Cada 14 de noviembre, el Día Mundial de la Diabetes intenta recordarle al planeta la urgencia de atender una enfermedad que crece sin freno. Pero en México, más allá de las campañas y discursos, los datos son contundentes: la diabetes sigue matando, sigue discapacitando y sigue comprometiendo la vida de millones de personas sin que exista una estrategia integral capaz de contenerla.
La Organización Mundial de la Salud estimó que más de 830 millones de personas viven con diabetes en el mundo. México es uno de los países más golpeados. Tan solo en 2024, de acuerdo con el INEGI, más de 112 mil personas murieron por complicaciones derivadas de la diabetes mellitus, manteniéndola como la segunda causa de muerte a nivel nacional. Es una cifra que refleja no solo la magnitud de la enfermedad, sino también la dificultad del sistema de salud para detectarla y controlarla.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 reveló un dato igual de alarmante: la prevalencia de diabetes, incluyendo casos diagnosticados y no diagnosticados, alcanza 18.3% de la población adulta. Eso significa que alrededor de 14.6 millones de mexicanos viven con la enfermedad, muchos de ellos sin saberlo. Este subdiagnóstico es uno de los principales factores que explican las complicaciones avanzadas que miles de pacientes presentan cuando por fin llegan a consulta.
La diabetes es una enfermedad crónica que se instala de forma silenciosa. Avanza en el organismo aun cuando no da señales inmediatas. Cuando aparece, lo hace con daños profundos: niveles descontrolados de glucosa, inflamación en órganos vitales, deterioro progresivo del riñón, del corazón, del páncreas y del sistema nervioso. Según especialistas, la inflamación crónica que produce la enfermedad daña tejidos blandos, afecta el nervio óptico y puede provocar retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera en México.
La directora médica de Sandoz México, Katia Pineda, advierte que las complicaciones de la diabetes no solo comprometen la calidad de vida: también saturan hospitales, incrementan la necesidad de tratamientos costosos y elevan el riesgo de muerte prematura.
Enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal crónica, neuropatías, pie diabético, infecciones recurrentes, deterioro cognitivo y depresión forman parte de la cadena de daños que deja la enfermedad cuando no se detecta y no se controla.
Especialistas advierten que sin prevención, México seguirá perdiendo vidas de manera innecesaria. Recomiendan chequeos anuales —o semestrales para mayores de 40 años—, vigilancia constante del peso corporal, control del colesterol, la presión arterial y una adherencia estricta al tratamiento. La enfermedad se puede controlar, pero solo si se detecta a tiempo y si la persona recibe un acompañamiento médico adecuado.
Numeralia
• 830 millones de personas viven con diabetes en el mundo (OMS).
• 112,000 muertes por diabetes en México tan solo en 2024 (INEGI).
• 18.3% de prevalencia nacional entre población adulta (ENSANUT 2022).
• 14.6 millones de mexicanos viven con diabetes, diagnosticada o no.
• 40 años es la edad a partir de la cual se recomienda vigilancia médica cada seis meses.
• Segunda causa de muerte en México: la diabetes mellitus.






