Historia, nostalgia y belleza arquitectónica, son ingredientes que le dan sabor al Centro Histórico de Chihuahua y que alimentan el éxito de los hoteles tipo boutique.


Rosina Uranga, orgullosa propietaria de una casona ubicada en la tradicional calle Coronado, refiere que por años abrigó junto a su esposo Alberto Rodríguez la ilusión de restaurar la casa que perteneció a sus abuelos para regocijo de sus visitantes.


Ahora la casona asolada por el periodo revolucionario fue rescatada y mantiene todo el fulgor de antaño para convertirse en el hotel boutique Coronado 420.
Artistas, escritores, actores y viajeros de todo el mundo disfrutan este peculiar hotel y otros más que se encuentran en las cercanías de la Catedral, del Palacio Municipal y del propio Palacio de Gobierno.
Sus enrejados, mobiliario y su cocina tradicional apoyada por personal rarámuri hacen de estas casonas una experiencia única.


