Como si hubieran abordado un tren fantasma, centenares de migrantes que por casi una semana fueron abandonados en medio del desierto, se han hecho humo, han desaparecido, para continuar su camino al norte.
Pese a que más de mil viajeros, en su mayor parte venezolanos, fueron detectados por autoridades y organizaciones de derechos humanos, casi todos ellos han salido de albergues y estaciones migratorias para escapar de la posible deportación.
La organización Casa del Migrante confirmó que ya no hay ni un alma en las inmediaciones de Estación Mapula, en donde los migrantes fueron abandonados por cinco días y solo sobrevivieron por la gracia de nogaleros y asociaciones que les llevaron comida y agua.
Los viajeros, entre los que se cuentan hombres, mujeres y niños, permanecieron en la estación Mápula junto a los vagones que fueron desenganchados presuntamente por órdenes de agentes de Gobernación.



Algunos pocos acampan en el exterior de tiendas de conveniencia cercanas a las vías férreas en espera de tomar el próximo tren carguero que los lleve a cumplir su sueño americano.
Pero muchos, muchos más, han desaparecido, tomando rutas peligrosas hacia el municipio de Aldama y otros, la carretera Panamericana.

Los nogaleros que humanamente asistieron a los migrantes que permanecieron varados desde el jueves pasado y hasta ayer martes, llevaron decenas de objetos, alimentos y materiales de limpieza que quedaron abandonados en el infernal campamento que los afectados padecieron en Mápula.


