Mucho se habla que, en el ámbito de la elección federal, hay votos “desaparecidos”, porque no concuerdan las boletas depositadas en las urnas para elegir presidente de la República, senadores y diputaciones federales.

Sin embargo, en Chihuahua, el proceso electoral local para elegir Ayuntamientos, Sindicaturas y diputaciones locales no canta mal el falsete, pues también trae un faltante de votos que, si fuera dinero, nos podríamos quejar de haber sido “bolseados”.

Veamos las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares, el PREP, del Instituto Estatal Electoral para ver si le encontramos cuadratura a este círculo.

En el proceso para elegir 67 Ayuntamientos en todo el estado, se recibieron 1 millón 251 mil 851 votos.

Uno podría suponer que, al ser procesos simultáneos, que se celebran el mismo día y en una sola casilla, las cantidades tendrían que ser iguales o, por lo menos, parecidas, pero no.   

Resulta que en la votación para elegir diputaciones de mayoría hubo 1 millón 226 mil 012. ¡Ah, caray! Son 25 mil 839 menos que los recabados en la votación para elegir presidente municipal y planilla de regidores.

Ahí no para el misterio, pues en la elección de Sindicaturas también salieron con que a Chuchita la bolsearon, pues hubo solo un millón 234 mil 261 boletas, 17 mil 590 menos que las que arrojó la elección de Ayuntamiento.

Hasta ahora, nadie ha podido explicar a qué viene esa diferencia, la cual, por cierto, cambiaría en muy poco el resultado final de las elecciones.

Sin embargo, no se puede entender cómo, a la hora de contar boletas marcadas a favor de algún candidato, o anuladas de manera intencional o incidental, no cuadre la suma de iguales que cualquier estudiante de una carrera comercial podría hacer.

Ahora sí que, ¿dónde quedó la bolita? O mejor dicho, ¿dónde quedó la boleta?

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El exgobernador César Dee Jay ya está en libertad.

Podrán decir que es bajo caución, o que le cambiaron la medida cautelar, que el proceso penal en su contra aún no termina y que tiene otras tantas carpeteas de investigación pendientes.

Agréguenle lo que quieran. Lo cierto es que el único exgobernador que ha parado en prisión de cuantos ha habido en el estado de Chihuahua ya no regresará a su celda y continuará su proceso penal en algún domicilio particular.

Desde ahora se preguntan sus adversarios políticos qué es lo que hará ahora que ya no está en San Guillermo, si cuando permanecía ahí operaba a diestra y siniestra.

Vaya, hasta entraba en llamada telefónica en vivo a programas de radio, ofrecía entrevistas a medios locales a modo y hasta desconocía la autoridad de la juez que lo procesaba. ¿Se acuerdan de aquel “usted a mí no me manda” que le dijo a la jueza Delia Valentina Meléndez, en plena audiencia?

Mientras estaba en reclusión, sus allegados promovieron la producción y difusión del corto llamado “La farsa”, en el cual acusaban al exgobernador Javier Corral de haber torturado a cuanto exfuncionario de la administración duartista cayó en problemas con la justica por presuntos actos de corrupción.

También sus allegados difundieron la presentación del libro “Reporte Miroslava, la verdad histórica”, en la que prácticamente exculpan a los dos sentenciados por el homicidio de la periodista Miroslava Breach.

Todo eso pasó mientras pasaban sus días en el Cereso 1. Ahora habrá qué imaginarlo en “semilibertad”.

Otra vez: agréguenle los términos jurídicos que quieran, el dato es que permanecerá bajo custodia y que, si así lo considera el juez, se le impondrá un brazalete localizador.

La jueza de Control, Hortensia García Rodríguez, ordenó la liberación del exgobernador sin convocar a audiencia, al considerar que el plazo constitucional de dos años de prisión preventiva vencía el 5 de junio.

Nada más para que conste en el acta, es la misma jueza que enderezó baterías contra Francisco González Arredondo, el exfiscal anticorrupción del Gobierno de Javier Corral, que tuvo a su cargo la integración de carpetas contra el exmandatario.

