El entrenador más ganador en la historia del futbol mexicano (empatado con Ignacio Trelles en siete títulos de Liga), sólo duró 167 días al frente del Cruz Azul, cuya directiva decidió dar por terminada la relación laboral con Ricardo Ferretti.
En el futbol, como en la vida, no hay día que no llegue, ni plazo que no se cumpla. Después de 17 partidos oficiales, La Máquina ha echado al Tuca, lo que nunca le había ocurrido en su trayectoria, al menos no en un torneo ya iniciado.
El conjunto celeste no resistió la presión ante el difícil comienzo en la Liga MX, competencia en la que es último de la tabla después de tres jornadas. De hecho, es el único club que todavía no consigue alguna unidad.
A eso se sumó el reciente fracaso en la Leagues Cup, en la que fueron eliminados en dieciseisavos de final, tras caer en penaltis con el Charlotte de la Major League Soccer. De los tres partidos que jugaron en el evento, empataron dos y perdieron uno, si sólo se toman en cuenta los 90 minutos.
Y después de días de meditación, la directiva decidió que era momento de cortar el proceso encabezado por el entrenador brasileño.
Hecho que le ocurrió por primera ocasión en sus 32 años de trayectoria en el balompié mexicano como timonel, dejando —además de un mal sabor de boca en los aficionados— un porcentaje negativo con los Cementeros.
Ferretti, quien llegó a La Máquina con el Clausura 2023 ya en desarrollo, alcanzó únicamente un 37.25% de efectividad, cifra producto de cinco triunfos, cuatro empates y ocho derrotas.
Números que ponen su paso por el equipo como uno de los peores en la época moderna, únicamente superado por Mario Carrillo en 2003, con 22%; Diego Aguirre, en 2022, con 27%; y Sergio Bueno, en 2015, con 33%.
Un duro golpe para el experimentado estratega de 69 años de edad y multicampeón en la Liga MX, aunque sus más recientes proyectos no han resultado como deseaba.
Después de salir de los Tigres, probó suerte con los Bravos del FC Juárez, pero no le fue bien. El Cruz Azul parecía ser el equipo idóneo para volver a los días de gloria, pero no, tampoco el entrenador más ganador en la historia del balompié nacional pudo con la casi siempre atribulada Máquina, que ha quedado en manos de Joaquín Moreno.