Margarita Guillé Tamayo, coordinadora de la Red Interamericana de Refugios, Albergues y Centros para Mujeres (RIRE), expresó que se deben dimensionar los daños y consecuencias que enfrentan las mujeres que emigran de Centroamérica para huir de ser reclutadas, explotadas o violentadas por el crimen organizado.
En entrevista, dijo que, ante los acontecimientos ocurridos la noche del lunes en el centro del Instituto Nacional de Migración (INM) es determinante tener acuerdos migratorios más congruentes a la realidad que están enfrentando las mujeres, niñas y adolescentes en países de Centroamérica.
Además, agregó, se debe reconocer que México todavía sigue siendo un refugio para ellas.
“Aun con los índices de violencia que presenta México, este sigue siendo un refugio a comparación de la precarización y violencia y, derribamiento del Estado de derecho que tienen en sus países”, dijo la coordinadora.
Según explicó, se debe permitir que los hombres pierdan la patria potestad por las violencias letales que ejercen sobre su familia, cuando están coludidos o tienen poder para perseguir a las mujeres ya sea para asesinarlas o quitarles a sus hijos.
Las mujeres y madres de familia deben poder quedarse con la posibilidad de viajar legalmente, migrar legalmente, y no ser orilladas a migrar por fronteras escurridizas, debido a la ausencia de firma y de papeles.
“La agenda de la Red Interamericana maneja este tema principalmente. Es urgente hacer un acuerdo regional migratorio de protección para mujeres, niñas y niños que están huyendo de las violencias extremas con mecanismos “Fast Track”, deben reconocer sus derechos humanos tener garantizado un viaje y una estadía segura en el país de tránsito”, enfatizó Guillé.
En caso de ser retornadas, que sea a un lugar seguro, por ejemplo, a un refugio de mujeres, esto para que puedan tener la oportunidad de comenzar de nuevo y rehacer su vida al lado de sus hijos, propuso.
La agenda de la Red Interamericana consiste en que se puedan unir con los diferentes grupos de líderes de refugios para mujeres que son secretos y confidenciales para las mujeres junto a sus hijos, que están huyendo de las violencias extremas.
Lo anterior, no solo cubre violencia doméstica, de golpes o divorcios, sino violencias extremas, donde se involucran armas de fuego, la participación de bandas criminales con mucho poder corruptor, incluso, infiltrados en muchos lugares de los gobiernos.
“No hay otras opciones en sus países más que emigrar, porque además son países chiquitos, donde es fácil que las encuentren. Entonces sí necesitamos ver desde otra manera, el derecho humanitario y las posibilidades de brindar abrigo y protección a las mujeres debe ser realizable”, finalizó Margarita Guillé.