La situación financiera de los municipios del estado es una especie de sol y luna, de día y sol, o de cima y sima, porque unos andan con altos niveles de ingresos propios, mientras que otros prácticamente dependen del “kórima” presupuestal.

Según los resultados publicados por la Auditoría Superior del Estado (ASE) en su documento “Atlas Financiero Municipal 2023”, 37 municipios, más del 50 por ciento del total, depende absolutamente de las aportaciones que envían tanto el Gobierno Federal como el estatal.

Esto es, que de cada 10 pesos que se gastan, 9 provienen de cuentas distintas a las de los ingresos municipales.

Como quien dice, dependen del “kórima” que les pueda mandar la Federación, o el Estado, y este recurso puede variar según los vaivenes de la economía nacional e, incluso, la mundial.

Quiere decir que la mayoría de nuestras demarcaciones cobra cantidades tan bajas por concepto de Impuesto Predial, de Traslación de Dominio o de Derecho de Alumbrado Público, por citar las cuentas más grandes, que no le alcanza ni para el 10 por ciento de su gasto.

Y bueno, con esos niveles de ingresos, ni cómo hablar de construir obras, caminos, redes de agua potable o reparación de calles o banquetas. ¿De dónde, si con trabajos hay para la nómina?

Ya en otras ocasiones y en diversos escenarios, se ha hablado de la necesidad de revisar la división municipal del estado, pues la mayoría de ellos no supera los 10 mil habitantes e, incluso, los hay con menos de mil, como Huejotitán o El Tule.

¿Para qué gastar en el sueldo de un presidente, un secretario o secretaria, regidores y síndicos, si no les alcanza el “chivo”?

Para darnos cuenta de la disparidad, de los 22 mil 344 millones de pesos que gastaron los 67 municipios del estado en el 2023, la mayor parte, un 73.3 por ciento, provino de los cinco más poblados: Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc, Delicias e Hidalgo del Parral.

De hecho, la capital y la fronteriza juaritos quedaron entre los seis municipios del país que más ingresos propios se allegan. 

Estos sí que lograron meterle dinero a su caja con ingresos propios, pagar parte de su gasto de inversión “de su bolsa” y poner su parte para gestionar obras ante el estado y la federación.

No está de más reconocerles el mérito de recaudar buenas cantidades de recursos, más del 25 por ciento de su total, mediante el cobro del predial y otros impuestos y derechos municipales.

Del total de ingresos municipales, el 25 por ciento se fue a inversión, el 15.9 por ciento a transferencias y ayudas sociales y el 57.1 por ciento a gasto corriente.

Buenas cifras, pero vale empezar a revisar si tiene sentido gastar tanto dinero en presidencias y regidurías en municipios donde cada año hay menos población, o donde el presupuesto no les da para ejecutar obras. Vaya, al menos en 10, ni siquiera hay Policía, y así pues ni cómo ayudarles.

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Está la tempestad a todo vuelo y las autoridades en materia de seguridad aún no se hincan.

Ni porque ya van 20 candidatos asesinados a lo largo y ancho del país se ponen de acuerdo para proteger a todo ese mar de mexicanos que este año andará recorriendo calles y caminos en busca del voto para hacerse de un cargo de elección popular.

El  Instituto Nacional Electoral, el INE, informó en días pasados que la protección federal, léase del Ejército, Guardia Nacional o  Marina, se ofrecerá únicamente a los candidatos a cargos como presidencia de la República, senadurías o diputaciones federales.

Nada más.

Ahí sí hay, para el que lo pida, mecanismos de protección que van desde el acompañamiento de una unidad de las fuerzas federales –Ejército o GN– hasta cuatro, según sea el grado de riesgo de la zona donde el aspirante andará haciendo su campaña.

Hasta donde nos quedamos, ninguna de las fórmulas de aspirantes al Senado había pedido ese tipo de protección;  tampoco los candidatos a diputaciones federales.

Queda entonces esa enorme cantidad de personas que andará recorriendo cerros, valles y ciudades, ya sea para pedir el voto o para capacitar a los funcionarios de casilla.

Acaso estos se encuentren en un riesgo mayor, pues concentrarán su campaña en una sola región y no en todo un territorio estatal.

La gobernadora Maru Campos ya dio a conocer que tendrá que ser el Gobierno del Estado el que le entre a garantizar la seguridad de esos aspirantes.

