Distinguida como una de las ciudades más limpias y ordenadas del país, Chihuahua tiene mucho qué agradecer a un ciudadano anónimo, que por amor al arte limpia las bancas de su emblemático Paseo Bolívar.
Un joven frenético, de extrema delgadez limpia con afán las bancas de color verde en la que los habitantes de la capital descansan o simplemente se detienen para contemplar el bello Paseo Bolívar y sus longevos edificios y parques.
El joven, de mirada extraviada, admite que es un adicto y que limpia las bancas porque siempre ha estado en el mundo de los fierros y le complace ayudar sin cobrar.
“No quiero que me entrevistes, porque la verdad es que soy un adicto, pero limpio las bancas porque siempre he estado en el mundo de los fierros; pero no se va a armar la entrevista, no se va a armar”, dijo el esquivo trabajador honorario antes de retirarse a toda prisa.
En el Centro Histórico se ha recrudecido la presencia de personajes como el anónimo limpiador de bancas. Hay un número creciente de personas en condición de calle que son detenidos con frecuencia por cometer faltas al bando municipal entre los que se cuentan asaltos, robos a comercios, quema de basura, entre otros.
El Cabildo ha prometido tomar medidas para censar a este núcleo de población que merodea el Centro Histórico, para darle atención de salud para apoyarles en salir de sus adicciones.










