Con el sueño de comprarse una casa, María Francisca Ramírez Flores trabaja ocho horas diarias elaborando tortillas de harina en una hornilla, donde sufre temperaturas alrededor de 60 grados.
La mujer de 50 años comenta a El Universal que está acostumbrada a soportar altas temperaturas, pues además de trabajar haciendo tortillas “sobaqueras”, es ayudante de albañil y está muchas horas expuesta al sol.
En un puesto en el tianguis del estadio Héctor Espino, María Francisca se dedica a hacer tortillas de harina desde los 15 años.
Mientras platica, con maestría estira la masa y la arroja al comal; la tortilla se cuece de un lado y la voltea.
En el lugar se siente un calor sofocante y mucha humedad, los troncos de la hornilla arden.
Es mediodía, aún le faltan tres horas bajo esa sensación térmica que podría alcanzar 60 grados.
Constantemente toma agua y sueros; a pesar de ello, en muchas ocasiones se ha deshidratado y ha sufrido algún golpe de calor.
La mujer a diario cumple con su meta de elaborar 50 docenas de tortillas.
Por cada docena le pagan 20 pesos, por lo que a diario gana alrededor de mil pesos, cuando más gana son mil 200 pesos y cuando menos le pagan, percibe 700 pesos.
Sabe que su empleo es muy duro, pero también reconoce que es bien remunerado, incluso, que gana más que un profesionista.