Casi nada: son candidatos a alcaldes, regidores y síndicos de 67 municipios, y a diputados locales en 9 distritos. Un gentío, pues.

Muchos de ellos recorrerán zonas de riesgo, ya sea en la región serrana o en algunos sectores determinados de las áreas urbanas. A todos ellos, no les quedará mas que pedir acompañamiento de las fuerzas estatales o del municipio.

Tal parece que ni el derramamiento de sangre de candidatos movió a las autoridades a dejar de lado sus diferencias y ponerse de acuerdo a trabajar para darle a aspirantes  a electores una mejor condición para hacer campaña e ir a votar.

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A Marquito Bonilla se le pasó la mano con el ejercicio del presupuesto en el año 2023.

Según cifras oficiales de la Auditoría Superior del Estado, el Gobierno “marquista” de Chihuahua logró meter a sus arcas 5 mil 676 millones de pesos a lo largo del año pasado, pero se gastó poquito más, pues cerró la cuenta de egreso en 5 mil 703.

El “pasón” fue de 26.6 millones de pesos, cifra que equivale a comprar unas 50 patrullas, o a pavimentar tramos de calles en colonias que se quedaron fuera del Presupuesto Participativo.

La verdad es que se fue grande, porque el Congreso le había autorizado gastar 5 mil 92.6 mdp. O sea, que se le pasó la mano con 611 millones de pesos. ¡Cuántas dependencias quisieran esa cifra ya no digamos para el año, sino para todo el sexenio!

Ahora bien, si al menos se lo hubieran despachado en algo que quede para la posteridad, pues bueno, pero apenas 727 millones de pesos, el 12.7 por ciento del total, se fue a gasto de inversión.

En cambio, casi 7 de cada 10 pesos se ejerció en gasto corriente, o sea, en sueldos, servicios personales y suministros.

Tampoco le dio bajón a la deuda, pues quedó casi en 237 millones de pesos, lo que hace que cada uno de los 937 mil 674 habitantes de la capital deban 253 pesos a la banca.

De las obras ejecutadas por Marquito, se puede destacar el distribuidor vial del sur de la ciudad se llevó 228 millones de pesos. Fue la obra más grande en tamaño y costo, con la que el alcalde anduvo muy orondo haciéndose promoción de sí mismo, de cara a la campaña que está por iniciar.

Mucho gasto y poca inversión, y estamos hablando de una ciudad como Chihuahua, donde abundan las calles sin pavimento, y las que tienen, está ondulado cual buñuelo o llena de hoyos, como queso suizo.

A ver si en el próximo trienio –si es que gana– le echa más “ganas” y cierra su administración con más obra y menos relumbrón.

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El frente de partidos que agrupa al PRI, al PAN y al PRD convocó a “hacer bola” en las oficinas del comité directivo panista para hablar sobre el debate entre las candidatas a la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum.

¡Ah! Y también estará Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, por si alguien no se acordaba.

El “montón” anti4T tendrá entre sus asistentes a los presidentes estatales de los partidos que empujan la candidatura de Xóchitl: Gabriel Díaz del PAN, Alejandro Domínguez del PRI y Noemí Álvarez del PRD.

¿Para qué? “Difícil adivinarlo”: para anunciar a los cuatro vientos que su candidata ganó “de calle” el debate y que, seguramente, esa victoria estruendosa la impulsará a grado tal que revertirá las tendencias que hasta la fecha favorecen a la morenista.

Lo ganó, aunque a esas horas todavía no esté ni cerca de iniciar. Así se las gastan los partidos, que nadie se espante. Es lo que les toca decir.

Como ya se ha anunciado con antelación, las dos aspirantes y el tercero en discordia responderán preguntas relacionadas con temas de educación, salud, transparencia, combate a la corrupción, no discriminación y grupos vulnerables y violencia contra las mujeres.

La cita para la rueda de prensa es en el Comité Directivo Estatal del PAN, en punto de las 11:00 de la mañana.

La otra, la del debate, es a partir de las 20:00 horas, 8 de la noche, y se podrá ver en diversos medios tanto televisivos como en línea. Se vale cargar las palomitas, refresco y matracas, aunque también se podrían cargar alarmas despertadoras, por aquello de que ninguna de las personas aspirantes emociona.

Así que, si no durmió bien, aviéntese el debate y verá cómo le regresa el sueño.