Edith Caballero

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó esta mañana en su conferencia que hace dos años cuando ocurrió el multihomicidio en Cerocahui, Urique, en la sierra de Chihuahua, autoridades locales le pidieron la salida del Ejército mexicano para poder encontrar los cuerpos.

La presencia de grupos criminales que mantienen el control en algunos municipios como ocurrió en el caso de Cerocahui, en Urique es “por circunstancias muy especiales que se siguen dando el país”, aseguró el presidente.

El mandatario también criticó durante su conferencia matutina, el actuar de las asociaciones derecho humanistas y el papel que han jugado en los casos como Ayotzinapa o en Cerocahui.

En el caso Ayotzinapa, dijo que la intervención de los grupos en defensa de los Derechos Humanos permitió la liberación de casi 80 personas, algunos de ellos que se presumían probables responsables de la desaparición de los 43 estudiantes desparecidos la noche del 26 de septiembre de 2014, pero que recuperaron su libertad bajo el argumento de que habían sido torturados.

López Obrador se refirió también a la muerte de los dos sacerdotes Jesuitas y un guía de turistas en el poblado de Cerocahui, en Urique, ocurrido el 20 de junio de 2022, a manos del líder criminal de esa región, José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, personaje que mantenía el control en esa zona serrana del estado de Chihuahua.

“Cuando pasó el lamentable caso de los dos sacerdotes asesinados en Urique, en Chihuahua, no, se nos vinieron con todo, ¿y saben qué ofrecían las autoridades locales? Que se saliera el ejército, porque sí salía el ejército, se iban a encontrar los cuerpos y dijimos, no, no se va a salir el ejército y por dónde ya se había pasado buscando, de repente, aparecen los cuerpos”, dijo.

El presidente criticó a su vez el posicionamiento que tomó la congregación Jesuita, que señaló en esos días a su vez el actuar de la Federación ante el caso.

“Había un acuerdo entre delincuencia y autoridad local y se hace una ceremonia contra el Gobierno federal y mi instrucción es, que no se salga el ejército y no salió el ejército entonces encontró al que había cometido el crimen, lo habían asesinado y viene un pronunciamiento (de los Jesuitas) “no queríamos que lo ajusticiaran -como si nosotros lo hubiésemos ajusticiado- queríamos justicia”, comentó.

“Y pregunten en Creel y en toda la región, este cómo este señor, el finado, que asesinó a los sacerdotes, bueno al grado que uno de los sacerdotes lo identificó, que lo conocía, porque vivía con toda tranquilidad en la zona, era hasta promotor de un equipo de beisbol”, agregó.

Esa libertad con la que vivía Portillo Gil, solo se da cuando existen ciertas condiciones, señaló el presidente, por lo cual consideró no equitativo el juicio contra su él y su Gobierno.

“¿Y eso cómo se da? Pues solo con la complicidad de las autoridades, es muy injusto a la ligera, este, hacer un juicio en contra del Gobierno federal y en contra del presidente”, apuntó.