El panorama económico en Estados Unidos ha enfrentado un inicio de año con resultados decepcionantes, según revela la primera estimación de la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés), publicaron medios estadounidenses.
Durante el periodo de enero a marzo, la actividad económica mostró una notable desaceleración, reflejada en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los datos proporcionados por la BEA indican que el PIB registró un modesto crecimiento del 1.6 por ciento a tasa trimestral anualizada en el primer trimestre del año en curso. Esta cifra queda por debajo de las expectativas del mercado, que anticipaban un crecimiento del 2.5 por ciento para el mismo periodo.
Es importante destacar que esta desaceleración representa un marcado contraste con el cierre del año anterior, cuando el PIB alcanzó un crecimiento del 3.4 por ciento a tasa trimestral anualizada. De hecho, el último trimestre del 2023 fue testigo de una sólida expansión económica, lo que hace aún más evidente el impacto de la desaceleración actual.
La BEA identifica varios factores que contribuyeron a esta desaceleración, entre ellos, el menor gasto de los consumidores, las exportaciones y el gasto del gobierno estatal y local. Además, el estancamiento en el gasto del gobierno federal ha exacerbado la situación.