A las nuevas generaciones les dice poco frases como el “Verano caliente”, el “Ornelazo” o el “movimiento universitario del 85”.
Así de corta es la memoria, por desgracia, y así de cerca está a veces la historia de volver a repetirse.
Corría el año de 1985 cuando la Universidad Autónoma de Chihuahua quedó envuelta en un remolino de conflictos motivados, en gran medida, por la intención del entonces rector, Reyes Humberto de las Casas Duarte (q.e.p.d.). ¡Qué barbaridad, hace casi 40 años!
A riesgo de pecar de breve, esta columna recordará solamente que aquella osadía del entonces rector, de buscar una segunda reelección y un tercer mandato –que entonces eran de tres años– levantó una ampolla así de grande que, al reventar, llevó su estruendo hasta el Palacio de Gobierno.
Hubo movilizaciones de estudiantes, maestros y directores en contra de la reelección, como también, justo es decirlo, de quienes apoyaban la continuidad del célebre rector a quien apodaban El Pato.
El conflicto llegó a tales extremos que motivó no solo la caída de De las Casas y la salida casi en vilo de su sucesor interino, Rodolfo Acosta Muñoz, sino también la debacle de la administración del gobernador Óscar Ornelas Kuchle.
Uno de los momentos culminantes de aquella movilización fue, ¡oh, coincidencia!, la toma del edificio de Rectoría por parte de grupos estudiantiles que se oponían a la “entronización” del rector.
Justo es decirlo: en aquellos entonces, De las Casas manifestó públicamente su disposición al diálogo con sus detractores… siempre y cuando, el tema de su segunda reelección quedara fuera de la agenda. Y así, pues ni cómo ayudar.
Toda proporción guardada respecto a aquellos convulsos años 80 (cuando el PRI y el PAN eran adversarios de a deveras, no como ahora) pero el conflicto universitario corrió casi en paralelo de un proceso electoral histórico, el de 1986, en el cual se abría la posibilidad de que el partido tricolor perdiera por primera vez una elección de gobernador.
La clase política y la comunidad universitaria de aquellos entonces recordarán cómo terminó todo: Oscar Ornelas dejó su cargo como gobernador, Saúl González Herrera lo sustituyó y el PRI retuvo la gubernatura de Chihuahua. Y, sobra decirlo, De las Casas no volvió a la Rectoría.
Si el amable lector ya peina canas y recuerdan aquellos años, ¿le dice algo la escena de ayer, de los jóvenes universitarios dándole con un tronco a la puerta de Rectoría?
¿No les “suena” eso de que se hayan instalado en el Paraninfo Universitario, en espera de ser atendidos por el rector, Luis Rivera Campos?
Aquel movimiento de los 80 ocurrió un año antes de la elección; este, a menos de una semana. Tomen nota.
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Y ya que hablamos de la UACH y su rector, de plano, para penas no gana uno con Rivera Campos.
Ayer, en la ceremonia con motivo del Día del Maestro, le hizo honor al “sobrenombre” que le puso esta distinguidísima columna: el “Sport Billy”.
Ante el personal docente de la Universidad que suele autonombrarse “la Máxima Casa de Estudios”, olvidó por completo mencionar al ilustre pedagogo chihuahuense Olac Fuentes Molinar, fallecido esta misma semana.
Los docentes reunidos a desayunar en el Centro de Convenciones de la ciudad de Chihuahua no escucharon mayor referencia a los próceres universitarios, ni a los egresados distinguidos.
En cambio, sí tuvo lugar en su discurso para mencionar… ¡A Michael Jordan!
Bueno, si aquello fuera una escuela de basquetbol, o si se tratara de una arenga deportiva para animar al equipo a remontar una desventaja, vale traer a la mente la imagen del “Air Jordan” y sus milagrosas jugadas en la NBA.
Pero, en una universidad que tiene problemas para cubrir el costo de las pensiones de sus empleados, y que tiene frente a sí un cambio estructural de los más importantes de los últimos años, como es la gratuidad de la educación superior, lo menos que viene al caso es el fabuloso jugador de los Toros de Chicago.