Y, por cierto, a estas horas, hay otros 3 mil internos, por lo menos, que ya cumplieron, y hasta de sobra, el término de los dos años en prisión sin recibir sentencia, y a ellos ni qué juez les dicte una libertad condicional o prisión domiciliaria.

Ni hablar, hasta en eso hay niveles.

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El Gobierno del Estado no ha cumplido con el mandato de ley de integrar el Fondo de Movilidad, cuyo fin es, en resumidas cuentas, reunir recursos para modernizar los sistemas de transporte y aportar fondos para la seguridad vial.

Pese a que los numerales 20 y 21 de la Ley de Transporte Estatal contempla con toda claridad la creación del Fondo, este no ha sido integrado y la Secretaría General de Gobierno aún no informa la razón por la que se ha incumplido con ese mandato.

El citado artículo dice, a la letra, que el Fondo de Movilidad debe “Reservar recursos para la modernización del Transporte Público y la operación del Sistema Integrado de Transporte”.

Además, establece que esos recursos serán destinados al “Mantenimiento, conservación, construcción de infraestructura y equipamiento para la movilidad sostenible”.

No solo eso, también que debe aportar portar recursos para la seguridad vial y hacer una cuantificación y sistematización de la información.

Bonito organismo ese Fondo de Movilidad, y más bonito sería si existiera, porque a la fecha, es un auténtico fantasma.

El 9 de mayo pasado, la Secretaría General de Gobierno respondió a la solicitud de información vía transparencia, marcada con el folio 080142824000258, que “no se ha puesto en marcha”. Así, y “tan-tan”.

¿Por qué no? Quién sabe, porque en la respuesta no dio explicación alguna.

Misma respuesta a la pregunta sobre el porcentaje sobre aportaciones y multas, así como los convenios establecidos con las empresas de redes de transporte en cuanto al porcentaje de aportación y/o impuesto establecido para el fondo de movilidad.

Todo lo anterior está contemplado en la Ley de Transporte, pero por lo visto, está casi como esos monitos que algunos choferes colocan en el tablero de su camión, que mueven la cabeza con el andar del vehículo. O sea, es un adorno, y nadie se fija en él.

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Este miércoles inició el cómputo en los 300 Consejos Distritales del Instituto Nacional Electoral (INE), para determinar, de manera oficial, quiénes ganaron las elecciones de diputado de mayoría el pasado 2 de junio.

Si las cosas van como pintan, Morena será la, digamos, “primera fuerza” electoral federal, pues se quedará con cinco de los nueve distritos en los que está dividido el estado.

Para repasar: ganó y de sobra los distritos I, II, III y IV de Juárez y, por un pelito de rana, se impuso en el VII de Cuauhtémoc, con 67 mil 694 votos para su candidato, El Nono Corral, contra 63 mil 455 de Rocío Sarmiento, de Fuerza y Corazón por México.

De los otros cuatro, no quepa la menor duda, serán tricolores al menos tres de ellos: el V, de Delicias, el VIII de Chihuahua y el IX de Hidalgo del Parral.

El PAN se quedará solo con uno, el VI, de Chihuahua, donde obtuvo una holgadísima ventaja sobre Morena y partidos que lo acompañaban.

Si no fallaron los conteos del PREP, así quedarán los distritos. Falta ver cómo quedará la votación en toda la Circunscripción Número I, a la que pertenece Chihuahua, para ver cuántos más entrarán por la vía plurinominal.

Es del todo probable que Graciela Ortiz, del PRI, Rocío González y Arturo García Portillo, del PAN y Benjamín Carrera Chávez, de Morena, lleguen a San Lázaro por esa vía.

Si así van las cosas, los 4Ts tendrán seis diputaciones: cinco de Morena y una del PT; el PRI contará con cuatro y el PAN, con tres. Está por verse, aún, si siguen coaligados.

Y bueno, falta ver si le alcanza a Alfredo “El Caballo” Lozoya, de Movimiento Ciudadano.

Ese velo se retirará a más tardar este fin de semana, lo cual irá pintando el color de la diputación federal por Chihuahua.