Nada más para no desentonar, en Chihuahua, la “Marea Rosa” también se convirtió en un acto de campaña electoral en favor de las y los candidatos de Fuerza y Corazón por México, o sea, el PRIAN.
Varios de las y los candidatos a cargos de elección popular por la coalición opositora al frente pro-AMLO se dejaron ver en la marcha, sin recato alguno, después del “fuera máscaras” al que llamaron los organizadores de esa movilización, con la participación de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez en la concentración en la capital del país.
Ciertamente, fueron mucho más discretos los “marchantes” de Chihuahua en cuanto a la exhibición de banderolas y colores partidistas, en comparación con lo que se vio en el Zócalo de la ciudad de México, donde más parecía una bolsa de confeti de tanto revoltijo azul, verde, blanco, rojo y amarillo de los tres partidos anti-4T.
En calma, sin sobresaltos, eso sí, con un solazo de los mil diantres, los miles—vamos a dejarle así—de indudables simpatizantes de las campañas de Fuerza y Corazón por México llenaron la explanada conocida como “Plaza del Ángel”, que ya se ha vuelto el punto concurrente de las manifestaciones partidistas.
El discurso, definitivamente, de campaña, de llamado a votar “en defensa de la democracia”, pero sin ningún actor presente que representara a más fuerza partidista que la del PRIAN-PRD.
Aquella “Marea Rosa” de meses atrás se convirtió en una mezcla de “pantones” que iban a dar a los partidos que postulan a Xóchitl Gálvez para la Presidencia de la República y a los priistas y panistas que buscan cargos de elección en Chihuahua.
Vale el dato, pero según diversas recomendaciones de expertos en cromática, el color rosa se obtiene, en su forma más sencilla, al mezclar el rojo con agua, o al agregarle el blanco. ¿Dos de los tres colores del PRI?
Ahora que, si se busca tener una tonalidad de rosa más suave, de le agrega amarillo ¿les suena al PRD? O, si se quiere una rosa más “eléctrico”, se le agrega azul ¿del PAN?
Y bueno, vale darle una repasada a las organizaciones de la sociedad civil que desde la vez anterior aparecieron como organizadoras de la marcha: Laicos en la Vida Pública, Poder Ciudadano, Frente Cívico Nacional, Conciencia Social, Unión Nacional de Padres de Familia, Exprésate, Sociedad Civil Mexicana, Resiliencia Por México, Vocación Ciudadana, Sí Por México, UNE México, Adepac, Acción en la Educación, Cepac, Somos Uno, Vive Con Valores, Grupo 15 de Septiembre, Misión Rescate México.
Todo huele a panadería: están desde los que se opusieron a los nuevos libros de texto, hasta los que hacen política desde la organización religiosa.
¿Algo de apartidista en todo esto? Nada. Lo bueno es que ya se sinceraron y, la de este domingo fue, sin dudarlo alguno, una marcha de promoción electoral.
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Algo no están haciendo bien las casas encuestadoras, al menos en el estado de Chihuahua, porque los resultados que arrojan acerca de la intención del voto para elegir a representantes al Senado de la República son por demás disparejas y, podría decirse, disparatadas.
Nada más hay que ver la diferencia entre el resultado que dio la encuesta de De las Heras, según la cual, el dueto formado por Andrea Chávez y Juan Carlos Loera, ambos de “Sigamos haciendo historia”, o sea, la 4T, llevan una cómoda ventaja con un 54% de votación efectiva a su favor, contra un 43% de Mario Vázquez y Daniela Álvarez, de “Fuerza y Corazón por México”, o sea, el PRIAN-PRD.
Una brecha de 11 puntos que se refuerza con las respuestas obtenidas en otros cuestionarios incluidos en la misma encuesta, como el conocimiento del o la candidata, el grado de aprobación que tienen y la valoración acerca de quienes harían un mejor papel en la Cámara Alta.
En cambio, la firma Rubrum entregó resultados diametralmente opuestos, con 49% para Fuerza y Corazón por México y 32% para Sigamos Haciendo Historia. Esto es, 17 puntos de ventaja para la dupla Mario-Daniela.
Si les hacemos caso, hay un diferencial de 28 puntos entre la ventaja que les da De las Heras a los morenistas y la que le otorga Rubrum a los prianistas.
Ambas encuestas se aplicaron más o menos en las mismas fechas: finales de abril o primeros de mayo, aunque con diferentes metodologías, pues De las Heras aplicó cuestionarios en vivienda a mil 200 entrevistados residentes en el estado de Chihuahua, mientras que Rubrum aplicó un sistema de consulta telefónica automatizada.
Pero luego, está la encuesta de Mitofsky, en la cual Andrea y Juan Carlos se llevan de calle la elección, con 18 puntos de ventaja, con un 52% de intención de voto, contra un 32% de Mario y Daniela.
