Si el Gobierno de Chihuahua va en serio con eso de detener el reparto de los libros de texto gratuitos para el ciclo escolar 2023-2024, tendrá qué rascarle al monedero para sacarse de la bolsa casi 70 millones de pesos para imprimir los propios.

Eso costaría, aproximadamente, imprimir los 4 millones 61 mil 883 ejemplares que se iban a repartir durante julio y agosto, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación y Deporte del Gobierno del Estado.

Datos de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito del Gobierno Federal indican que, en promedio, el costo por ejemplar de los libros para educación básica es de 16.8 pesos cada uno.

Según lo informó en su momento el entonces secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, los libros más baratos son los de primaria, pues cuestan alrededor de 8 pesos por ejemplar, mientras que el precio de los de secundaria se eleva a 21 pesos.

En Chihuahua, 120 mil 191 corresponden a Preescolar; 2 millones 373 mil 349 a Primaria; un millón 369 mil 120 a Secundaria y 199 mil 223 a Telesecundaria, según datos de la SEYD.

El diputado Francisco “Amparo” Sánchez, promotor del recurso legal para detener—temporalmente, que quede claro—el reparto de los textos, ha manifestado que el estado podría reimprimir los del año pasado y proceder a su reparto.

A ese costo habría qué agregar la logística, pues a la SEP le habría llevado más de un mes hacer todo el reparto.

Según boletín oficial del Gobierno del Estado, al 6 de julio pasado se había recibido apenas el 32% de los 4 millones de libros. De hecho, difícilmente estarían entregados para el 28 de agosto, día del reinicio de clases.

Así que ya lo saben: si Chihuahua gana esa batalla, vayan haciéndole cuentas, porque se le va a ir un buen dinero.

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El estado de Chihuahua puede presumir a todo el mundo que fue uno de los estados que más disminuyó su índice de pobreza, así como el número de personas que se encuentran en esa penosa situación.

El informe de la Medición de Pobreza 2022 del Coneval le trajo buenas noticias a Chihuahua, pero también algunos focos rojos que tanto el gobierno estatal como el federal deben atender.

Para empezar, podríamos decir que nuestra entidad fue una de las que más redujo su indicador de pobreza, al pasar de un 30.7 en el 2016, a 17.6 en el 2022.

Es decir, que hace seis años, cuando la pandemia no se veía venir todavía, había el doble de gente pobre en comparación con la que se contabilizó en la encuesta Coneval del año pasado.

Para decirlo de otra manera: en el 2016, tres de cada diez personas que habitan en Chihuahua la pasaban mal, con ingresos insuficientes y alguna de las cinco carencias básicas que mide el organismo gubernamental. Ahora, son menos de dos ¡nada mal!

En cuanto al número de personas que abandonaron las filas de la insuficiencia económica fue mucho más indicativa, pues de un millón 104 mil personas pobres en el 2016, bajamos a 669 mil, un 40% menos en solo seis años.

Especialistas han estimado que la reducción de la pobreza en las entidades fronterizas se debe, en gran medida, al incremento al salario mínimo en esa franja del país.

En el 2023, los trabajadores y las trabajadoras de los donde los trabajadores recibirán como pago mínimo 312.41 pesos diarios, que son 9,372 pesos mensuales, lo que representan mil 584 pesos adicionales al mes en los 43 municipios fronterizos del país, incluidos siete de Chihuahua.

La encuesta de ingreso del INEGI publicada el mes pasado indica que cada hogar de Chihuahua obtuvo 27 mil 309 pesos al mes, tomando en cuenta que cada casa tiene al menos dos personas que trabajan.

Buenos datos, pero ahora falta completarlos con una mejor atención en salud, porque toda esa gente que trabaja aporta tanto al sistema fiscal, vía su impuesto sobre la renta, como al sistema de seguridad social, con sus cuotas al IMSS o al ISSSTE, si son empleados federales.

