El hoy diputado federal, Salvador Alcántar Ortega, salió prácticamente ileso del caso de la desaparición de más de 3 mil expedientes de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado porque contó con la protección de “las alturas”, literalmente hablando.

Al menos así nos lo comentan personas que tuvieron conocimiento de aquel suceso ocurrido en marzo del 2022, cuando el funcionario, que entonces era jefe del Departamento de Agricultura de la mencionada Secretaría, estuvo presente al momento cuando sacaban los paquetes que contenían los expedientes.

En la denuncia número 19-2022-0007111 relativa a ese suceso, se da cuenta de que hay registros en video que muestran el momento cuando Alcántar Ortega, junto con Luis Alan García Carrasco, jefe del Departamento de Uso Sustentable del Agua, además del jefe de almacén, José ángel Medina Portillo, sacaban las 38 cajas que contenían la papelería.

Esas cajas fueron cargadas en la camioneta marca Dodge, Pick Up, Ram, color gris, modelo 2004, con número de placa EF 75477, del estado de Chihuahua, según dice la querella.

Cada una de ellas contenía 80 expedientes, en los que se pueden encontrar datos personales de cada beneficiario de programas de la Secretaría de Desarrollo Rural; además, recibos y facturas de pagos, documentos oficiales, como pueden ser identificación, CURP.

Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué todo siguió como si nada? Nos cuentan que Alcántar y demás personas que participaron tuvieron siempre el apoyo “de las alturas”… de la Torre Legislativa.

Desde el Piso 16, donde despacha el coordinador parlamentario del PAN en aquel entonces, Mario Vázquez Robles, se movieron los hilos para que todo quedara en una escaramuza.

Ahora, ya nadie sabe ni dónde quedaron los paquetes, mucho menos, qué le pasó a la denuncia. Mientras, Alcántar despacha como diputado federal y Mario Vázquez anda detrás de un escaño en el Senado.

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A ver, autoridades en materia laboral, desarrollo social, similares y conexas: aquí les hablan.

La Secretaría de Trabajo y Previsión Social federal (la STPS) nos indica que en Chihuahua hay ocho municipios donde prolifera el trabajo infantil.

Se trata de municipios catalogados como de “riesgo alto” para la población infantil, porque están expuestos a que se les ponga a trabajar en labores que, además de alejarlos de la escuela u otras actividades propias del desarrollo de un niño, los puede poner en peligro.

Los municipios riesgosos para los niños son Carichí, Batopilas de Manuel Gómez Morín, Janos, Cusihuiriachi, Riva Palacio, Morelos, Guachochi y Guadalupe y Calvo.

Luego, hay otros 34 municipios catalogados por la STPS como de riesgo “medio” para niños, por estar expuestos, en menor grado que en los del “top eight”, a que los pongan a trabajar en funciones que no corresponden a un menor de edad.

O sea que son 42 municipios en condición de riesgo para la infancia, o sea, el 62 por ciento del total del estado tiene esa penosa condición.

Vale decir que en los cinco municipios más poblados del estado: Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc, Delicias e Hidalgo del Parral, el nivel de riesgo es bajo, pero no por eso es inexistente.

La Organización Internacional del Trabajo, OIT, definen el trabajo infantil como aquel que es peligroso para la salud y el desarrollo del niño, exige demasiadas horas y/o es realizado por niños demasiado pequeños.

Por lo general, el trabajo infantil interfiere con el derecho del niño a la educación y al juego.

Se estima que hay 160 millones de niños alrededor del mundo que están sujetos a explotación laboral, de los cuales, 79 hacen trabajos peligrosos.

En México son 2 millones 500 mil niños de entre 5 y 17 años los que están ya incorporados a actividades económicas, según la STPS.

¿En Chihuahua? Hay qué calcularle: Todos esos ocho municipios están en el occidente del estado, y algunos de ellos, ubicados en el suroeste de la entidad, algunos, en el llamado “Triángulo dorado”, donde convergen las colindancias de Sinaloa y Chihuahua.

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La encuestadora México Elige publicó su ranking de gobernadores del país y con ello le mandó una buena nueva a la mandataria chihuahuense, Maru Campos Galván.

