El ídolo de Guamúchil no alcanzó a ver estrenadas tres de sus cintas: “Pablo y Carolina”, “Tizoc” y “Escuela de rateros”, esta última causó polémica antes de su debut
Había pasado un año de la trágica muerte de Pedro Infante cuando su última película, “Escuela de rateros”, ya estaba causando polémica y aún no se estrenaba, el título hizo pensar a algunos que el contenido incitaría a la violencia: ¿rateros?, ¿robo?, ¿delincuencia?, así que pidieron no asistir a los cines.
Uno de estos casos lo documentó EL UNIVERSAL, que el 9 de mayo de 1958, reportó que una maestra le escribió, preocupada, una carta a este diario para hacer una súplica: que no acudieran al cine a ver “Escuela de rateros”, protagonizada por Pedro Infante.
La tercera película a color de Pedro, llegó a la pantalla grande en 1958 y fue la última que protagonizó; estuvo dirigida por Rogelio A. González y contó con la participaron de figuras como Yolanda Varela , Rosita Arenas, Rosa Elena Durgel, Eduardo Fajardo, Eduardo Alcaraz y Luis Manuel Pelayo.
En el cartel que anunciaba el estreno, se constataba que el nacido en Guamúchil seguía siendo el ídolo de México, y la película se proyectó en los cines Orfeón, Roble y Ariel.
La carta que pedía no ver la última película de Pedro Infante
El título de esta película desorientó a un sector del público que pensó que los productores habían pretendido copiar aquella cinta francesa llamada “Rififi entre los hombres”, esto lo demuestran la serie de cartas que recibió EL UNIVERSAL en mayo de 1958.
Una de estas cartas, escrita por una profesora llamada Eloisa Reyes Hernández, se publicó en las páginas de este diario, la profesora vivía en la Ciudad de México con domicilio en la calle de González Cosío 551 de la colonia del Valle”.
La misiva lamentaba que una figura tan querida como Pedro Infante, se hubiera prestado para ser “el gancho” de un filme nocivo para los jóvenes; decía lo siguiente:
“Respetables señores: Habiendo visto en el real Cinema los avances de la película ‘Escuela de rateros’, deseo sugerir al personal del Consejo Nacional de la Educación y muy especialmente al señor licenciado y maestro don José Ángel Ceniceros, la conveniencia de ver dicha película antes de que sea exhibida en nuestros cines, pues por lo poco que vi he llegado a la conclusión de que puede inducir a los jóvenes a robar. ¿De qué servirán, pregunto, los esfuerzos que actualmente están haciendo tanto la iglesia como los padres de familia y diferentes asociaciones, para disminuir el porcentaje de la delincuencia juvenil? Qué lástima que una de nuestras estrellas de mayor atractivo como fue Pedro Infante, se haya prestado a servir de ‘gancho’ en una película nociva para la juventud, pues con su fama y el cariño que el público le tuvo, atraería a las multitudes que serían arrastradas a obrar, no el bien, sino el mal. En cambio, deseo felicitar a los hermanos Soler por el éxito alcanzado en la realización de la película blanca ‘Cuando México canta’, digna de ser admirada por toda clase de personas. Muy atentamente, Profa. Eloísa Reyes Hernández”.
Atendiendo a estas cartas, un redactor de este diario solicitó ver la película y obtuvo una respuesta positiva de los productores, así que se pudo ver “Escuela de rateros” en privado, y de esta manera se aseguraba que nada había en esa cinta que justificara el título ni lo que el público pudiera suponer, tal y como lo hizo la profesora Eloísa.
La película, en realidad, se trataba de una amable y festiva comedia policíaco-musical en la que Pedro Infante hace un doble personaje; estuvo en cartelera más de 14 semanas con éxito arrollador.
Infante actuó en más de 50 películas y su voz apareció en más de 300 grabaciones musicales, pero al ser sorprendido por la fatalidad de un accidente aéreo, no alcanzó a ver estrenadas tres de sus cintas: “Pablo y Carolina”, “Tizoc” y “Escuela de rateros”.