Juan Ramón de la Fuente concluye hoy su labor como embajador de México ante la ONU, después de poco más de cuatro años en la misión permanente ante las Naciones Unidas.
En su mensaje de despedida, De la Fuente expresó su agradecimiento al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por la oportunidad de nombrarlo representante de México en la ONU.
En un video, mencionó que hace cuatro años y medio el presidente López Obrador le hizo el honor de nombrarlo embajador, cargo que fue ratificado por el Senado de la República.
Compartió que estos últimos cuatro años estuvieron marcados por dos eventos fundamentalmente inéditos y de graves consecuencias: la pandemia por Covid-19 y la guerra en Ucrania. Esta última, probablemente, “sería la mayor crisis en el contexto de la paz y seguridad internacionales desde las segunda guerra mundial”, dijo.
El exrector de la UNAM afirmó que una de las lecciones que nos dejó el Covid, “es que la ciencia estuvo a la altura de nuestras necesidades, pero no así la reacción que tuvimos los países en el concierto internacional.
Acciones durante la gestión de Juan Ramón de la Fuente como embajador en la ONU
- Tratar de distribuir equitativamente medicamentos, equipo médico y vacunas durante la pandemia del Covid-19.
- Considerar a la salud mental como un elemento fundamental del apoyo psicosocial que deben llevar todos los operativos de paz y todas las acciones humanitarias durante y después de los conflictos.
- Es la primera vez que un presidente de México preside el consejo de seguridad de la Naciones Unidas.
- Uno de los temas que fue importante para México, fue la agenda de mujeres, paz y seguridad en respuesta a la política exterior feminista de nuestro país y por considerar que ese ha sido un tema históricamente vinculado al quehacer diplomático de México.
- Se dio continuidad en el comité 15/40 para seguir impulsando el concepto de la no proliferación de armas nucleares y el tratado de prohibición de las armas nucleares.
Juan Ramón de la Fuente destacó que durante estos años “México se movió sobre la base de sus principios constitucionales de política exterior que nos dan muchas posibilidades para interactuar como lo que somos: un país puente, un socio confiable para los otros países.