La Facultad de Artes, la Defensoría de Derechos Universitarios y la mismísima Rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua propiciaron que el caso del profesor acosador que aterrorizó a alumnas y maestras de ese plantel haya quedado impune.

Al menos en el ámbito administrativo, el señalado de haber acosado e incluso agredido sexualmente a una de sus víctimas, no recibirá sanción por parte de la UACH, porque simple y sencillamente ya no trabaja ahí.

Pero antes de que dejara la Universidad, “Lord acoso” recibió todo tipo de facilidades para eludir la acción correctiva por los actos señalados por dos egresadas maestras de la Facultad de Artes y una colaboradora de clase, quienes, en común denominador, señalaron que recibieron acoso de parte de quien fuera su mentor.

Aunque ellas recurrieron en una primera instancia a la Defensoría de Derechos Universitarios, órgano interno de la UACH, esta no generó una sanción que correspondiera al tamaño de la falta que se le atribuía.

Por el contrario, hubo un simple regaño y un cambio de plaza, de Chihuahua al plantel de la universidad ubicado en Hidalgo del Parral.

A la vieja y deplorable usanza, pues: “te pongo donde nadie te vea y asunto arreglado”.

Posteriormente, el presunto dejó de trabajar en la UACH, sin haber recibido la sanción que pedía la recomendación emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la CEDH.

Fuentes de la CEDH nos informan que la UACH aún no acepta la Recomendación No. CEDH: 5s.1.009/2023 en la que se le pide que aplique el procedimiento administrativo que corresponda en contra de “D”—como se le llama en el documento—y que se le impongan las sanciones administrativas que correspondan. Nada de eso ocurrirá ya.

Además, se debe inscribir a las quejosas en el Registro Estatal de Víctimas, y éstas deben recibir una reparación íntegra por el daño recibido.

La recomendación data del 29 de mayo, pero aún no hay señales de la casa de estudios.

Nada más falta que salgan con que ya quedó sin materia porque su profesor “dice que no está”.

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Si la presidencia del Congreso para el próximo período ordinario de sesiones está en suspenso, la de la Junta de Coordinación Política, la JUCOPO, está en un polvorín, por el intento de entregarla a una fuerza política profundamente enemistada con la bancada de la 4T.

Se trata del diputado Francisco Sánchez Villegas, “Pancho Pistolas”, quien a últimas fechas ha comenzado a sonar como próximo titular de la JUCOPO, que es en realidad el centro de mando del Poder Legislativo local.

Y todo porque la Ley Orgánica del Poder Legislativo no dejó las cosas en claro respecto a la rotación de fuerzas políticas en los cargos de dirección, léase la Presidencia de la Mesa Directiva y la de la mencionada JUCOPO.

Todo el hilo se comenzó a enredar cuando el PAN contempló por primera vez la ruptura del acuerdo “de damas y caballeros”, que consistía en dejarle la presidencia de la mesa directiva al PRI.

Pero como no hay ley que los obligue, los del blanquiazul, que tienen clara mayoría, pretenden quedársela para sí y, en ese caso, dejarían la JUCOPO para una tercera fuerza que no la haya ejercido.

Nos comentan que quien ha levantado la mano es el diputado por Movimiento Ciudadano y rabioso crítico de la 4T, cuyas encendidas discursivas contra los morenistas le han valido respuestas airadas de estos, como cuando Gustavo “Pichú” de la Rosa Hickerson lo llamó “bandejo”.

Y todavía falta ver si el PRI se queda viendo cómo lo dejan sin la presidencia, y si Morena permite que quien lleva dos años insultándolos se queda ahora con las llaves del auto.

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La síndica municipal de Chihuahua, Olivia Franco, se puso la pila y anda con la espada desenvainada correteando a los fraccionadores que aún le deben “algo” al ayuntamiento y, en general, a la ciudad.

En ese bulto hay de todo: desde los que no han entregado oficialmente sus desarrollos, aunque ya los hayan vendido, o quienes se pasaron de listos y no dejaron áreas verdes. O como esos que se hicieron “patos” y construyeron una pequeña isleta con un poco de pastito y un árbol de medio metro y con eso se dieron por satisfechos con eso de las áreas verdes.

Como decíamos, Franco, quien ha asumido la función de síndica como realmente es: la defensoría de los intereses de los chihuahuenses, tiene en su escritorio expedientes de al menos 250 fraccionamientos que le deben pagos y trámites al municipio.

Esa cantidad se ha acumulado desde el año de 1993 y hasta la anterior administración municipal, según nos cuentan fuentes allegadas al tema.

Sin embargo, esa cruzada no le ha salido gratis, pues ya recibió “empellones” de constructores y fraccionadores que se sienten dueños de las ciudades donde construyen y venden sus casas.

Nos comentan que, si bien no la han amagado con agresiones, sí le han advertido que “se olvide” de su carrera política, porque no le van a poner ni un centavo a sus próximas campañas.

Mejor aún. Que doña Olivia le siga por donde va y se olvide de hacer compromisos con quienes han sembrado el desorden en la capital.

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La Auditoría Superior del Estado, la ASE, se aventó el tiro de hacerle un “corte de caja” a todos los órganos del Gobierno del Estado, incluidos los tres poderes, los organismos descentralizados y los autónomos.

La verdad es que nadie sale limpio de esa revisión.

Si bien nadie sale “ahogado” por las deudas, sí tienen compromisos de tamaño considerable que bien podría complicarles su operación en algún momento, sobre todo, si viene un recorte a participaciones federales o una caída en la recaudación propia.

Por ejemplo, el Ejecutivo tiene un pasivo, entre fijo y circulante, de 45 mil 595.6 millones de pesos, entre créditos bancarios de corto y largo plazo, deudas con proveedores y otras cuentas por pagar.

¡Y eso que no tomaron en cuenta los más de 15 mil mdp de la deuda carretera!