Si bien logaron cubrir una buena parte de las plazas del centro de la ciudad de Chihuahua, no todo fue miel sobre hojuelas para las fuerzas de la 4T, pues salió a relucir el forcejeo que hay entre las huestes de Morena y la colmilluda dirigencia del Partido del Trabajo, el PT.
Desde muy temprano, a eso de las 10:00 de la mañana, cuando avanzaban los preparativos para recibir a la candidata presidencial de ambos partidos, Claudia Sheinbaum, activistas del PT se movieron rápido para cubrir todo con la llamativa bandera roja y amarilla de su partido.
Incluso los tractores que llegaron desde el noroeste, traídos por los promotores de Claudia Sheinbaum, que desde hace semanas trabajan de cerca con productores endeudados con la CFE, “amanecieron” de repente con la bandera del partido de la estrellita amarilla.
Luego, cuando los morenistas llegaron para comenzar el reparto de sus muy peleadas sombrillas color guinda, los petistas ya habían instalado tremendas grúas, justo frente al presídium donde estaría la aspirante presidencial.
En todo lo alto, colgadas de esas grúas, se podían ver las banderas color rojo y amarillo y el emblema del PT.
El colmo fue cuando instalaron otra grúa, justo detrás del templete, donde también colgaron su gigantesca banderola. Eso sí que “calentó” a los morenistas, que hicieron intentos en vano de retirar la grúa y la bandera de sus “compañeros” petistas.
A poco tiempo de que llegara la candidata, el PT iba ya ganando el “banderómetro”, pues las plazas Grandeza de Chihuahua y Mayor se veían dominadas por las que lucían los colores y el emblema de ese partido que en la entidad no tiene más propietario que la familia Aguilar Gil.
Punto para Rubén y su hija, la hábil diputada Lilia Aguilar. PT 1, Morena 0, hasta ese momento.
Luego, el reparto de unas camisetas color amarillo intenso con las siglas del PT impresas en el frente y unas vistosas cachuchas color rojo, ¿algo más llamativo que esa combinación de colores?
Ya vamos 2 a 0.
Los “morenos” se movieron rápido y para pronto comenzaron a repartir sus lucidoras sombrillas color guinda intenso con el nombre de “Morena” en blanco. Fue la ganga del día, porque hasta se formaron largas filas de simpatizantes en espera de recibir su sombrilla.
Estaba tan demandada ese artefacto cubresol que incluso se vieron algunas fuera de la zona del mitin cuando este todavía no empezaba. O sea, fueron por su sombrilla y “ahí me saludan a Claudia”.
Descuento para Morena: 2 a 1.
Lo que de plano volteó el marcador fue la presencia en el templete: ahí, pura fuerza púrpura con Mario Delgado, Cruz Pérez Cuéllar y, desde luego, Claudia Sheinbaum, vestida ella de guinda. Eso debió doler.
En ese mar de ropa guinda y blanco, la playera amarilla de Lily Aguilar se veía como una pequeña mancha en un templete dominado por el morenismo.
Digamos que quedaron empatados, porque el PT bien puede reportar que su “movilización” (para no decirle acarreo) fue indispensable para presentar esa percepción de plaza llena en la difícil ciudad de Chihuahua.
Así van hasta ahora, cuando faltan unos cuantos días para la elección. A ver cómo se pone el forcejeo cuando empiecen Morena y PT con el reparto de curules, de puestos en el Gobierno, de méritos por las victorias o de culpas por las probables derrotas.
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Si el rector de la UACH, Luis Alfonso Rivera Campos, no reacciona como es debido a los sucesos ocurridos este miércoles durante el acto de campaña de Claudia Sheinbuam, de plano, es porque no lo mueve ni una grúa.
Ya habíamos comentado en este comunicativo espacio que la toma de las oficinas de Rectoría ocurrida hace dos semanas era el movimiento de protesta más grande que había visto la UACH en décadas.
También señalamos que pasaron horas y horas antes de que las autoridades universitarias reaccionaran y buscaran un acercamiento con los estudiantes en protesta.
Igual hemos comentado la controvertida acción de usar la fuerza pública para desalojar a estudiantes de una instalación universitaria, y de cómo el rector, a estas horas, no ha reunido al Consejo Universitario para darles cuenta de lo ocurrido aquella noche del 16 de mayo.
Si el rector y personalidades que lo acompañan pensaban que una demostración de autoridad –que por cierto, él no la ejerce– y una tanda de causas penales contra los ocupantes de la Rectoría calmaba todo, se equivocaron.
