Los productores que acudieron el lunes pasado a la reunión con el simpatiquísimo Manuel Bartlett, no podían creer que se caminara tan rápido en la solución a una serie de broncas que llevan al menos cinco años sin solución, vaya, sin atención siquiera.
La tarde del lunes, el grupo de dirigentes de organizaciones de productores que se reunió con el titular de la Comisión Federal de Electricidad, la CFE, oyó como, en una tanda de conversaciones, el titular de la dependencia aceptó formar una mesa de trabajo que se reunirá cada 15 días en la ciudad de Chihuahua.
El asunto se le encargó al C.P. José Martín Mendoza Hernández, quien celebrará reuniones quincenales con los quejosos chihuahuenses y buscará la manera de garantizar el fluido eléctrico para bombeo de agua, de modo que no vuelvan a quedar los cultivos sin riego.
Y, a todo esto, ¿quién es el susodicho? Pues nada menos que el director general Suministrador de Servicios Básicos de la CFE, originario de Nuevo Casas Grandes, por lo que los reunidos se quedaron con la sensación de que mandará a alguien que conoce la problemática del noroeste.
También quedó en buenos términos la petición de que ya no les autoricen suministro eléctrico a pozos “piratas”, de esos que abundan en la entidad.
Lo que sigue pendiente es la dichosa tregua judicial que pedían los que tienen problemas con la ley por haber intentado “auto conectarse” a la red de la CFE, después de que ésta les cortó el chorrito por falta de pago.
Y a todo esto ¿por qué tan rápido? ¿Qué les costaba haber actuado así desde el 2020, cuando estalló la crisis del agua?
¡Ah!, pues es que hay campaña y, faltaba más, doña Clau metió la mano y pues ¡“Ábrete, Sésamo!
Y a propósito, adivinen quién llamo por teléfono al “Simpatías” Bartlett cuando estaban en plena reunión: Javierundis Corral, nada más y nada menos. ¡Cómo no, si son rete cuates!
Lástima que no se entendieron cuando el uno era gobernador y el otro mero mero de la CFE para arreglar la deuda de más de mil millones “del águila” que les dejó Dee Jay.
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Y hablando de actos de magia, de esos que suceden solo cuando hay campañas, ayer, el director de Seguridad Alimentaria Mexicana, Segalmex, Leonel Cota, se comprometió con los lecheros de Chihuahua a venir al mismísimo “Estado grande” a resolver el problema del pronto pago.
¿Pronto? ¡Cuáles 40 pesos! Más diríamos el lento pago, porque a los pobres los traen como el “tontejo en órbita”, o sea, a vuelta y vuelta, pues casi no sacan ni para la gasolina.
El problema para nuestros ordeñadores es que, con un día que tarden en recibir su dinero, ya les salió más caro el caldo que las albóndigas, o más caro el queso que la leche.
Fuentes cercanas a la reunión nos comentan que les fue bastante aceptable, pues el titular de Segalmex y cercanísimo al presidente AMLO se comprometió a venir personalmente a atender el problema.
No solo eso: les habló del proyecto de construir centros de acopio de leche, algo que los productores locales pedían a gritos, pues pierden una gran cantidad de lácteo por no tener dónde almacenarlo.
Además, habló de comprar pipas para trasladar la leche, desde los establos de los lecheros, hasta el centro de producción de la leche que distribuye Liconsa.
Se trata de un sector que ha recibido una verdadera andanada desde que arreció la sequía, con la pérdida de más del 50% de su ato y la caída del precio de su lácteo.
Pero bueno, otro grupo más que recoge las mieles de la campaña. Nos cuentan que ayer, el director de Segalmex, amloista hasta la suela, hasta se cuadró cuando le dijeron que iban de parte de “Clau”.
¡Qué padre así! Ojalá hagan campaña todos los días para que resuelvan lo que no voltean ni a ver.
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Después del mucho ruido y de poquísimas nueces que despertó su designación, por fin tomó posesión de la Delegación estatal del IMSS el médico cirujano José Antonio Zamudio González, cuyo nombramiento puso de nervios a más de uno.
El nuevo director del Instituto Mexicano del Seguro Social en Chihuahua trae una hoja de servicio de más de 31 años en ese que es el organismo de salud pública más importante del país.
Sin embargo, en la víspera de su asunción, recibió una recia mediática en la que le acusaban hasta de haber matado a Rosita Alvírez y a la mamá de Bambi, pero con muy poca sustancia.
Lo que nos cuentan desde los “dentros” del IMSS es que las personas que están prácticamente en capilla a causa de sus malos manejos son quienes atizaron la leña en contra del que será su nuevo jefe.
Según esas “cartas que llegan del rancho”, personas que están siendo investigadas por presuntos malos manejos de litigios fiscales, entre el IMSS y patrones morosos de las aportaciones de sus empleados, son los principales abre-fuegos de esa campañita.
Al parecer, se trata de funcionarios que “se dejaron golear”, por así decirlo, para que el demandado ganara el litigio, con su respectivo pago de comisión, calculado sobre la suma que ya no le pagaron al IMSS.
El nuevo mero-mero es un cirujano bien reconocido, especializado en intervenciones de hígado, vías biliares y páncreas, o sea, en una de las partes más críticas de todo organismo humano.
También le sabe, y bastante, al asunto de los trasplantes de riñón, pues según el parte oficial, ha ejercido esa especialidad en el Hospital Universitario La Fe, en Valencia España.
Así que, por lo que dicen, el señor es bueno con el bisturí y le sabe a eso de retirar lo que ya no funciona o, peor aún, lo que está haciendo daño.
Ahora entendemos por qué le traen ganas.
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Juan Carlos Loera empezó ayer la “misión imposible” de su nueva campaña electoral: ganar en el centro del estado y, más concretamente, en la zona metropolitana de la capital.
Como ya hemos comentado, la ciudad de Chihuahua, con sus cinco distritos locales y sus dos federales, son de dominio blanquiazul, junto con su ayuntamiento, su sindicatura y casi casi hasta con sus presidencias de comités de barrio.
Pues bien, ayer, el candidato al Senado de la República salió muy contento de Aldama, donde hizo su primer acto en el centro de Chihuahua. Ahí, donde ha habido alternancia de casi todos los partidos, le fue, nos dicen, bastante bien, en comparación con los resultados que obtuvo en su campaña a la gubernatura del estado, hace casi tres años.
Su reunión con un grupo de colonos que se convirtieron en “ocupas” de un conjunto habitacional abandonado, le dio ánimos para pensar en que sí puede ganar algo en este complicado territorio para alguien que no sea del PRI o del PAN.
Por algo se empieza, ciertamente, pero ahora le falta lo difícil: entrar a la capital, meterse al Distrito VI (O al Distrito I, ese donde comen los fifís panistas) y ganar, aunque sea algunas casillas.
Ya vimos el acto de arranque de Mario Vázquez y Daniela Álvarez, con “sold out” en el Centro de Convenciones. Ahora, al morenista le toca hacer muchos actos de colonia para ver si revierte esa difícil tendencia. La vemos difícil, pero a ver qué pasa.