El Gobierno del Estado prepara toda una ofensiva jurídica para defender su derecho a conservar y retener el agua acumulada en las 10 presas de la entidad y muy en particular las que forman parte de la cuenca del río Conchos.
Si las cosas van por ese camino, lo más probable es que sea una batalla épica donde se deje en claro a quién pertenece el agua: si al lugar donde se almacena, donde se origina el cauce o donde termina, o sea, en la desembocadura.
En el caso de Chihuahua, su cuenca principal, el Conchos, nace dentro de su propio territorio, que es el municipio de Bocoyna, en las faldas de la Sierra Madre Occidental, esa a la que nosotros llamamos “Sierra Tarahumara”.
Su cauce recorre en línea diagonal el desierto de Chihuahua hasta desembocar en el río Bravo, pero en su trayecto “para” en tres presas cuyo almacenamiento es ahora la manzana de la discordia con el estado de Tamaulipas.
Ese fronterizo estado se dice con derecho a recibir el agua, o al menos una parte de ella, con el argumento de que forman parte del cauce del Bravo, ya que el Conchos va a desembocar a ese que es río y línea divisoria entre México y los Estados Unidos de América.
El “ejército jurídico” de Chihuahua, nos cuentan, se valdrá del mismísimo Tratado Internacional de Aguas, el cual establece cuotas de pago, pero para el cauce del Bravo, no para traslape entre estados del mismo país.
Tamaulipas hará su defensa jurídica y a ver qué resuelven los tribunales.
El problema para ambos estados es que en México la justicia corre a una velocidad de oruga y lo más probable es que, para cuando haya una resolución, Chihuahua ya haya usado su agua y Tamaulipas ya estará lamentando la pérdida de sus cosechas.
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El Gobierno Federal ya lo anunció y sobre aviso no hay engaño: Chihuahua no está contemplado en los presupuestos de inversión para restaurar, tecnificar o mejorar los distritos de riego.
No se autorizaron recursos para ese fin, es lo que le respondió la Unidad de Enlace de la Secretaría de Gobernación al Congreso del Estado al exhorto en el que este pide una mayor inversión de la Federación en infraestructura hidráulica para Chihuahua.
En el mencionado exhorto, el Congreso pedía una especie de “kórima” para mejorar la muy deteriorada red hidráulica de los distritos que dependen de la cuenca del Conchos.
Nada más justo, pues ya desde principios de siglo, como lo hemos mencionado en este espacio, se tenían contempladas fuertes inversiones para tecnificar el uso del agua, de modo que se lograran ahorros por casi 400 millones de metros cúbicos al año.
Pero no, parece que el llamado llegó a manos de Gabino Barrera, porque nada más no “entienden razones”.
El legislativo chihuahuense pedía que en el Presupuesto de Egresos Federal 2023, sea considerada una asignación de recursos extraordinarios para la conservación, mantenimiento e infraestructura hidráulica de las presas del Estado de Chihuahua. Además, pedían “respetuosamente” la implementación de un programa de modernización de infraestructura de riego en los distritos 113 del Alto Conchos, 005 de Delicias y 090 de Ojinaga.
Hasta eso, sí se consideró para el Estado de Chihuahua presupuesto en el Programa K111 Rehabilitación y Modernización de presas y estructuras de cabeza destinado a la modernización de presas, pero no dijeron cuánto.
Lo que sí habrá es una inversión de 46.8 millones de pesos del Programa S217 Programa de Apoyo a la infraestructura hidroagrícola, pero está sujeto a dispersión de Distritos de Riego y Unidades de Riego en el Estado.
Así lo contestó la Secretaría de gobernación apenas el 30 de mayo pasado. Es decir, que no se ve para cuándo le metan dinero al sistema hidrológico de Chihuahua y las lluvias ya están por llegar.
De plano, estos de la Federación sí que la riegan.
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El municipio de Madera es uno de los más emblemáticos del estado. Ya sea por sus bajísimas temperaturas en invierno, por ser el lugar donde inició la Liga Comunista 23 de Septiembre, por tener el ejido más grande de Latinoamérica o ser casi el coto de caza del multimillonario Randolph Hearst (¿vieron el clásico del cine “El Ciudadano Kane? Ah, pues es él), siempre estaba en el imaginario colectivo.
Ese norteño municipio, enclavado en la punta noroeste, podría ir agregando otros motivos para ser uno de los principales atractivos turísticos del estado, de no ser porque en los últimos años se le agregó a la larga y penosa lista de los municipios violentos, donde ocurren cruentas luchas entre bandas delictivas por el control de la “pasada”.
Aunque famoso por sus gélidos inviernos, es una de las zonas con el clima más agradable durante el verano, factor que bien lo podría consolidar como un sitio permanente de turismo de fin de semana o de puente largo.
Pero no es así, y no por culpa de la población maderense.
A pesar de que tienen festivales culturales, competencias deportivas de fama mundial, sobre todo de carreras a campo traviesa y el ascenso a la zona arqueológica de las 40 casas, en la temporada de Semana Mayor recibieron aproximadamente 10 mil turistas, la mayoría, un 70 por ciento, de Juárez.
Nada despreciable la cantidad pero está por debajo de los aforos que logran otros puntos turísticos del estado, como Lago Colina, Divisadero o incluso el balneario de Los Filtros.
Su problema radica en que el nombre de “Madera” se ha asociado a noticias que tienen que ver con actividades delictivas pero que no necesariamente ocurren en la cabecera municipal ni en sus destinos turísticos.
Es por eso que empresarios de la región han emprendido una campaña para lavar el nombre de su municipio y posicionarlo como el destino vacacional que puede ser, con miles de turistas por temporada de descanso.
A ver cómo les va, porque la mala nota está dada desde hace tiempo y, como decíamos, no por causa de la gente de Madera, y no se vale que ellos la paguen.
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En las primeras semanas de su gestión como diputada local, Jael Argüelles dio muestras de que iba a mantener una línea de acción más apegada a la 4T, en congruencia con la alianza que su partido, el PT, mantiene con Morena.
Así lo mostró en las primeras sesiones y lo reafirmó en las celebradas en Juárez, donde se dio el tiro del período ordinario con el panista Gabriel García Cantú, a quien le restregó en la cara que la inversión que el Estado iba a hacer en Juárez con el dinero del crédito de 500 millones de pesos iría a su distrito, para ver si así lo gana.
Pero ayer, en conferencia de prensa, dejó entrever que, en una de esas y vuelve al bloque PRIAN, que en tiempos de su antecesora, Deyanira Ozaeta, era un auténtico PRIAN-PT.
A pregunta expresa de si, ahora sí, va a votar junto con la bancada de Morena en el Congreso del Estado, como sería congruente de un partido como el PT que es aliado de la 4T, se fue con la ya tradicional excusa de “a ver”.
Así lo dijo: “Yo voy a darle mi voto al PAN y al PRI independientemente del color cuando yo vea que la propuesta es coherente y congruente”.
O sea, que va a votar con una corriente política que está absolutamente en contra de todo lo que hace la 4T, con la que está alineada el PT.
La postura advertida de la joven diputada suena al famoso “pay per view” que siempre se le atribuyó al partido dirigido por Rubén Aguilar Jiménez. O sea, somos amigos y aliados, pero dependiendo del “sapo es la pedrada”.
Ni hablar, al menos ya avisó y quien advierte no traiciona. A estas alturas, los morenistas ya pueden contar únicamente con los 10 votos seguros que tienen, porque en una de esas pierden hasta el de Adriana Terrazas.