El activista social y precursor de las marchas de campesinos en demanda de justicia, Humberto Ramos Molina, falleció este 16 de abril, a la edad de 83 años.
El Pingüino, como se le conoció en el medio político y periodístico, ganó notoriedad en la primera mitad de los años de 1980, cuando fue protagonista de uno de los primeros grandes descalabros electorales del Partido Revolucionario Institucional.
En 1983, el Partido Acción Nacional (PAN) ganó las presidencias de casi todos los municipios más poblados del estado, excepto Cuauhtémoc, donde se impuso Ramos Molina, quien para ese entonces había sido postulado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), ya desaparecido.
Tres años después, en el “Verano Caliente” de 1986, se unió a las marchas y actos de protesta en contra de lo que el PAN y otras fuerzas políticas y sociales calificaron como “el más grande fraude electoral de la historia”, cuando el priista Fernando Baeza se impuso al panista Francisco Barrio en la elección de gobernador.
Años después, ya en la década de 1990, fue electo diputado local, postulado en esa ocasión por el PAN.
Recientemente, en el 2022, recibió la condecoración “Medalla al Mérito Social Lylia C. Berthely Jiménez”, que otorga la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE) una de las primeras organizaciones científicas del continente americano, fundada el 18 de abril de 1833 con el apoyo de varias instituciones gubernamentales.
En el momento de su premiación, se le exaltó por ser un destacado activista y “un líder nato” de diversas causas sociales.
Aunque había estado alejado de la escena política desde hace años, el fallecimiento de Ramos Molina ha conmocionado al todo el ámbito político y social del estado.
Descanse en paz.