Ah, y como no podía faltar, el 15 de mayo de 2024 también sirvió para galardonar al maestro decano Luis Alfonso Rivera Soto, padre del rector.
“¡Hey, familia!”, gritaría el danzonero Acerina. Cómo iba a faltar, si el uno puso al otro de director y luego, Luis Alfonso Jr. le firmó el tiempo completo a su hermano.
O sea que, ya habrá tiempo para atender las demandas de grupos de jóvenes inconformes, de reparar los múltiples daños que tiene la infraestructura de la UACH y de homenajear a los grandes hombres y las grandes mujeres de Chihuahua.
Por hoy, lo que importa es recordar a Jordan.
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El informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública nos deja en claro que, en Chihuahua, el Gobierno federal aplica eso de “dejar hacer, dejar pasar”.
Entre enero y abril del 2024, el citado organismo contabilizó apenas 810 delitos del orden federal cometidos en territorio chihuahuense.
De esos, la cifra más alta corresponde a las violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos (Lfafe), con 255 casos.
Es decir, que ese solo delito se lleva casi la cuarta parte de todo el registro de infracciones federales cometidas en nuestro territorio durante el lapso de enero a abril.
De no creerse: en el estado donde operan diversos grupos delictivos –según lo informa la misma autoridad– solo se registraron cinco casos de delincuencia organizada. Es decir, que fue casi de a uno por mes en ese cuatrimestre.
De narcomenudeo, apenas fueron 12, como si se tratara de una actividad marginal que solo se da en algunos puntos de la entidad. ¡Multan a más gente por vender licor fuera de horario!
Por robo de hidrocarburos, lo que conocemos como “huachicoleo”, se registraron 63 casos en el período, o sea, a razón de 15 por mes.
Y bueno pues, a pesar de todo el problemón que tenemos encima por el tráfico de personas y el peregrinaje de migrantes que buscan llegar a los Estados Unidos, solo hubo 21 casos.
Cuando vemos esas cifras, entendemos por qué no hay resultados en materia de combate al delito. De plano, ni la burla perdonan.
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Nos cuentan que la salida de Sandra Elena Gutiérrez Fierro de la titularidad de la Secretaría de Educación y Deporte del Gobierno del Estado se debió a que, en materia de operación política, nomás no servía ni para quebrar un buñuelo.
Lo que enojó a las fuerzas del Palacio es que, frente a sus narices, prácticamente, la Sección 42 del SNTE esté trabajando como una extensión de la campaña de Claudia Sheinbaum y en apoyo a los candidatos morenistas identificados con el magisterio, sin que la ahora exsecretaria moviera un dedo para impedirlo.
Peor aún: le habían encargado específicamente que pusiera atención en el Distrito local 01, con cabecera en Nuevo Casas Grandes, y nada más no tenía para cuándo.
Al parecer, la gota que derramó el vaso fue la “fuerza aérea” del magisterio que opera en Juárez a favor del candidato morenista Óscar Daniel Avitia Arellanes, candidato a diputado por el Distrito III con cabecera en Juárez.
Aunque se trata de profesores de la Sección 8, que corresponden al régimen federalizado, no cayó en gracia que nadie moviera un dedo ante una operación tan descarada de actividad electoral en pleno horario de clase.
Justamente ayer, nuestro pariente Mirone, de Juárez, dio a conocer datos y señas de la “Real Fuerza Aérea” magisterial que le trabaja a Avitia.
Llega a tal el descaro que, además de cobrar un dineral, se ausentan de la escuela para ir a “apoyar” a su candidato y hasta suben fotos en redes sociales.
Entre los “científicos del voto” son bien conocidos los buenos oficios del sindicato magisterial para actuar en procesos electorales, principalmente, el día de la jornada.
Ahora, Hugo Gutiérrez, el que fuera secretario general de Gobierno de Pancho Barrio se ocupará del caso. A ver si no llega ya al cuarto para las doce, cuando queda muy poco por hacer.