de jonrón en la sesión celebrada este miércoles 28, donde los magistrados decidieron darle una transfusión de sangre electoral al nuevo partido chiwawita.
Ahora falta ver si alcanza el 3% de la votación válida emitida en las elecciones locales del año próximo, y si no, pues ni para qué preocuparse, al fin que ya reformaron la legislación electoral para darle cobija a esas corrientes políticas que reciben menos de esa proporción de votos. ¡Ay prerrogativas, no se acaben!
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Les habíamos comentado que en la ciudad de Chihuahua no había citas para tramitar el pasaporte, porque los turnos estaban saturados o al menos así aparecen en el portal digital de la Secretaría de Relaciones Exteriores y en el número de WhatsApp que esa dependencia habilitó para el caso.
Pues bien, el mal se hizo epidemia y ahora no hay turnos en todo el estado, ni siquiera en Juárez, donde se había sostenido un ritmo más o menos fluido en las dos oficinas que se tienen para recibir a los solicitantes.
Pues bien, ahora resulta que la saturación le pegó a todo el estado. Sí, a las oficinas de Delicias, Parral, Nuevo Casas Grandes, las dos de Juárez y la de Chihuahua.
No hay citas y tampoco hay quién de la cara, porque ni en la página citas.sre.gob.mx tiene un espacio para atención al usuario o usuaria, ni en las oficinas hay quién dé razón de lo que está pasando.
Eso sí: hay “promotores” afuera de la sede de la delegación Chihuahua e incluso una oficina, justo enseguida, de un negocio que ofrece tramitar tanto el pasaporte como la visa de Estados Unidos.
Así que las cosas se van poniendo peor en materia de trámites, porque la saturación le pegó a todo el estado. Lo peor del caso es que, si a alguien le urge, tiene que acudir a uno de esos gestores privados que cobran por hacer un trámite que debe ser gratuito.