No se conoce su nombre, ni quiénes son sus padres o el motivo por el cual llegó hasta esta frontera. Solo se sabe que tiene entre cuatro y cinco años, y que estuvo en manos de unos desalmados que le hicieron atrocidades.
Para referirnos a ella, la llamaremos Ángela. Se trata de una niña migrante que fue descubierta por casualidad cuando estaba en manos de sus captores: dos tipos ebrios que la llevaban a bordo de un vehículo con rumbo desconocido.
No se ha precisado tampoco cuánto tiempo tenían con ella ni cómo se apoderaron de la pequeña.
El caso de la menor quedó de alguna manera olvidado, porque ese mismo día que los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) la aseguraron, fue el mismo día en que se realizó un operativo para llevar a los migrantes que murieron en un incendio en la estación provisional del Puente Lerdo.
De acuerdo con el INM, agentes federales de Migración y elementos de la Guardia Nacional (GN), le marcaron el alto al conductor de una camioneta que circulaba en zigzag sobre la carretera Anapra-San Jerónimo, a la altura de la Unión Ganadera.
Tras la inspección, se percataron de que el chofer y el copiloto, de entre 50 y 55 años de edad, tenían aliento alcohólico y transportaban en el asiento trasero a una menor de edad, de quien no pudieron comprobar su parentesco o vínculo familiar.
La niña fue conducida a las instalaciones de la Cruz Roja para su valoración médica, ya que mostraba moretones y cicatrices en varias partes del cuerpo; por lo que quedó bajo la custodia de la Subprocuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes de la entidad.
A los dos adultos se les puso a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE) para la realización de las diligencias correspondientes.
Días después la FGE informó que los datos de prueba y argumentos incriminatorios expuestos por el Ministerio Público de la Fiscalía de Distrito Zona Norte, fueron determinantes para que un juez de Control en el Distrito Judicial Bravos dictara auto de vinculación a proceso en contra de los dos imputados, por los delitos de maltrato infantil y abuso sexual.
Se identificó a los tipos como Gilberto O. A., y Jorge Alberto L. J., y se estableció que tenían bajo resguardo a una niña migrante sin acreditar parentesco alguno.
En seguimiento a las indagatorias, elementos de la Agencia Estatal de Investigación les cumplimentaron una orden de aprehensión.
Los imputados fueron puestos a disposición del juez de Control, donde un agente del Ministerio Público, adscrito a la Unidad Especializada en Violencia Familiar, Delitos Sexuales, contra el Cumplimiento de la Obligación Alimentaria y Trata de Personas, formuló imputación y acreditó la probable responsabilidad de los presuntos, que enfrentarán su proceso penal bajo la medida cautelar de prisión preventiva.
Sobre este caso, no se ha difundido quiénes son los padres de la menor, ni el país del cual son originarios, ya que únicamente se externó que se trata de una niña migrante, la cual ya está bajo resguardo de las autoridades locales.