Muy buen ingreso, pero en cuanto aparece la enfermedad, ahí se nos va todo.

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Nos dicen cartas que nos llegan desde la UACH que la relación entre el rector Luis Alfonso Rivera Campos y la secretaria General, Georgina Bujanda, está como olla de frijoles en fuego alto: a punto de estallar y de dejar un molesto batidero.

El asunto ya está en el conocimiento del Palacio de Gobierno, pero no han salido señales claras de cuál será la salida que le darán a esa difícil situación.

La pregunta es ¿qué hacer con Geo Bujanda? ¿Dónde la acomodamos? ¿Para dónde se iría?

Primero, se habló de que regresaría al Congreso del Estado, pero ahí hay dos detalles: que la Coordinación Parlamentaria ya está ocupada y no hay condiciones para remover a su actual titular, y segundo, que la suplente, Margarita Blackaller, se ha hecho de su propio capital político y legislativo y tampoco quiere dejar el asiento en el pleno del Legislativo.

Quedaría algún espacio administrativo en el mismo Congreso, pero las dos secretarías están debidamente ocupadas por gente “palomeada” desde el primer piso del Palacio.

¿A dónde la mandamos, entonces? Se preguntan. Al Instituto Chihuahuense de las Mujeres—como se había rumorado—definitivamente no, pues es un organismo donde ya van tres cambios de titular en menos de dos años y en una coyuntura político electoral donde la población femenina tendrá un rol fundamental.

Nada más hay que ver que las dos probables candidaturas a la Presidencia de la República serán encabezadas por mujeres. Entonces, ahí no.

¿A dónde, donde no parezca ni soldado de infantería, ni cabo, ni sargento? El problema es ese: que la quiere de capitana para arriba, si no es que de generala de división.

A ver en qué termina todo esto. Lo que nos dicen es que ya no aguanta mucho, y el “primo” ya no ve la hora de librarse de ese “encargo”.

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El frente opositor PRIAN-PRD encabeza las preferencias rumbo a la elección de senador por el estado de Chihuahua en el 2024, pero con un muy escaso margen.

Según la encuesta de Massive Caller, el 39.1% de los encuestados votaría por esa agrupación, contra un 37.7% del partido de la 4T.

Sin embargo, con el margen de error que se atribuye la propia encuestadora, que es de 3.5%, estaría la carrera en un empate técnico virtual.

El problema para los prianistas es que, en la misma encuesta, hay cinco puntos de preferencia hacia “otros partidos”, y solo quedan por sondear el PT y el PVEM, ambos, aliados y coaligados de Morena.

El detalle para Morena es que, según esa encuestadora, habría perdido tres puntos en los últimos tres meses, mientras que su opositor ha crecido justamente en esa misma proporción.

Ese lapso coincide con la irrupción de Xóchitl Gálvez en la contienda por la Presidencia de la República y con el surgimiento de temas controversiales, como el de los nuevos libros de texto.

El otro dato interesante es la carrera por las candidaturas al senado en ambos frentes, donde se ven pocas sorpresas y muy escasos resultados de las campañas de promoción de imagen que hacen algunos aspirantes a llegar a la Cámara Alta del país.

En el frente PRIAN hay pocas sorpresas, pues Mario Vázquez Robles, actual secretario de Obras Públicas del Gobierno del Estado tiene una cómoda ventaja, con un 23.6% a su favor, contra el 14% de la diputada Daniela Álvarez.

Lejos de ellos aparecen el diputado local Luis Aguilar, con un 9.7% y Karla Rivas, la secretaria de Bien Común y Política Social con casi el mismo porcentaje. ¡Cuánto dinero gastado en espectaculares para quedar tan abajo en la encuesta!

Del lado de Morena las cosas también lucen definidas, con Juan Carlos Loera al frente y “Lady jirafa” Andrea Chávez en segundo.

Falta mucho tiempo para que se defina esos temas pero ¡ah cómo nos entretenemos con ellos!