En todas estas encuestas, Movimiento Ciudadano no alcanza el 10% de la intención de voto, vale decirlo.
Y si vemos a Massive Caller, que también recurre a la consulta telefónica, está como para no entenderle, pues en marzo traía un empate técnico; luego, en abril, registró una intención del 44.2% a los del PRIAN y un 38.6% a los 4T´s.
Después de ver todo este baile de cifras, no queda más que armarse de paciencia y mejor, de plano, esperarse a que suceda la encuesta de a deveras: la del 2 de junio próximo.
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El IMSS salió tarde y escueto a contestar la marea informativa—¿desinformativa, suena mejor? — en torno a la supuesta desaparición “inminente” del sistema de guarderías subrogadas que operan particulares para dar el servicio a hijos e hijas de trabajadoras derechohabientes de ese instituto.
Tarde, porque para cuando salieron a decir que, constitucionalmente, es imposible dejar de otorgar ese servicio, gobernantes anti 4T, candidatos y demás operadores de la oposición ya se habían subido a la ola de reclamos por la “desaparición de las guarderías” y, para ese entonces, ya cundía como una “fake news”.
Para darnos una idea, la semana pasada, uno de los principales operadores del sistema de guarderías subrogadas, Ernesto Chavira, subió un “post” en su cuenta de Facebook en el cual da por hecho que esos centros de cuidado “se encuentran en peligro de desaparecer debido a que el presupuesto que les asignó el IMSS, es insuficiente”.
Esto, agregó, “por NO (sic) haber incluido (otra vez, SIC) los incrementos salariales de los últimos cinco años”.
De manera oficial, informó el viernes pasado en Chihuahua que el servicio de guardería es un derecho que tienen las madres y padres trabajadores afiliados al Régimen Obligatorio de ese organismo.
Este derecho está fundamentado en la Ley General del Trabajo, la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil y la Ley del Seguro Social.
Las guarderías participativas que operan actualmente lo hacen con contratos plurianuales que garantizan la continuidad de la prestación del servicio, asegura el IMSS.
Y todavía se lanza a asegurar que, como parte de la planeación financiera del Instituto, se cuenta con recursos suficientes para el pago de las obligaciones adquiridas por estos contratos.
Luego, lo mejor, lo terminante: “En estos momentos no existe disposición legal alguna encaminada a la cancelación de los servicios contratados para la prestación indirecta del servicio de guardería del IMSS”.
¿Qué les costaba salir a aclararlo de esa forma?
Ahora que, ya tras bambalinas, nos comentan que, de lo que se trata toda esa campaña, es de una intención de los “subrogados” para que les aumenten el pago por cada niña o niño que atienden, mismo que se los otorga el IMSS.
De que el IMSS diga que no, o que no puede pagarles lo que están pidiendo, hay mucha diferencia a decir que se van a cerrar. Vale que lo aclaren, pero con todas las letras.
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La campaña paralela de las y los candidatos de Morena en el municipio de Chihuahua camina silenciosa, “de puntitas”, a ras de suelo, donde suelen provocar dolor en sus adversarios.
Lo curioso aquí es que ese grupo de indudables militantes de la izquierda chihuahuense hacen su propia campaña en oposición… a Morena, principalmente.
¿Qué es lo que buscan? Que los electores, sobre todo, simpatizantes de la 4T, voten por los candidatos no registrados por el morenismo en el recuadro de color blanco que aparece en todas las boletas electorales.
Trabajo titánico, sin duda, porque es convencer al electorado, primero, que simpatice con el movimiento fundado por AMLO, que vote en la boleta presidencial por Claudia Sheinbaum, pero en las de diputado federal, local y ayuntamiento, por los “no registrados”.
Un poco reburujado, pero la lucha se le hace con tal de salirle al paso al monopolio que ejercen las cúpulas partidistas en eso de postular candidatos y repartir cargos mediante acuerdos en lo oscurito.
Ahí anda en esas la maestra Rosa Lilia Cardona Muñoz, quien busca que los simpatizantes del morenismo voten por ella y no por Miguel La Torre, el ex panista metido ahora a candidato guinda y blanco.
Ayer, domingo, el candidato no registrado por el VIII Distrito, Efrén Mateo Minjarez, recorrió territorios donde su “compañero de partido”, Marco Adán Quezada, también pide el voto a favor de Morena. ¡Bonita cosa!
Lo que le puede pasar al morenismo por no haber conciliado intenciones hacia su interior, no escuchar a una parte sustancial de su base, como es la organización “Los de abajo organizados”, de la izquierda histórica.
Ahora enfrentan el riesgo de dividir su propio voto en una ciudad como Chihuahua, donde el morenismo nunca ha ganado ni una elección de jefe de manzana.
O sea, son pocos los votos y gastándolos en celos.