El fallecimiento de Talina Fernández ha causado desconcierto y consternación para el público mexicano pues, si bien, desde hacía seis días, la “Dama del buen decir” se encontraba internada en el hospital, nadie conocía el estado vulnerable de salud que atravesaba la comunicadora, el cual la llevó a perder la vida la tarde ayer. Su partida ha provocado que se revivan algunos de los momentos más entrañables que dejó en la memoria de cientos de televidentes que crecieron con su presencia en la pantalla chica.
Uno de los que más curiosidad ha causado es la amistad que sostuvo con Lolita Ayala que, a diferencia de lo que pudiéramos pensar, se originó muchos años antes de que ambas se volvieran unos de los rostros más conocidos de la televisión pues, cuando eran jóvenes, ambas estudiaron en un internado de monjas benedictinas, en Illinois, Estados Unidos.
“Estábamos en un lugar que, creo que ni estaba en el mapa, que se llama Nauvoo, Illinois… tuvo que ser un pueblo Apache, de verdad”, contó a Yordi Rosado en entrevista para su canal de YouTube en febrero pasado.
Fue así que, cuando Talina ingresó al internado, coincidentemente, le tocó compartir habitación con Lolita Ayala, pues sólo las jóvenes más grandes dormían solas en una habitación; las más pequeñas -como ellas- compartían dormitorios.
Así cuando Lolita y Talina se percataron que hablaban español y eran mexicanas se volvieron una para otra, aunado al hecho de que compartían una pasión; la pasión por el baile y el rock and roll que, en esa época, se encontraba en su mayor auge.
“Nos tocó el mismo dormitorio y hablaba español, entonces nos hicimos cuatísimas “la Lola y yo”, mi mejor compañera de baile, la mejor pareja de rock and roll de mi vida es Lola Ayala”, destacó, pues pese a que se trataba de un colegio de monjas, las madres superioras tenían muy bien equipada la escuela, con un “music-hall” -que podría entenderse como una sala exclusiva para escuchar música- en la que reproducían las canciones más sonadas del género en una sinfonola, también conocida como rockola.
“El rock and roll estaba a todo lo que daba y, entonces, echábamos un “quarter dollar” (equivalente a 25 centavos de un dólar) y bailábamos rock”, contó.
De hecho, Talina rememoró que la canción que más les gustaba bailar era “Charlie Brown”, de The Coaster, con la que ponían aprueba sus habilidades para bailar, sobre todo, Ayala que tomaba el papel del hombre, pues era ella quien se encargaba de marcar las volteretas que lanzaban casi al aire a Fernández. “Nombre, era una chulada”, describía.
En ese sentido, Fernández describió que a lo largo de toda su vida, ella y Lolita siguieron siendo grandes amigas, denominándola como su “hermana”, con la que volvió a coincidir en la televisión, sin embargo, recordó que, en Televisa, no trabajaron en las mismas condiciones laborales pues señaló que, cuando las liquidaron, a Ayala le pagaron 27 veces más de lo que le pagaron a ella, pues siempre perteneció a una nómina en la que pagaban muy poco.