El alcalde Marco “Marquito” Bonilla se registró ya como candidato del PRIAN-PRD a la Presidencia Municipal, en calidad de reelección, y con ello alistó las maletas para ausentarse al menos dos meses del cargo.
En su lugar quedará el suplente, Jorge Cruz Russek, uno de los empresarios más influyentes de la ciudad y tal vez del estado, cuyos hermanos, hijos y demás parentela tienen extendida una amplia red de negocios que van a dar a las proveedurías de gobierno.
El alcalde que cubrirá en calidad de “mientras” a Marquito es un empresario que se ha distinguido lo mismo por su activismo político, su discurso anti-AMLO, y su rotundo éxito como distribuidor de automóviles de diversas marcas.
En general, su familia se ha dedicado a ese ramo y, desde ese punto, ha sido proveedora de gobiernos estatales y municipales de distinto signo. Bueno, ya ni tan distinto, porque aquello de que unos eran del PRI y otros del PAN, ya quedó borrado.
Su hermano, Víctor, ha sido presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles en Chihuahua; su esposa, Luisa Camberos, fue candidata a diputada local, aunque perdió la contienda, y después asumió la dirección del Instituto Chihuahuense de la Mujer en tiempos de José Reyes Baeza.
Su familia política ha sido la principal distribuidora de la marca de autos Volkswagen, la suya propia, de la marca Nissan, entre otras. Dos de las marcas de vehículos automotores más populares y vendidos del país, en el mismo radio familiar.
Su trayectoria en la grilla empresarial es larga: desde su paso por la Presidencia de Coparmex, allá en los años 80s, luego, como uno de los impulsores del centro de convenciones Expo Chihuahua, ya hora, ya de plano, metido en la planilla del ayuntamiento de Chihuahua, como pícher relevista de Marquito Bonilla.
Ahí estará hasta que el alcalde en funciones reciba, si es que gana, su constancia de mayoría, porque ya entonces nada le impedirá reinstalarse en el cargo.
Historias las hay, y no pocas, en las que el sustituto se entusiasma con el poder y luego batallan para pedirle que devuelva la silla. A ver cómo le va a Marquito con este “Big leaguer” del sector empresarial capitalino.
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En la Rectoría de la UACH hay preocupación, y mucha, por la cantidad de recursos de amparo que han promovido aspirantes que buscan ingresar a alguna de las carreras de esa universidad, pero sin pagar cuota de inscripción ni colegiatura.
Se trata de todas esas personas, jóvenes que recién egresaron el bachillerato, en su mayoría, que se apegan al principio de la gratuidad de la educación pública en México y del principio de universalidad, los cuales, según su interpretación y la de sus asesores jurídicos, les daría derecho a entrar a esa o a cualquier otra universidad pública “de a gratis”.
Si les asiste o no la razón, si el concepto de gratuidad alcanza a la educación superior, y si el de la “universalidad” permite que cualquiera entre y salga de una institución de educación superior como “Juan por su casa”, ya se verá en los tribunales.
Lo cierto es que el rector Luis Alfonso Rivera Campos, el “Sport Billy”, que tanto tiempo y dinero gata en las representaciones deportivas de la universidad bajo su cargo, anda muy preocupado por el posible resultado de ese litigio.
No le falta razón: ya van mil 500 amparos promovidos por un igual número de aspirantes y, en caso de ganar, no sólo entrarían a la Universidad Autónoma de Chihuahua sin pasar a la caja a ingresar dinero, sino que podrían sentar jurisprudencia que, a final de cuentas, le pegue a toda institución de educación pública de nivel superior.
Si Luisito anda tembeleque por el tema, no es para menos.
Nada más hay que ver de dónde provienen los ingresos de la UACH para entender que un fallo a favor de los demandantes provocará un auténtico cráter financiero a esa que es la más grande casa de estudios del estado.
Ahí les va: la UACH gastó en el 2022 $2 mil 297 millones 802 mil 863 pesos con 94 centavos, según la Auditoría Superior del Estado.
De ese dineral, $401 millones 608 mil 753.00 llegaron vía cobro de inscripciones a las carreras de licenciatura y postgrado. O sea, que casi el 18% del tesoro de la UACH sale de la bolsa de las y los educandos inscritos.
