Frontal, de sonrisa franca, de palabras que impactan y taladran como para romper techos de cristal.
Así es Geo Bujanda, echada pa’lante, agitando la bandera de un feminismo muy de ella, en el que cabemos todos.
Advierte que la mujer no debe ser enemiga del hombre, sino trabajar duro por ganar sus oportunidades y conquistar, sin perder su decencia, el mundo.
Es consciente de la responsabilidad de ser la primera secretaria general de la máxima casa de estudios de Chihuahua.
No se detiene, avanza, más bien palpita como un corazón apasionado para recriminar el uso que antes los funcionarios le daban a su posición: “Aquí se venía a dormir y a esperar la jubilación, y eso se acabó conmigo, porque vengo a trascender”.
Bujanda no la ha tenido fácil, pero se apresta a dejar huella, a tomar los retos de frente y intentar, cada vez y una vez más, taladrar los numerosos techos de cristal.