Ayer, estudiantes que integran el movimiento dijeron “fuera caretas” y aparecieron en el mitin de la candidata presidencial de la 4T, Claudia Sheinbaum.
Subidos en el templete, cercanos a la aspirante a suceder a AMLO en la jefatura del Poder Ejecutivo Federal, los inconformes extendieron el motivo de su movimiento y las causas que los empujaron a abrir la puerta de la Rectoría a punta de golpes de tronco.
Podrá decir ahora el rector que “tuvo razón” cuando dijo que los manifestantes eran de Morena. Eso no quita que la demanda de gratuidad, y los reclamos por las pésimas condiciones en que se encuentra la planta física –y la académica– de la UACH sean ciertas.
Esos estudiantes, a los que calificaron de “no genuinos” por tener militancia partidista, ya se acercaron a una de las tres personas que pueden llegar a ocupar la Presidencia de la República.
Si ante eso no reacciona, de plano, es porque le corre atole por las venas. Esa molestia se la pudo haber ahorrado con un poco de diálogo y un mucho de atención a sus funciones como rector.
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Poco a poco, el secretario de Educación y Deporte del Gobierno del Estado, Hugo Gutiérrez Dávila, va cumpliendo la función para la que lo llamaron cuando dejó la dirección de Pensiones Civiles del Estado para ocuparse de esa que es una de las dependencias estatales más grandes.
Esta semana, se reunió ya con el secretario General de la Sección 8 del SNTE, Eduardo Antonio Zendejas Amparán, con quien platicó largo y tendido de los temas más diversos que van a dar al asunto de la educación pública.
Y por “los más diversos” entendemos la docencia misma, la administración y, por supuesto, la operación política y la movilización electoral.
Como mencionamos antes, Gutiérrez Dávila fue traído para cubrir la vacante que dejó la anterior secretaria, Sandra Gutiérrez Fierro, quien hace una semana fue “renunciada” al cargo, después de no sacar un perro de una milpa en materia de operación política.
Las esperanzas depositadas en el nuevo titular están puestas en que logre mover a tiempo las agujas de la brújula para que la movilización de la SNTE el día 2 de junio no sea en beneficio exclusivo de la 4T.
Hay temor y no es para menos, porque sabido es que los “ingenieros” electorales del magisterio son de los más efectivos, precisos y letales de cuantos puede haber en el ámbito nacional.
Si no, que le pregunten al expresidente Felipe Calderón qué hubiera sido de su campaña sin la oportuna intervención de la maestra Elba Esther Gordillo.
El problema para Hugo Gutiérrez no solo es que llega cuando está por terminar la campaña, sino que el acuerdo entre la 4T y el SNTE proviene de los más altos mandos, donde se concertó la alianza que, en parte, motivó la cancelación de la reforma educativa de Peña Nieto.
Buen intento de Hugo, pero acaso llegará tarde a tratar de salvar este partido que ya está por llegar a la 9ª entrada.
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El reporte de la Comisión Nacional del Agua sobre el estado de las presas del país le tiene muy malas noticias a Chihuahua.
Entre las 10 presas ubicadas en territorio chihuahuense, a duras penas se completa un almacenamiento de mil 167.5 hectómetros cúbicos (hm3).
¿Cuánto es? Mucha agua, ciertamente, pero representa apenas el 30 por ciento de la capacidad de almacenamiento que tienen nuestras presas, que dan para guardar el triple, que son unos 3 mil 839 hectómetros, o sea, millones de metros cúbicos de agua.
Es, entonces, el 70 por ciento de las presas del estado la que hoy luce como un enorme charco, porque se les ha ido acabando el agua y la temporada de lluvias nomás no avisa que ya mero llega.
Lo peor del caso es que el ciclo agrícola primavera-verano todavía tiene un buen rato por delante y el agua para darle los últimos riegos a los cultivos se está acabando, según los datos de la Conagua.
Por si fuera poco, Chihuahua, junto con el resto del noreste del país, es hoy en día la zona más afectada por la sequía, con decenas de municipios ubicados en la clasificación de “sequía extrema”.
Y eso no es todo: no hay para cuándo lleguen las lluvias.
Si esperábamos que en junio cayeran los primeros chubascos como consecuencia de las tormentas tropicales y los huracanes, hasta la fecha no hay confirmación de una formación de ese tipo cercana a las costas del país.
Si a eso le agregamos que la gran mayoría de los acuíferos del estado se encuentran sobreexplotados, ya sea por la operación de pozos “legales” o los “piratas”, la cosa se pone todavía peor.
No hay mas que esperar a que llueva y, por mientras, avanzarle a la tecnificación del riego, porque el agua se acaba, y pronto.