Según la ASE, los ingresos al nivel Licenciatura generaron $248.6 mdp; los de Posgrado, Especialidad y Doctorado, 52,177.2 mdp y otros Ingresos Académicos, 45,857.9 mdp.
Eso, en el 2022, porque, de seguro, en el 2023 fue mucho más. Ya lo veremos en la revisión a la Cuenta Pública de ese año.
Mucho dinero como para perderle el cariño de un año para otro.
Así que a la administración del “Sport Billy” no le queda más que de dos sopas: o entabla una defensa legal propia de un guerrero espartano, o se va comprando unas tijeras de jardinero para hacerle recortes a su presupuesto.
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“Unos siembran y otros cosechan”, dice la voz popular, y no les falta verdad a quienes usan esa recurrida frase.
Ahí está el PT, que con tanto esmero empujó al exalcalde de Chihuahua, Marco Adán Quezada Martínez, a la diputación por el VIII Distrito, con cabecera en el municipio que él gobernó hace más de 10 años.
Afanosos, como suelen serlo, los dirigentes del petismo le insistieron al “otro Marco” que se inscribiera por la 4T y le pusiera cara a su tocayo, Marco Bonilla, quien a partir de ayer anda ya desatado, de manera oficial, en busca del voto que lo lleve a repetir como presidente de la capital.
Si bien no van en pos del mismo cargo, ya se vio que al Marco “Marquito” panista le desagrada, y no poco, tener al “otro Marco” encampañado en la zona sur del municipio donde gobierna.
Podría decirse que fue la postulación de Marco “Kid Monster Truck” Quezada fue una estrellita en la cacha de la pistola del PT y que, en el caso de ganar, formaría parte de la bancada del partido rojo y amarillo en San Lázaro, pero no.
Resulta que, pese a que aparece en las listas merced de los buenos oficios de los Aguilar, Quezada se enlistó como candidato, pero por las siglas del Partido Verde Ecologista de México, que en el estado de Chihuahua no llega ni a membrete.
Lo más seguro, nos cuentan, es que en el caso de que le ganara a su excompañero de partido—y, acaso, examigo—Alejandro Domínguez, quien compite por el PRIAN, se haría al lado de la bancada de Morena. O sea, ni por el partido que lo impulsó, ni por el que lo registró ante el INE.
¿Alguien nos puede explicar ese reborujo ideológico?
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Y ya que hablamos de chapulines, incongruentes y demás, allá en Juárez ya se armó un auténtico incendio de Troya con el acto represor que hizo el alcalde Cruz Pérez Cuéllar contra manifestantes que le recordaban toda la andanada de acusaciones que tiene en su contra por probables actos de corrupción.
Ahí estuvo un fuerte operativo de seguridad para someter a un grupo de 12 “peligrosos” manifestantes, todos ellos activistas sociales, algunos, de añeja militancia de izquierda, esposados, detenidos y hasta arrastrados rumbo a la patrulla que los llevaría al centro de detención en Ciudad Juárez.
Para colmo de Crucito, entre las personas detenidas había familiares de su no-muy-amigo Juan Carlos Loera de la Rosa, actual candidato al Senado de la República por Morena, precisamente.
Perla de la Rosa, la oradora principal, y quien exclamó encendidas arengas contra el alcalde de Juaritos, fue a dar a la celda por andar diciendo que Cruz es una vergüenza para Morena y para Juárez. Si ese va a ser delito ¡¿Quién va a cerrar la puerta de la celda?!
Pero, por si el expanista metido a morenista le interesa buscar una vez más la postulación a la alcaldía de Juárez por el partido insigne de la 4T, le recomendamos le eche un ojo a las redes sociales para que vea cómo le anda yendo con los morenistas izquierdosos de a deveras.
“Todos a recuperar la libertad de Perla de la Rosa, Héctor Padilla y activistas. Todos a la cárcel de Piedra para liberarlos!!”, decía uno de los mensajes.
“La lucha hoy es Recuperar a Morena democráticamente y luchar contra los chapulines enquistados en morena. Por lo que se ve también vamos a tener que luchar contra ellos cuando sean gobernadores o presidentes municipales. O hasta Diputados y senadores”.
Órale Cruz, ya no son los diputados locales del PAN, ni el gobierno panista del estado, ni su homólogo de Chihuahua. No: ahora es el morenismo en pleno el que pide que no repita en el cargo, y que dé la cara por sus actos de corrupción y abuso de poder.