Ahora que el Gobierno del Estado y los camioneros aprobaron un incremento a la tarifa de transporte, salieron a relucir las largas listas de concesionario que tenían manga ancha en ese lucrativo negocio.
Y decimos lucrativo, porque nadie sostiene una actividad comercial que resulta ruinosa durante tantos años. Eso es algo que nunca han podido explicar los transportistas: si es tan malo el “bisne” ¿por qué lo sostienen? O más aún ¿por qué no quieren vender sus concesiones? En fin, ese es otro cantar.
Lo que llamó la atención fue la aparición del diputado Omar Bazán Flores en la lista de las personas físicas y/o morales a los que les quitaron las concesiones.
Esto ocurrió en el año 2020, durante el gobierno de Javier Corral, cuando Bazán se encontraba en su primer ejercicio como diputado local.
Ahí está la lista: el varias veces diputado y operador en Chihuahua de Manlio Fabio Beltrones tenía seis concesiones. Todas se las quitaron.
¿Por qué? ¿Por qué votaba en contra de todo lo que viniera del gobierno de Corral? En una de esas y sí, o no, según como se quiera abordar el tema.
Según el decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado el 5 de septiembre del 2020, Bazán Flores y otras centenas de concesionarios estaban en el supuesto contemplado en el artículo 110, fracción III de la Ley de Transporte, o sea, que habían dejado de dar el servicio sin justificación alguna.
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A los gobiernos de los estados ya los agarraron en la movida. Recaudan más dinero de lo que programaron en su Ley de Ingresos de manera deliberada para usar ese excedente en lo que mejor les plazca y sin ajustarse a un mandato.
El IMCO, Instituto Mexicano para la Competitividad, ese organismo integrado por personas que no trabajan en el sector público, les puso el cascabel desde diciembre del año pasado, cuando, tras una revisión minuciosa, casi con lupa, encontró con que los 32 estados ingresan más dinero de que contemplaron a finales del año anterior al presentar su proyecto de Ley de Ingresos.
Eso, aclara el IMCO, no se debe a una “eficiencia recaudatoria”, como suelen decirlo los gobernantes para echarse confeti con una mano y aplaudirse con la otra.
Nada de eso, y así lo dice el organismo de marras: “Las entidades subestiman sus ingresos, lo que les permite gastar los excedentes de manera discrecional”.
¡Ándale, ya te cacharon! Les podríamos decir a los gobiernos de los estados. O sea, presupuestan 8 pesos a sabiendas de que van a recaudar 10, y los dos pesos sobrantes se lo gastan en lo que se vaya ofreciendo. ¿Qué se puede ofrecer? Gasto “social” en tiempo de campañas, por ejemplo.
En 2021, en total los estados recibieron 8% más recursos, cifra equivalente a 170 mil 635 millones de pesos adicionales. Ese dinero, como no está presupuestado, lo pueden mandar al rubro de gasto que quieran.
Aclaración: el IMCO no dice que se lo embolsen o se lo lleven a paraísos fiscales. No necesariamente, eso sería materia de otro estudio. Lo que advierte es que proyectan ingresos a la baja de manera deliberada para gastarse el “cambio” en la santa voluntad del mandatario o mandataria.
El dato ya lo traen los auditores de la ASE, según nos cuentan, porque está muy raro que en cada año se gastan más de lo programado. Chihuahua, por cierto, no sale muy bien parado.
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El Instituto Nacional Electoral acaba de estrenar titular a nivel nacional, después de nueve años de “cordovato” y, así como para presentarse en sociedad ante la clase política de Chihuahua, ha empezado a hurgarle a los actos a los servidores públicos que andan alborotados en grupos de apoyo a tal o cual “corcholata”.
Tanto los grupos de apoyo a Claudia Sheinbaum como los de Marcelo Ebrard y qué decir del “Marlboro” Adán Augusto López han celebrado reuniones a cielo abierto y en plenas horas de trabajo para “manifestar” su apoyo a su corcholata preferida.
Ahí estuvieron los actos de apoyo a Marcelo Ebrard celebrados en septiembre del 2022, cuando diputados federales y la senadora Bertha Caraveo se abrieron de capa como miembros del club de promotores del canciller.
La gente de Sheinbaum no lo hizo diferente en días anteriores y también se presentó en un popular restaurante, famoso en Chihuahua por su sabroso menudo y por ser el “desayunadero” de grillos de todos los colores y filias.
Ahí también anduvieron, en horas de oficina, servidores públicos que en estricto sentido nada tendrían que hacer a esas horas fuera de su escritorio.
Nada más que, como siempre, el INE le carga la mano no al que se salió del guacal para hacerse propaganda, sino que ahora la quiere cargar contra los medios de comunicación que publicaron esos actos. ¡Ahora resulta! Ni que nos tocara a nosotros andarle cuidando las espaldas a tan alborotados aspirantes a suceder a AMLO.