Resulta que, según ese muestreo, Campos se hace de la “medalla de plata”, para hablar en términos olímpicos, al ubicarse en el segundo sitio entre los 32 mandatarios estatales del país.

Con un 69.6 por ciento de aprobación, la exalcaldesa de Chihuahua quedó por encima de 30 de sus colegas y solo por debajo de Mauricio Kuri González, de Querétaro, y eso por fracciones, porque quedó también en el filo de los 70 puntos de aprobación.

A diferencia de otros sondeos, el yucateco Mauricio Vila, que suele quedar a la cabeza (¡dejaría de ser de Yucatán!), se fue hasta el tercer lugar, aunque con un elevado índice de aprobación, del 61.7 por ciento.

Vale mencionar que “México Elige” suele “elegir” a personalidades, candidatos y gobernantes que no precisamente simpatizan o caminan junto a la 4T.

Así se los han señalado en diversas ocasiones, a grado de decirles –sus críticos— que le hacen competencia a Massive Caller en la lucha por ser la más prianista de las encuestadoras.

Uno de sus directivos es Aldo Hiram Campuzano Rivera, a quien han señalado su poca imparcialidad, por ser parte del equipo publicitario de la candidata presidencia, Xóchitl Gálvez.

De hecho, en sus encuestas, ubica a la candidata prianista a escaso margen de Claudia Sheinbaum, pese a que la mayoría de las firmas encuestadoras ubican a esta a no menos de 15 puntos de ventaja.

Nada más para completar el cuadro, los otros siete primeros lugares del ranking de gobernadores los ocupan mandatarios emanados del PRI o del PAN.

Ahí aparece el coahuilense Manolo Jiménez, del PRI, en cuarto lugar, con un 61.3 por ciento; le sigue Esteban Villegas, de Durango y también del PRI, con un 61.2 por ciento; Diego Sinhué, panista de Guanajuato, con un 59.9 por ciento y Tere Jiménez, de Aguascalientes y también panista, con un 57.3 por ciento.

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En Chihuahua sí que estamos “a media luz”, y no precisamente porque esté cayendo la tarde, sino porque se está disparando el consumo de energía eléctrica.

Datos de la Comisión Federal de Electricidad, la CFE, nos indican que la demanda de fluido eléctrico se ha incrementado en un 27 por ciento  en lo que va del año.

Y eso que el verano aún no llega y que esta primavera no ha estado tan calurosa como la del año pasado.

¿Cómo se irá a poner por allá de julio o agosto? El consumo del energético se ha incrementado tanto por cuestiones climáticas como por el “huachicoleo” que hacen productores agrícolas y frutícolas que sacan agua para sus cultivos de pozos “piratas”, de esos que no están regularizados por la Comisión Nacional del Agua pero qué bien que tienen suministro de luz para echar a andar la bomba.

La semana pasada, como se recordará, hubo un apagón masivo en 10 entidades del país, incluido Chihuahua, debido a un incremento a la demanda de energía eléctrica.

El presidente AMLO salió a decir en su “Mañanera” que el calorón de miedo que pegó aquel día fue el que causó la demanda inusitada de luz y esto, a su vez, la caída del suministro.

Si eso no es poco, el Servicio Meteorológico Nacional, de la Conagua, ha anunciado que viene ya una segunda ola de calor que, seguramente, volverá a provocar un disparo en el

consumo de energía.

En Chihuahua, agréguenle a ese factor que el bombeo de agua del subsuelo está a todo lo que da, ya sea de pozos regulares o de los llamados “piratas”.

Y, como diría Cantinflas, “ahí está el detalle”, porque los enviados de la CFE a Chihuahua estiman que el 80 por ciento del aumento a la demanda se debe a la operación de los “piratas”.

Para pronto, los enviados de Manuel Bartlett le han anunciado a productores agrícolas de nuestro estado que se soltarán poniendo transformadores como si fueran tiendas de conveniencia. Ahora sí vienen a arreglar el problema, cuando falta menos de un mes para las elecciones.

Bienvenidos los transformadores, ahora córtenles los cables a los pozos “piratas” y metan en cintura a los huachicoleros de la energía eléctrica.